¡He regresado! Después de más de un mes ausente regreso con esta historia (que está más próximo a su fin).
Espero les guste.
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Era el primer día de un año nuevo; los problemas eran los mismos que el día anterior pero las oportunidades se habían ampliado. La temperatura estaba bajo cero, los bordes de las ventanas eran adornadas por la escarcha, la blanca nieve se convirtió en el marcaje temporal de las pisadas de las personas. La temperatura estaba bajo cero, el tiempo transcurría pero ambos se sentían inmunes ante el mundo estando juntos.
Ichigo despertó al sentir como un cuerpo se pegaba más al suyo, al principio se sobresaltó al no saber dónde se hallaba pero al ver el cuerpo desnudo de la fémina la sangre recorrió con más fuerza cada milímetro de su cuerpo. Tomó con cautela la cobija para cubrirse los hombros; rodeó con una de sus manos la cintura de Rukia y, antes de pegar su rostro a la almohada, le dio un beso en el cuello. Inhaló ligeramente, el aroma de la azabache estaba mezclado con su perfume.
Al sentir los roces de piel con piel, la suavidad de la cobija y la respiración del pelinaranja, fue despertando los sentidos de Rukia. Una parte de ella se negaba en abrir los ojos, le decía en voz baja que todo había sido un dulce y delicioso sueño pero no más; por otra parte, la realidad sensitiva la incitaba a abrirlos para gozar de la situación. Movió su mano hasta la mano de Ichigo para entrelazar sus dedos, después él apretó con cuidado su mano contra su vientre, pegándolo más a su cuerpo y causando una exhalación de excitación.
—Buenos días señorita Kuchiki —saludó el varón sonriendo.
La azabache se dio la media vuelta para quedar frente a frente aunque su primera visión fue el pecho de su acompañante.
—Buenos días, señor Kurosaki.
Sin poderlo evitar mas tiempo, los dos se acomodaron para darse un empalagoso beso hasta volverse en un deseo casi incontrolable. En un rápido movimiento, Rukia se colocó encima de Ichigo.
—Jamás te había visto desnuda de día —comentó Ichigo al ver el torso descubierto de la fémina. Entraban unos cuantos ratos de luz por la ventana, a causa de la nevada nocturna, la luz era más blanca que de costumbre por lo tanto ella parecía un espíritu del invierno: una princesa de las nieves.
Al escuchar las palabras de Ichigo se ruborizó, trató de cubrirse pero él reaccionó más rápido. El pelinaranja logró sentarse, rozando sus sexos al acomodarse, ambos soltaron un gemido pero lograron amortiguar el sonido en un beso.
Durante está acción de pasión hicieron un breve recuento de sus vivencias: Rukia e Ichigo jamás se imaginaron estar en una situación similar. Obviamente habían tenido encuentros íntimos pero no de ese tipo, jamás habían pasado de besos y toqueteos, y menos se imaginaron decirse "te amo". Ichigo había llegado con esas intenciones sin embargo con el paso del tiempo se sentía más lejos de ella pero lo único que necesitaba era espacio, por eso la lejanía.
Frotar su piel con la suya era maravilloso. Deslizar sus manos por la espalda; después bajar una de estas hasta uno de los glúteos de la chica para luego con un solo dedo marcar el camino correcto hasta el clítoris de Rukia; mientras la otra mano subía por el cuello para tomarla del cabello y jalar su cabeza hacia atrás para dejar su cuello libre. Repartió cientos de besos por la parte superior del cuerpo de la azabache, incluso se dio el lujo de succionar en la clavícula, dejando una ligera marca rojiza. La mano que se encontraba abajo no se detendría hasta conseguir un orgasmo.
Solo unos segundos más y ella se pegaría a él en busca de serenidad, tratando de amortiguar sus gemidos en el pechos del chico. Solo unos segundos más... se vieron a los ojos, ambos lo deseaban, se deseaban.
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[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• Bleach
FanfictionLa madre de Rukia era una gran niñera pero el nacimiento de un bebé llamado Ichigo le quitó todo lo bueno de su vida hasta que él se fue. Sin embargo el niño prometió regresar para casarse con ella a pesar de tener ocho años. Tiempo después, él ha...