Capítulo 9.

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Rukia pasó a la oficina con paredes de vidrio sintiéndose intimidada.

— Tome asiento señorita Kuchiki. — invitó el DJ quien estaba sentado en su silla giratoria detrás de su escritorio, cuya posición era dominante.

La azabache caminó hacia la silla que estaba frente a él, colocó los papeles sobre la mesa. Se moría de nervios y no sabía el porqué. Inhaló y exhaló disimuladamente.

— Es un gusto estar con usted en este momento señor Shi... Kai... — de pronto en la cabeza de la chica se generó un pequeño dilema al no saber cómo dirigirse al varón. — Am~ ¿Cómo te gustaría que me dirigiera hacia ti? — preguntó en voz baja, como si el hecho de bajar la voz le quitara la sensación de nerviosismo y vergüenza.

El pelinegro sonrió al notar como la actitud profesional de ella se había modificado para adaptar uno más tierno y fresco.

— Ya te dije que me gustaría que me llamaras cariño — contestó con un ligero tono burlesco.

—Es en serio. — reprendió la fémina.

—Ja, ja, ja. Entendido, entendido. Llámame Shiba, por lo que tengo entendido tu jefe se llama igual que yo y no quiero crear más confusión.

Una vez que aclararon este punto nada importante para el tema pero si para su relación, decidieron seguir con el motivo principal de su reunión. Rukia abrió los folios que había puesto sobre el escritorio y se los mostró al DJ.

—La empresa Shiba, específicamente su canal ShB y la Secretaria de Cultura de Japón han colaborado para la elaboración de un programa cultural, cuyo objetivo es promover el arte entre los ciudadanos exaltando los talentos que han surgido en el país y viajado por el mundo. — expuso Rukia con profesionalismo.

— ¿Necesitan que mi empresa sea uno de los patrocinadores o cuál sería mi papel en dicho proyecto?

—Lo que necesitamos es que usted sea el primer entrevistado de este programa, debido al auge tan sorprendente que ha tenido en el mundo, o si lo desea, incluso el rostro principal de este, presentando cada una de las emisiones que tendrá la temporada, que en total serían doce episodios.

Shiba tomó los papeles y comenzó a leerlos con detenimiento. Hasta cierto punto, pareció que él ya no le prestaba atención a ella, por lo que decidió suspender su explicación y esperar en silencio algún comentario o pregunta del chico, sin embargo la espera se le hizo pesada por lo que decidió intervenir.

—Si le apetece le puedo enviar una copia del proyecto a su correo y así pueda leerlo con más detenimiento. — sugirió la fémina.

A pesar de eso, el chico siguió en silencio, leyendo los oficios. Pasados los cinco minutos Shiba se fijó en Rukia quien tenía puesta la mirada en la vista de la ciudad nipona que se proyectaba detrás de él.

—Por lo que leo, me ha atraído la posibilidad de ser el rostro principal del programa sin embargo necesito más tiempo para analizar los términos y condiciones de este puesto pero si lo que necesita ahora es una respuesta, le doy un sí.

La chica se extrañó al tener una respuesta relativamente rápida. Shiba se levantó de su asiento, caminó hacia el mini bar que estaba en una de las esquinas de la oficina, tomó dos copas y vertió en estás un poco de vino espumoso. Al principio pensó que él regresaría a su asiento sin embargo se sentó en la sala que estaba en medio de la oficina. El músico le dirigió una mirada seductora a Rukia.

Ella entendió la indirecta y se fue a sentar a lado de él, tomó la copa entre sus finos dedos y cruzó las piernas, permitiendo que la tela que la cubría se pegara a su piel y remarcar su silueta.

[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• BleachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora