Hola, cuánto tiempo sin leernos. Antes comenzar con la lectura me quiero disculpar por mi ausencia pero viví varias situaciones importunas durante todo esté tiempo. Le agradezco muchísimo a las personas que me enviaron sus buenas vibras, en serio muchas gracias.
Sólo puedo decirles que se cuiden y cuiden a sus seres queridos.
No los detengo más.
Espero y les guste el capítulo.
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—Vaya señorita Kuchiki, que rojo tan más intenso. Me gusta. — dijo Ichigo cuando vio a la fémina vestida con el abrigo color navideño. Sabía a la perfección que la azabache odiaba ese color, especialmente cuando debía de ponérselo sin embargo, le causaba más placer ver cómo su níveo rostro se teñía con la sangre que se le impregnaba en su epidermis. Simplemente hermosa.
A la pequeña chica, las palabras se le habían atorado en la garganta. No podía creer que cada parte de su ser reaccionara de una manera tan errática hasta el punto de resultar atractivo para ella.
—Por lo visto hay un nuevo integrante con ustedes. — comentó Ichigo, refiriéndose al novio de Rangiku, cuándo pudo verlo por medio de la cámara de la laptop. Una parte de él se sentía feliz de poder seguir participando en las navidades de ese grupo de amigos y también se sentía realmente fascinado al apreciar a la azabache. Deseaba tener una especie de súper poder, el cual consistía en atravesar la pantalla y estar a lado de Rukia.
—Sí, él es mi novio, Gin Ichimaru — contestó Rangiku emocionada — y no te preocupes, tú lugar en este grupo siempre estará reservado ¿No es así, Kia-chan? — dijo esto último viendo fijamente a su amiga quién había estado desviando la mirada desde que escuchó la voz del varón.
—Cla-claro. — la azabache le suplicaba a su corazón que cesara sus latidos rápidos y dejara de bombear tanta sangre hacia sus mejillas, se estaba delatando. Una parte de ella sabía porqué se derivaban estás sensaciones pero jamás las había experimentado con tanta intensidad, por esa misma razón sentía que su conclusión podría ser errática.
—Dinos Shiba ¿Cómo van las cosas por allá? — preguntó Aizen tranquilo.
Todos comenzaron a acomodarse en el sillón grande para seguir charlando y así pudieran verse. Bendita la tecnología que rompe las barreras. Mientras hacían todos esos movimientos, Rukia aprovechó para apartarse por unos cuantos minutos de ellos y poder tranquilizarse, todo con la excusa de servirles un postre. Por obvias razones, no escuchó gran parte de la conversación.
—Pues creo que bien, hemos reescrito varios contratos y modificado algunas clausulas con la empresa de la familia Ishida, nos aliamos con la empresa Musiikki e incluso he modificado mi contrato. — comentó Ichigo mientras doblaba algunas prendas y las metía a una maleta.
—Vaya, si que has estado ocupado. — dijo Hinamori casi en un suspiro.
—Por supuesto que he estado ocupado ¿A caso pensabas que de vacaciones y haciendo fiestas? — internamente se rio de su declaración, aunque en parte era cierta, el objetivo principal de las fiestas era fortalecer los lazos con los inversionistas y no había una mejor manera que hacerlo con grandes reuniones — En realidad han pasado más cosas pero los detalles se los daré cuando regrese.
Sus empleados asintieron en silencio para después seguir charlando acerca de trivialidades ignorando paulatinamente la ausencia de su amiga sin embargo desconocían el pequeño dilema en el cual se veía sometida. Paseaba de un lado a otro dentro de la cocina; inhalaba y exhalaba con profundidad tratando de equilibrar el caos interno pero al parecer lo único que estaba logrando era hiperventilarse. Jamás de los jamases se había puesto de aquella manera. Colocó una mano sobre su pecho y otra sobre la orilla de la mesa para tener soporte.
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[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• Bleach
FanfictionLa madre de Rukia era una gran niñera pero el nacimiento de un bebé llamado Ichigo le quitó todo lo bueno de su vida hasta que él se fue. Sin embargo el niño prometió regresar para casarse con ella a pesar de tener ocho años. Tiempo después, él ha...