El sol anunciaba su gloriosa entrada en el lado contrario por el que había descendido aquella noche, se escucharon unos golpes en la puerta de la habitación, perturbando el sueño de la chica. La cabeza le punzaba por las largas horas que había llorado sacando la amargura almacenada por años, comenzó a abrir los ojos sintiendo como si tuviera piedritas dentro de sus párpados. El cansancio no terminaba de abandonar su liviano cuerpo pero era consciente sobre los golpes en la entrada de la cabaña. Caminó despacio mientras se tapaba con una bata del hotel.
Abrió la puerta y frente a ella se encontraba Kaien con un vaso de yogurt en sus manos, sin pronunciar alguna palabra, él le extendió el postre a la fémina. El DJ debía de admitir que el aspecto de Rukia era deplorable.
Ella tomó el vaso con rapidez, pues no había comido nada desde la mañana anterior así que su cuerpo le pedía a gritos alimento. Comió desesperadamente el contenido, ignorando por unos segundos la presencia del chico, apenada por sus acciones, levantó la vista y le dijo:
—Disculpa, no debí de dejarte afuera.
—No te preocupes ¿Puedo pasar?
Rukia asintió y se hizo a un lado. Cerró la puerta detrás de él, caminaron hacia la orilla de la cama para sentarse y charlar un poco sobre lo que había sucedido horas antes.
—Podría decir que me lo merecía.
—Gracias por el yogurt.
Un silencio incómodo llenó la habitación, disgustando a los adultos.
—¿Por... por qué no me dijiste nada? — preguntó con voz quebrada la chica de ojos violetas. Kaien se sintió dolido al verla así, casi destrozada. Acercó su mano a la de su compañera sin embargo ella se rehusó a ser tocada por el varón.
—Recuerdo nuestro primer encuentro en aquella fiesta en Shibuya, quedé fascinado de ti al instante así que traté de ligarte pero apareció Orihime y una cosa llevó a la otra — ambos soltaron una risa al recordar aquellos incómodos momentos —, te perseguí hasta el bar y cuando apareció Ichigo me di cuenta de que ustedes estaban relacionados y tú — hizo mayor énfasis en esta última palabra — eras aquella chica de la que no paraba de hablar desde que lo conocí, así que pensé que ya sabías quien era.
Por alguna extraña razón el corazón de Rukia se estrujó.
—Cuando saliste del bar él me dijo que me apartara ya que lo desconocías. Pensé que después de aquel encuentro Ichigo ya te lo había dicho sin embargo la vez que nos encontramos en el parque cercano a tu casa, lo volviste a llamar "Kaien", en ese momento supe que él seguía sin decírtelo. Le advertí pero me contestó...
—Todo a su debido tiempo. — completó la frase la chica con la mirada perdida en el horizonte.
Una parte del varón se sentía culpable al haberle ocultado tal información pero... había sido un irresponsable, no había palabras para defender su acción.
—Discúlpame, debí de...
—Pero no lo hiciste Kaien.
A pesar del mutismo, los pensamientos de Rukia seguían atacándola ¿Por qué no se había dado cuenta? Todo había estado frente a ella pero nunca lo captó. Diversas maldiciones surgieron en su mente, las cuales iban dirigidas había ella e Ichigo.
—¿Podrías — inhaló y exhaló antes de seguir con su oración —, ser mi amigo? Necesito uno urgentemente. — le pidió Rukia mientras apoyaba su coronilla sobre el torso del DJ.
Sus corazones se encontraban destrozados. Él sabía desde un principio que no podía involucrarse con aquella ninfa de piel aperlada y cabello oscuro pero decidió arriesgarse a jugar con fuego. En ese momento perdía a una amante y los latidos vivarachos de su corazón. Era el momento de separarse de la idea de tener una vida juntos, como pareja.
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[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• Bleach
FanfictionLa madre de Rukia era una gran niñera pero el nacimiento de un bebé llamado Ichigo le quitó todo lo bueno de su vida hasta que él se fue. Sin embargo el niño prometió regresar para casarse con ella a pesar de tener ocho años. Tiempo después, él ha...