7. Preguntar

441 33 1
                                    

Me gustan esos días donde te vas a dormir con la sensación de estar lleno, tanto de comida como de todo tipo de emociones. Esos momentos en los que sabes que es el momento exacto de cerrar los ojos y descansar porque nada más dr lo que hagas servirá para algo. Ayer fue esa noche después de repartirnos las conchas y visitar el mercado Flavio y yo nos despedimos para ser recibidos en casa con abrazos y besos de más por nuestras respectivas madres e incluso yo diría que por mi propio hermano. La felicidad al verles comer, oír a mi hermano relamerse acabando con una frase que poca veces podemos decir "estoy lleno" había momentos donde parecía que las lágrimas iban a salirse sin control alguno, el esfuerzo del pequeño armario tuvo su gran recompensa.

Despertarse pensando en ello ha sido difícil pues he tenido que parar cinco segundo con el cepillo de dientes en la boca para pensar que fue real y que se ha inventado mi mente en los diversos sueños que he tenido en toda la noche. A mí hermano ha costado sacarle de la cama más de lo normal por la sensación de un estómago lleno que en cuanto ha visto el bol de leche no ha dudado en tragárselo de un sorbo sin esperar si quiera la galleta diaria de la que disponemos en casa.

-Tener buen día- ha dicho mi madre cuando salíamos de casa- Hugo, ve con tu hermano.

Afirmando con un gesto de cansancio en los ojos he cerrado la puerta dando paso al momento en el que estamos Rafa y yo, igual que ayer. Un cartel. Dos caminos. Una promesa.

-Rafa, tenemos que hacer como ayer- digo mirándole directamente sin duda alguna.

-Pero le has dicho a mamá que irías conmigo Hugo- llora mi hermano poniendo una mueca en sus labios.

-Iré, solo necesito desviarme un poco pero esta vez volvemos juntos a clase- le revuelvo el pelo para después darle un pequeño empujón- Venga ve, que no quiero que llegues tarde.

Con su desaprobación y una posible acusación de nuevo abandono le veo irse hasta desaparecer al final del camino. A lo mejor llevarme a mi hermano convenza a Eva de venir conmigo, debería apuntarlo en uno de mis planes de futuro si está semana no consigo el primer objetivo que es acercarla al recinto escolar. Con la cabeza pensando en como convencerla me acerco a la casa rosacea qué esta vez desprende un aroma a hierba húmeda, tengo curiosidad por saber cuál es su objetivo con tener un jardín tan cuidado que apenas visitará.

A diferencia de ayer voy con la mirada puesta en todos lados para no sorprenderme cuando aparezca detrás de un seto con una manguera y su chaqueta vaquera. Pero no hay rastro de ella, incluso la puerta principal está entre abierta por lo que opto por no tomarme la molestia de golpearla hasta cansarme auto invitándome pensando en la excusa que pueda usar si es alguno de sus padres quién me sorprende por la espalda esta vez.

Me detengo cuando doy dos pasos observando por segundos la gran variedad de cuadros que cuelgan de las paredes y las partes donde no hay pero las paredes han pasado a convertirse en lienzos. Parece que alguien ha decidido sustituir las figuras geométricas colgantes por un fondo que no tiene mucho fin y se puede cambiar siempre y cuando quieras sin que se note demasiado. Prosigo andando pensando en quién he venido a buscar y el posible enfado que se vaya a coger cuando me encuentre revoletando en su casa. Si quiero olvidarme de esto rápido debo ir directo a donde puede estar, su cuarto sería el primer lugar donde buscar pero por un poco de intimidad respeto esas cuatro paredes de la gran casa así que me dispongo a buscar la biblioteca que probablemente tengan situada aproximadamente en el mismo área que los Stark. Cuando veo que la puerta está abierta de par en par compruebo que allí debe de haber alguien y entró con el miedo de que alguna madera cruja quejándose por el peso que hago sobre ella algo común en casa de Herg y Liz pero que aquí parece ser verdad que no pasa. En una esquina junto a un gran ventanal de cristal la veo, con una trenza que riza su pelo y lo recoge en su lado izquierdo del cuerpo. Esta vez sostiene un libro morado que dice "Música Española de los 80". Con cuidado y sigilo me acerco hasta ella.

-¿Sabes que esto es una propiedad privada?- dice antes de que de un solo paso más.

-Perdón, venía a buscarte.

-Y darte una vuelta por la casa ya que estás ¿No? ¿Es grande? ¿Bonita?- dice aún mirando el libro, incluso pasando de página.

-Es grande si, y bonita pero vacía, por mucho muebles que metas la casa va estar vacía, si lo preguntas por si me gustaría tener una casa como está te adelanto que no, conmigo tampoco vayas por ahí- su mirada salta rápidamente del libro a mí.

-¿Ah no? Te gusta pero no vivirías en ella entonces- entorna los ojos para mirarme.

-Exacto, prefiero algo pequeño y lleno de vida que este sitio enorme y hueco- sonrío casi sin quererlo ante sus gestos de sorpresa.

Cierra el libro y se levanta con mis ojos clavados en ella y mi cuerpo girando sobre si mismo mientras la vigila moviéndose por toda la biblioteca. Observo cómo se acerca a una de las estanterías centrales paseando su mano por un par de libro caídos hasta encontrar el hueco idóneo y encajar el que apenas leía hace unos minutos. Con un carraspeó se gira moviendo sus labios en forma de o hacia la derecha y la izquierda, igual que su estuviese valorando sus palabras y como poder decir algo que tiene en mente pero es incapaz de sacar.

-Vamos a ver tu casa- dice inquisitiva.

-¿Qué? No, no vamos a mí casa.

Sin dejarme rebatirla mucho más la idea echa a andar saliendo de la biblioteca y obligándome a seguirla para dejarla claro que mi casa no será donde iremos. La sigo hasta la puerta donde ayer me sobresaltó repentinamente.

-Eva, no vamos a ir a mí casa- intento sonar firme.

Niega con la cabeza seguida de una pequeña carcajada y al igual que ayer comienza a bajar los pequeños escalones obligándome a seguirla hasta el jardín que aún huele a hierba mojada y dónde se detiene lo suficiente para poder ponerme frente a ella. Respira fuerte el aroma con los ojos cerrados varias veces para al abrirlos no sobresaltarse.

-¿Acaso te crees que te lo preguntaba?- dice por fin.

-Me da igual que preguntes o no, aunque sería un gran detalle preguntar.

-Lo dice el que vino ayer a mí casa sin preguntar- se adelanta una vez más aunque  hablando- ¿Has preguntado hoy si podías entrar en mi casa?

-Ese no es el asunto ahora, no podemos ir a mi casa Eva, no te la puedo enseñar.

-Respóndeme.

-No, no he preguntado pero en tu contra diré que tú tío indirectamente me dio el permiso. Llevarte a la escuela no iba a consistir solo en llamar a la puerta- reprochó con cierto tono de enfado.

Mira hacia un punto perdido de mi izquierda y vuelve la vista en mi con un chasquido de lengua que parece ser una victoria a mí favor. Sin decir nada más se gira para andar por el gran jardín mojado, parece ser que hoy tampoco iremos a la escuela pero al menos he evitado un encuentro entre mi madre y Eva.

____________________________________

Una vez más agradecida por todo, esto es increíble y solo acaba de empezar el fic...sigo asimilando todo🤘🏼✨💜

Los ojos del océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora