El joven dj regresó a la fiesta y buscó a su amiga con la mirada. Una vez que la encontró, con un movimiento de cabeza le indicó que subiera. Quería hablar en privado con ella.
Los dos atravesaron el mar de gente y se metieron al ascensor del lugar. El chico de cabellera negra presionó el botón 3 y en cuestión de segundos llegaron al piso indicado, después se adentraron a una de las habitaciones que le habían dado como camerino. La pareja de adultos entraron y se sirvieron un poco de whisky para después sentarse frente a frente en el sillón más grande.
—Y dime cariño, ¿de qué quieres hablar? — inició Orihime después de darle un trago a su bebida.
—A ella, la chica de cabellera azabache ¿Dónde la conociste?— preguntó el joven Shiba con tranquilidad.
—Pues — la mujer se removió un poco en su lugar. Dejó la bebida sobre la mesa que estaba enfrente de ellos y se quitó su abrigo, dejando ver su gran escote. Ella se puso más cómoda para narrar la nostálgica historia — Rukia y yo fuimos compañeras, no, amigas, — corrigió con una leve sonrisa — ella siempre fue muy tímida, inteligente y disciplinada: Muchos la querían. Recuerdo que su apodo en la escuela era Kia. — se recargó en el respaldo del sillón — Creo que su único defecto es, qué era muy tonta con los hombres. A Rukia le gustaba Ashido, un chico equis y yo lo sabía sin embargo un día, el idiota me besó a la fuerza pero... — inhaló y exhaló profundamente antes de seguir con su historia— Kia nos vio y lo mal interpretó todo. Eso pasó en segundo año, en tercero se trasladó a una escuela sólo para señoritas. Nunca me volvió a hablar.
Una vez que terminó de narrar, se levantó del lugar y caminó hacia la ventana de la habitación, corrió un poco las cortinas para poder apreciar el paisaje nocturno de la ciudad.
—Rukia Kuchiki. Así se llama. — Orihime seguía sumida en sus recuerdos del pasado.
Shiba también se levantó con su vaso vacío en la mano y caminó hacia la mesa donde estaban las bebidas. Se sirvió un poco más de whisky.
—¿Crees que puedas conseguir un poco de información de ella? Creo que, — se llevó el recipiente a sus labios y tomó un poco de la bebida. No lo decía pero su corazón latía al mil por hora por la noticia. — ella es la chica que estaba buscando.
Orihime abrió los ojos desmesuradamente y giró su cuerpo hacia la dirección que estaba su amigo.
—¿Rukia? — dio unos pasos hacia adelante — ¿Mi pequeña Rukia? — volvió a preguntar la mujer de curvas pronunciadas.
Shiba la volteó a ver con una sonrisa y luego asintió en silencio con la cabeza.
—Pues debes de saber querido que andas de suerte. Mañana iré a visitar a su exnovio. Que por cierto, ahora trabaja para mí. — anunció con una sonrisa seductora.
Shiba agarró una chamarra negra y se aproximó a la puerta.
—Daré una vuelta. Luego nos vemos. — fue lo único que dijo para después abandonar el lugar.
...
Ya era de noche en Karakura, el distrito donde vive la joven Rukia.
Las luces alumbraban las calles. Por la calle que está frente a la casa de la joven mujer, pasea un hombre de cabellera oscura, con sus manos toca la barda de piedra que está a unos metros adelante de la casa. El hombre de más de treinta años sonríe con nostalgia al recordar a aquella Rukia de doce años.
—¡Kia-chan! ¡Ábreme! — pedía a gritos el pequeño de cabellera naranja afuera de la casa de su amada.
La chica de cabellera azabache y ojos violetas salió de su casa y se sorprendió al ver a Ichigo llorando. Con pasos firmes se acercó a él y se agachó un poco para quedar frente a frente. Con delicadeza tomó una de las manos del niño y sobó el dorso de esta para darle calidez pues era invierno y las calles estaban cubiertas por la blanca nieve.
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[+18] [AU ICHIRUKI] •El Niño Pequeño• Bleach
Hayran KurguLa madre de Rukia era una gran niñera pero el nacimiento de un bebé llamado Ichigo le quitó todo lo bueno de su vida hasta que él se fue. Sin embargo el niño prometió regresar para casarse con ella a pesar de tener ocho años. Tiempo después, él ha...