Capítulo 16.

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Gotas saladas descendían del cielo de sus ojos, aquellas lágrimas se fusionaban con el agua del mar. Por más que lo había intentado, no podía silenciar aquel recuerdo. Sin pensarlo dos veces trató de sumergirse entre las olas pero unas manos la tomaron del torso atrayéndola al cuerpo masculino del sujeto.

Ichigo se aferró al cuerpo de la fémina como si su vida dependiera de ello y pegaba su rostro en el cuello de la chica aspirando un dulce aroma a jazmín y sal. Su piel era tan cálida que podía sentir como sus cuerpos se fundían para convertirse en uno con ayuda de la arena cubriendo sus pies.

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1996

La pareja Kuchiki charlaba seriamente en el comedor. .

—Si es necesaria tu ayuda con la familia Kurosaki, te apoyo. — le dijo Byakuya mientras tomaba suavemente las manos de su esposa.

—Quiero que nuestra hija tenga su futuro asegurado y necesitamos el dinero. Aceptaré. — se decidió su esposa.

Hisana le dedicó una adorable mirada a manera de agradecimiento por el apoyo que le brindaba su esposo. Los Kurosaki la habían colocado entre la espada y la pared; sabía a la perfección las ventajas de tomar el trabajo sin embargo significaba alejarse de su familia, y separarse de ellos le resultaba doloroso.

—Tenemos qué comentárselo a Rukia. — pronunció Hisana mientras reforzaba el agarre de mano con su esposo.

Él se limitó a asentir con la cabeza para después levantarse de la mesa y apoyar a su esposa con la preparación de la cena.

Faltaban unos cuantos minutos para las seis de la tarde y la adolescente de cabellos azabaches llegó a su casa con un buen ánimo, la noticia de tener a su madre para ella sola por la ausencia del "mocoso" la hacía inmensamente feliz.

—¡Ya estoy en casa! — gritó desde la puerta mientras se quitaba los zapatos.

—Estamos en la cocina, hija. — contestó Byakuya.

Ella fue lo más rápido posible hacia ellos.

Se detuvo en la entrada de la cocina para apreciar mejor la escena. Su padre probando la sopa con su mantel azul y su madre, dándole la espalda, picando los vegetales: llevaba su cabello recogido en una coleta alta y tenía puesto el mantel rosa. Ahora se sentía segura de que su madre jamás se separaría de ella, corrió hacia su mamá y le dio un fuerte abrazo. Al principio Hisana se exaltó pero cuando sintió los delgados brazos de su hija rodeándola, se dejó mimar durante unos segundos más.

Una vez que se separó de su madre, sin dudarlo, se acercó al perchero donde estaba su mantel morado y se lo puso para poder ayudar en la preparación de la cena, mientras sus padres hacían las actividades más complicadas ella se dedicaba en la preparación del té, su especialidad.

Estando todo listo, dejaron sus manteles apilados y sirvieron la cena.

—Rukia, tenemos darte un pequeño anuncio. — dijo Byakuya seriamente.

La nombrada volteó a ver a su padre.

—La familia Kurosaki me ha pedido que los auxilie con Ichigo durante un tiempo algo... largo — prosiguió Hisana con el anuncio. Su hija los miró a ambos sin terminar de entender completamente —. He aceptado.

En ese preciso momento, Rukia sintió cómo la imagen que se había creado como una familia unida se rompía en millones de pedazos. Tan sólo habían pasado unos días desde que Ichigo le había dicho sobre su mudanza a otro país, sintiéndose liberada de aquella carga; ahora su madre le decía que se iría con ellos. A partir de ese momento tenía que actuar como una adulta pero quería sumirse en su llanto de niña pequeña.

[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• BleachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora