Las mañanas eran cada vez más frías en Tokio, faltaba un día para la entrada a diciembre. En las noticias circulaban la información de que había una gran probabilidad de que ese año fuera el más frío de aquella década, así que tenían que tomar precauciones.
Una mujer de figura esbelta, porte elegante y con el corazón agitado, caminaba con rapidez por los pasillos del edificio, dirigiéndose a la sala de juntas internas. El ensayo para la grabación "Voz femenina" se había prolongado más de lo normal, provocando que se le hiciera tarde para su reunión con su jefe, Uryu y los demás integrantes. Suspiró levemente al divisar la proximidad que había entre ella y la entrada del salón sin embargo, una vez que abrió la puerta empujándola con la cadera -ya que tenía las manos ocupadas con papeles-, se sorprendió al notar de que no había nadie ahí. Dejó los folios sobre la mesa y checó la hora "12:10 PM". Guardó su celular extrañada, después hizo un recuento mental sobre su charla con Shiba. Tenía que distraerse, a parte de que aquellos recuerdos no abandonaban su mente provocando que estuviera menos concentrada de lo normal y entorpeciera sus decisiones.
— Dígame ¿De qué quiere hablar? — dijo el presidente mientras dejaba su té sobre la mesa del centro y se acercaba más a Rukia. Ella se removió en su asiento un poco incómoda, no por su presencia sino por lo que le diría a continuación.
— Yo... — habló con un exiguo volumen. Shiba la observó con más atención. — después de haberme dicho que Renji había solicitado su renuncia, fui a su casa.
De repente sintió como la sangre subía a su cabeza, aumentando la presión en esta y provocando que unas cuantas lágrimas se formarán en sus violáceos ojos. Juntó sus piernas y cerró sus manos sobre la manta blanca, formando unos puño. Sus venas se marcaron ligeramente en sus manos por la fuerza. Kaien al notar cómo había cambiado el lenguaje corporal de su amiga, se acercó más a ella hasta poderla rodear con sus fuertes brazos.
— Sabes que puedes confiar en mí, enana. — la consoló mientras pasaba los dedos de sus manos por el cabello de la chica. Poco a poco, sintió como la parte que cubría los ojos de la azabache, comenzaba a humedecerse. Unos segundos después, ella se separó unos cuantos centímetros para poder seguir con su relato.
— Cuando entré a su casa, estaba con otra mujer.
Shiba abrió sus ojos desmesuradamente demostrando su sorpresa. ¿Él sería capaz de engañar a Rukia? No, pero...
Él no dijo nada, señalando que podía seguir desahogándose.
— No creo que me haya engañado con aquella mujer pero... — ya no pudo continuar porque rompió en llanto. Con el dorso de su mano se limpiaba las lágrimas que se desprendían de su pequeño cuerpo — No entiendo porqué lloro tanto si él no fue demasiado en mi vida solamente fue otro más que decidió arruinar esto — decía mientras ponía unas de sus manos en su pecho, señalando su corazón.
Kaien tomó un mechón de su cabello y lo colocó detrás de la oreja de ella.
— Además el creciente estrés que he tenido con la semi-reaparición de Ichigo y la proximidad del cumpleaños de mi madre... — las lágrimas habían cesado y en su voz se podía escuchar el enojo que le provocaba la situación. Inhaló y exhaló con pesadez para poder concluir. — Creo que en unos días me comenzará a bajar, he estado muy sensible últimamente.
Su acompañante soltó una pequeña sonrisa. Esa chica era espectacular, no comprendía cómo el idiota de Renji la había dejado y no sólo él sino todos sus ex novios. Tomó la barbilla de la chica entre sus dedos para que ella lo viera a los ojos. La mirada de los dos paseaba por cada uno de los ojos del otro, como si buscaran algo en especial, las respuestas a su casi insignificante vida.
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[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• Bleach
FanfictionLa madre de Rukia era una gran niñera pero el nacimiento de un bebé llamado Ichigo le quitó todo lo bueno de su vida hasta que él se fue. Sin embargo el niño prometió regresar para casarse con ella a pesar de tener ocho años. Tiempo después, él ha...