Ichigo logró salir del armario con ayuda de Rukia. Ella seguía con la cara roja y los ojos hinchados por el llanto, el corazón del varón pudo sentir un golpe al pensar que él fue uno de los causantes de tal dolor en la fémina de sus sueños. Sin pensarlo demasiado, pasó sus manos por las mejillas de Rukia quien dio un pequeño respingo al sentir la frialdad de estas sobre su piel; lo natural era que ella se alejara del pelinaranja pero no deseaba hacerlo, deseaba seguir los latidos de su corazón y pegar su cuerpo al suyo pero todos los problemas en lo que estaba envuelta le nublaban la vista y se veía en la necesidad de refugiarse en su insensible lógica.
—Creo que... —Ichigo dijo cada sílaba de estas palabras como si despidiera sus sueños más preciados — debo de irme, mi madre ha de necesitarme.
Ambos podían sentir como sus latidos retumbaban dentro de sus pechos como si cientos de martillos los golpearan. Entre suspiros disipaban la nube de la felicidad en la que se veían envueltos. Rukia lo vio fijamente a los ojos: no esperaba palabra o acción sólo esperaba obtener una respuesta... la cual jamás llegó.
—Claro presidente —contestó la fémina mientras daba un paso hacia atrás y bajaba la mirada, con la esperanza de que en el momento en que levantara la vista, él ya no estuviera ahí.
Los segundos pasaron y no escuchó ningún ruido dentro de la habitación. Absoluto silencio. Absoluta debilidad. Sólo ella, con el corazón roto y el alma sumido en lágrimas amargas. Unos segundos más y tal vez se quedaría congelada por el aire helado pero de pronto sintió sobre su barbilla la mano de Ichigo ¿Por qué no podía congelar esos sentimientos por siempre? Tal vez podría actuar con la misma naturalidad que antes aunque desde meses atrás lo deseara.
La azabache levantó su rostro para afrontar al varón, quién jamás había abandonado la habitación, sujetó fuertemente su camisa y se levantó en puntillas para besar su barbilla. Desgraciadamente su altura no la apoyaba demasiado en ese aspecto.
El corazón de Ichigo se derritió al sentir los labios de Rukia sobre su piel. La deseaba pero no solo en cuerpo, la deseaba más allá de lo visible: una conexión indescriptible pero lo suficientemente fuerte entre los involucrados, sólo ellos dos sabían lo que era pero aceptarlo desataba demasiado riesgos hacia sus ideales. Rukia siempre enojada con Ichigo por complicarle su vida; Ichigo siempre enamorado de Rukia por cuidarlo amorosamente pero... Si cambiaban los motivos de sus sentimientos ¿Qué quedaba? ¿Cuál sería su impulso? Estarían perdidos en este mundo de la incertidumbre y no sabían cómo apoyarse mutuamente o tal vez sí pero querían mantener ese pañuelo sobre sus ojos para evitar dañarse... Al menos no tanto.
El pelinaranja tomó a Rukia de la cintura y la levantó lo suficiente para darle un beso en los labios. Se separaron para verse a los ojos, ambos lo querían. Era momento de hacerlo. Sentó a la azabache en la repisa del armario para seguir besándola cómodamente, abrió sus piernas para colocarse entre ellas y poder pegar sus cuerpos. Dentro de él surgió la necesidad de arrancarle la ropa y apreciarla en su traje de Eva pero debía de contenerse, por enésima vez.
Ambos sabían a la perfección que sus acciones no eran las correctas pero desde el principio nada lo habían hecho bien.
Los límites entre los dos parecían disiparse, lo único que los separaba era la ropa. Guiada por la desesperación, Rukia le quitó la camisa a Ichigo, dejándola apreciar su trabajado abdomen. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que sintió sus labios sobre ella, ahora podían aprovecharse. Pasó lentamente las yemas de sus dedos por el pecho de Ichigo, quién soltó un pequeño gemido por la excitación.
El varón besaba los labios de la azabache con devoción y poco a poco fue descendiendo por el cuello hasta llegar a sus clavículas. Él también le quitó las prendas necesarias para dejarla semidesnuda. Besó delicadamente los alrededores de sus pechos para después lamer con cuidado uno de sus pezones. Ella no pudo evitarlo más y soltó un gemido. Al ser conscientes de la intensidad de este, Rukia se cubrió la boca para amortiguarlos y no llamar la atención.
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[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• Bleach
FanficLa madre de Rukia era una gran niñera pero el nacimiento de un bebé llamado Ichigo le quitó todo lo bueno de su vida hasta que él se fue. Sin embargo el niño prometió regresar para casarse con ella a pesar de tener ocho años. Tiempo después, él ha...