46. Todo lo que tu sientes me ha salvado

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Quizás después de todo puede que aún haya un nosotros. Es mi primer pensamiento cuando salgo de aquella casa que se ha convertido en el lugar de mis pesadillas. En un principio deseé no haber pactado con Herg el llevar a Eva a la escuela, incluso días después de conocerla odie cada minuto que pasaba intentando comprender porque no conseguía lo que me proponía pero estaba enganchado, necesitaba saber a donde sería capaz de llevarme ella y como acabaría. Nunca hubiese pensado que perdería a gente como Gèrard o a mi propia madre. Si hubiese sabido que iba a presenciar la destrucción de la que era mi casa desde luego que no me habría parada porque la tentación era ella, la chica que tira de mi mano guiándome hasta la propia salida de su casa que ahora parece haberse destruido también por la presencia del rey en ella.

-Chicos- dice Flavio- ¿Estáis bien?

Samantha y él se acercan detrás nuestra siguiéndonos rápidamente parando nuestros pasos. Recuerdo ver sus rostros entre la multitud cuando mi padre frenó al rey pero ha ocurrido todo tan rápido después.

Con el rey preso gente vestida de diferentes ropajes los cuales he asociado a la Snaga se han encargado de retenerle y llevárselo preso mientras los demás, los gritos de los jóvenes, ensordecían la sala saliendo a celebrar que se había acabado la guerra. Las muertes habían merecido la pena y todos esos familiares que habrían perdido, o al menos eso decían sus lágrimas, habían servido para acabar con el rey pese a que nadie sabía que es lo que se vendría después. Mientras toda la sala celebraba yo solo podía concentrarme en los ojos que me estaban dando vida, esa misma que el rey quería quitarnos a ambos. Ha sido Eva quien me ha soltado las manos después de un par de besos que no se podían seguir conteniendo en nuestros labios. Entre el montón de gente sin pararnos a mirar quienes han venido a presenciar el destrono hemos huido, ambos sin mediar palabra sabíamos que necesitábamos salir de aquel lugar donde la muerte aún nos miraba con recelo murmurando un os habéis vuelto a escapar.

-Si- digo mirando a Eva que contempla su casa con alivio.

-Si- confirma ella misma bajando la mirada hasta las gafas de nuestro amigo.

-¿Y ahora qué?- dice asustada Samantha que se pega a Flavio intentando proteger su oído dañado.

-Buena pregunta, no sé, es la primera vez que no se me ocurre ningún plan y tú- dice Eva apagando su voz tragando saliva-, no sabes nada antes que el resto.

Desvió mi mirada a el hombre que nos ha salvado, el mismo que me ha ocultado tantos secretos que casi me cuestan la vida. Puede que si hubiese sabido antes todo lo que conozco ahora, sobre Otpor o sobre el mismo aunque de él por lo visto no se demasiado aún ya que la razón por la que el rey le buscaba es algo que aún se escapa entre mis conocimientos. Allí en la puerta principal, colocándose un par de guantes negros mientras hace un reconocimiento al exterior cruzamos miradas.

-Vosotras no, pero puede que mi padre si sepa que es lo que va a pasar- digo soltando la mano de Eva.

Dejando atrás al grupo para acercarme a mi padre oigo el murmuro de sorpresa ante mis pasos decididos tras el odio aparente que he mostrado últimamente por la persona que me dio la vida y en parte puede que hiciera que se la quitarán a mi madre. Él también anda hasta, llegando ambos al medio del breve sendero que se interpone entre ambas entradas, la de la casa rosácea de los Barreiro y la del jardín que indica que has entrado en su propiedad o lo que ellos han marcado como propiedad de los Barreiro.

-Hugo- dice mi padre- Me alegro que estés bien.

Pone su mano en mi hombro mostrando una sonrisa de supuesta alegría al ver mi rostro intacto pero la cuál no consigo identificar con la que acostumbraba a ver los días de frío cuando los cuatro de la familia dormíamos juntos en la misma cama y el hacía ver que era algo normal, algo que estaba deseando que pasara durante todo el año para amenizar el dolor de rodillas y la dormilez de los pies por culpa del frío.

Los ojos del océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora