Caminaba ansiosa de un lado a otro, se había imaginado aquel día miles de veces pero las posibilidades de cumplirse disminuían drásticamente hasta que llegó sin demora alguna. Debía de tranquilizarse, se repetía mentalmente como si de un mantra se tratara; presionaba sus dedos hasta que tronaran; de vez en cuando, colocaba una de sus manos sobre su pecho para sentir los imparables latidos de su corazón. No lo podía creer, todo sería público, todo.
Las placas de la oficina principal habían cambiado, ahora ya no decía "Presidente Kaien Shiba" sino "Presidenta Rukia Kuchiki", incluso la pequeña placa que yacía sobre la mesa tenía su nombre. De tanto caminar, unas pequeñas gotas de sudor empezaron a descender por su nuca. Necesitaba aire, relajarse. Una Kuchiki no se mostraba nerviosa, menos cuando habría demasiadas personas: medios de comunicación sobre empresas prestigiosas, los padres de Ichigo, empleados y sus amigos. Debía de mostrar seguridad y serenidad.
La puerta de la oficina se abrió, por la puerta entró Ichigo con un traje negro y camisa blanca, una vestimenta sencilla pero lo suficientemente elegante y atractivo.
Sus miradas se conectaron y él comprendió los nervios de la fémina, sin dudarlo un segundo, cerró la puerta tras de él y caminó hasta llegar a su lado. Rukia buscaba en su mirada avellana algunas palabras de consuelo o alivio, la respuesta a aquellas mariposas en su estómago.
—¿Nerviosa, presidenta Kuchiki? —susurró pegando su dorso al de la azabache. La cercanía le permitía ver por la abertura del vestido blanco el pecho de su novia.
—No se lo digas a nadie pero... —hizo una breve pausa para tomar las manos del varón y estrujarlas, con la intención de disminuir su ansiedad pero solo logró provocarle dolor a su pareja —me estoy muriendo de los nervios ¿cómo te tranquilizaste el día que asumiste la presidencia?
Ichigo levantó la mirada hacia el techo tratando de recordarlo.
—No me sentía inquieto por asumir el puesto, de hecho ni me importaba —Rukia no podía creer lo que estaba oyendo —, sin embargo, sentía una inmensa angustia por tu reacción. Sería la primera vez que te vería después de años y me preguntaba ¿me reconocerá? ¿se enojará conmigo por tener un puesto que no me corresponde? O, la más importante ¿se enamorará de mí al verme? Algo así como... amor a primera vista.
Escucharlo decir eso, la tranquilizó momentáneamente. Ichigo había convertido un sentimiento angustiante en una mera trivialidad: de una presidencia, a un capricho infantil. La azabache prefirió seguir el juego de coqueteo.
—Tu autoestima si que era alto para pensar eso ¿enamorarme de ti a primera vista? Por favor —dio unos pasos hacia atrás para separarse de Ichigo y mostrarse altanera.
—¿Me negarás que no sentiste algo por mí cuando me viste por primera vez? —prosiguió la charla dando pasos hacia ella hasta que chocaron con el borde del escritorio.
—Bueno, si pensé que eras un poco atractivo cuando te vi —contestó un poco intimidada al sentir el mueble.
—¿Solo un poco? —dobló un poco sus rodillas para tomar a Rukia de los muslos y poder cargarla.
—Tal vez... —estando sentada sobre el escritorio el pelinaranja abrió las piernas de la chica para quedar en medio de estas —tal vez...
—Tal vez ¿qué? —deslizaba sus dedos por debajo del vestido hasta llegar a la ingle; sus labios se rozaban, cada pequeño movimiento era percibido por la epidermis de su piel y cada respiración por el tímpano de sus oídos, los cuales vibraban extasiados al escuchar los sonidos del cielo.
—Demasiado pero yo —Ichigo fue despojándola de su ropa interior. Se miraron a los ojos por unos segundos para preguntarse si ambos querían hacerlo ahí y ahora —yo... tenía no-ovi a-ah Ichigo —lo llamó excitada al sentirlo dentro de ella. Necesitó de demasiado autocontrol para no liberar un gemido. Debían de admitir que una de sus fantasías sexuales era tener sexo en la oficina, en el ascensor o en las escaleras de emergencias como comúnmente se ve en las series pero su ethos los privaba de tal fantasía lujuriosa hasta que el deseo los dominó.
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[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• Bleach
FanfictionLa madre de Rukia era una gran niñera pero el nacimiento de un bebé llamado Ichigo le quitó todo lo bueno de su vida hasta que él se fue. Sin embargo el niño prometió regresar para casarse con ella a pesar de tener ocho años. Tiempo después, él ha...