Capítulo 21.

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—¿A caso estás loca?— preguntó molesto una vez finalizada la videollamada —Ellos no saben mi otro nombre, me conocen como Shiba ¿Escuchaste? Shi ba. — hizo énfasis en cada sílaba de su antiguo apellido. El chico de cabellera azabache paseaba por la habitación de un lado a otro con desesperación.

Soi Fong lo veía divertido, era la primera vez que presenciaba aquella faceta del joven empresario. Sin importarle mucho el drama, regresó al sofá donde se hallaban los papeles y su computadora. Al parecer su imagen proyectada le importaba demasiado.

—Lo sé perfectamente, señor Shiba sin embargo unas firmas mas y en unos minutos este será sólo un recuerdo ¿O no? — comentó la fémina adquiriendo una postura altanera, volteó la computadora hacia el varón para que él viera el documento proyectado en la pantalla.

Ella tenía razón, unas formas mas y el nombre Kaien Shiba sólo sería un pequeño obstáculo en su vida. Unas firmas más y volvería a ser Ichigo Kurosaki, el pequeño niño de cabellera naranja el cual estaba perdidamente enamorado de la hija de su niñera. No, en realidad sería un Ichigo diferente, más maduro con la capacidad de saber qué le convenía y en esos momentos debía de asumir sus responsabilidades como adulto.

Sin dudarlo más se sentó frente a Soi Fong, leyó el documento y lo firmó cuando estuvo de acuerdo con cada una de las clausulas. Después se la entregó a la chica, ella le tendió otros papeles, ahora con un rostro más serio.

—En este documento renuncias a la presidencia de la empresa —antes de que él lo tomara, alejó durante unos segundos las hojas y le preguntó —¿Estás seguro? ¿No te arrepientes de nada? Si firmas estos papeles ya no habrá vuelta atrás, Ichigo.

—Vamos abogada Soi Fong, estoy cien por ciento seguro. — trataba de convencerla con sus palabras pero parecían no ser suficientes — Si sigue teniendo dudas, le puedo asegurar que mis papás ya me dieron permiso, de hecho se encuentran en la habitación de a lado. — le hizo una señal con la mano para que así le entregara el contrato.

—¿Ya pensaste quién te sucederá? —le preguntó dándole el documento a firmar.

—Tengo a alguien en mente pero no sé si aceptará el puesto. —contestó mientras firmaba.

—O sea, has abandonado tu puesto sin saber si esa persona lo aceptará. Vaya que eres idiota, aunque —hizo una pausa recargándose completamente en el respaldo del sofá y masajeando su sien — si esa persona rechaza tal puesto habría alguien mas idiota que tú.

Una vez firmado todos los papeles faltantes, decidieron descansar un rato, además era navidad, merecían un corto descanso, al menos en ese día. Durante unos segundos Ichigo observó la hoja donde Soi Fong había escrito "Te amo Rukia", sonrió al recordar la manera tan abrupta de terminar la videollamada, especialmente a Rukia con su traje rojo. Le encantaba imaginársela haciendo sus famosos pucheros frente al espejo, cada parte de ella era tan adorable, pero con una pizca de sensualidad.

De pronto a su mente regresaron algunos fragmentos de su charla con Ryuken después de enterarse de la propuesta de trabajo. Se había sentido tan desesperado. Necesitaba saber la respuesta de la fémina al respecto así que al siguiente día se contacto con el padre de su amigo y gran socio para discutir lo acontecido. Durante horas se estuvo mentalizando ante la posibilidad de una respuesta positiva y dejar que Rukia abandonara la empresa sin embargo el varón no le dio ninguna respuesta, ni positiva ni negativa. Solo le dijo: "Es un asunto que deberían de discutir" y ya, no había nada mas.

Ichigo no se desprendía de su puesto con la intención de atar a Rukia a la empresa sino porque el sabía a la perfección que aquel puesto no le correspondía. Si, su familia había trabajado en aquella empresa pero él había asumido un puesto tan de repente, él no se había desvelado durante días para elaborar un proyecto casi perfecto como todos los demás empleados, especialmente Rukia.

[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• BleachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora