Capítulo 19.

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Rukia ya no podía seguir con los párpados abiertos, su peso aumentaba.

Rukia, sígueme hablando sobre...

—¡Ryuken! — gritó de pronto, hasta el gato callejero que descansaba en la ventana de su casa saltó espantado por el ruido.

¿Ryuken? — preguntó Ichigo, no comprendía la conexión entre el padre de Uryu y lo dicho anteriormente sin embargo estaba borracha, era normal un cruce incoherente de información —¿Él qué tiene?

Una parte de Rukia le pedía más alcohol, otra que cerrara la boca y el resto le imploraba que se durmiera, había sido una semana agotadora en el trabajo por lo tanto ya pedía un buen descanso. Trataba de cubrirse con sus sábanas sin embargo todo le daba vueltas, perdiendo el sentido de la lejanía o cercanía de los objetos, de hecho intentaba agarrarlas pero sólo abría y cerraba su mano en el aire sin conseguir nada: sólo unas cuantas risas por parte de Ichigo.

—Ryuken me prop... uso — dejó caer completamente su cuerpo en la cama, en señal de rendición: la tela disminuyó el volumen de su voz, impidiendo escucharla con claridad — tra-jo en Milán.

Ichigo apenas y había comprendido unas cuantas palabras, quería seguir con su interrogatorio pero la azabache ya se encontraba dormida por el alcohol. Admitía que le gustaba verla alcoholizada pues conocía otras facetas de ella y cometía errores tan graciosos y tiernos, los cuales aumentaban su amor hacia Rukia.

La videollamada seguía, así que el presidente decidió apreciar durante unos cuantos minutos más a la fémina dormida. El cabello azabache estaba enmarañado, su rostro estaba enrojecido por el sake ingerido, podía apreciar una parte de su abdomen ya que la blusa de su pijama se había enrollado y por su boca empezaba a salir unos cuantos hilos de saliva.

Pocas veces podía apreciarla dormida y otras menos, borracha, así que decidió no desaprovechar la ocasión y tomar una captura de pantalla. Aquella imagen le serviría para molestarla cuando estuviera sobria.

Antes de terminar la llamada siguió meditando sobre las últimas palabras de Rukia antes de caer rendida: "Ryuken me prop... uso tra-jo en Milán. Propuso. Tra-jo ¿De traer? No, no encaja. Piensa, piensa". De pronto se cerebro hizo clic con comentarios anteriores del empresario: la oportunidad de abrir una nueva sede en Milán e incluso el comentario en la isla Iriomote. No había duda de que Ryuken no perdería la oportunidad de llevarse a Rukia de la empresa, lo había dejado demasiado claro sin embargo no sabía cuál fue la respuesta de la azabache: ¿Lo rechazó, aceptó o le pidió más tiempo para pensar?

Pensando en todo lo sucedido anteriormente entre él y Rukia no le sorprendería si terminaba aceptando el puesto ya que había sido clara al decirle sus sentimientos hacia él como Ichigo. El amor hacia ella era lo suficiente fuerte para dejarla ir porque quería verla feliz pero al mismo tiempo quería estar a su lado y no como un amigo sino como algo más.

Seguía dándole vuelta al asunto, llegando a plantearse la posibilidad de alejarse de ella pero a su mente acudieron las palabras de Rukia ebria: —Sabes, antes me gustabas... y mucho pero comencé a sentirme desplazada por ti. No sólo en el trabajo, también en la vida social. En ocasiones ¡hip! Intenté decirte: Hey tú, me gustas pero no me atreví así que decidí enterrar esos tontos ¡hip! sentimientos.

En definitiva no debía de rendirse, ayudaría a Rukia a enmendar las heridas del pasado para poder estar juntos. No lo haría como Ichigo de 8 años ni como presidente Shiba sino como el actual Ichigo, consciente de sus fortalezas y debilidades.

—Ichigo — dijo la azabache dormida —idiota...

Se entusiasmó al escuchar a Rukia llamarlo entre sueños, y no le causó impacto que acompañara su nombre antes de un insulto, así era ella desde que la conoció. Por fin colgó la video llamada.

[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• BleachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora