9. Capa con capucha

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El trayecto a casa de los Stark esta vez fue diferente, quizás la idea que Flavio había conseguido meterme en la cabeza sobre Eva y que algo ocultaba me había hecho cambiar un poco la manera de ver el pacto con Herg. Si era verdad esas sospechas que mi amigo tenía sobre ella debía confirmar como de perjudiciales podrían ser para mí aunque todo apuntaba a que de ninguna manera saldría bien parado de él lío en el que me iba acabar metiendo.

Como siempre, abrí la puerta con su sonido a vejez que me hizo sentirme en casa a diferencia de esta mañana en la de la sobrina de los Stark donde era un completo desconocido igual que la casa era una desconocida para mí. Herg estaba con las botas ya calzadas esperándome sentado en la gran escalera que sube al piso de arriba, con una sonrisa se levanta rápidamente para señalarme el camino que sigo inconscientemente por los dos años que llevo trabajando con él.

-Buenos tardes- saludo al ponerme a su altura.

-Buenos tarde Hugo, ¿Que tal va por la escuela?- me pregunta a la vez que con la mirada intenta lanzarme otra pregunta que capto rápidamente.

-No le quiero engañar señor- digo siendo interrumpido por él.

-Herg, llámame Herg Hugo.

-Si, claro Herg- sonrío ante la confianza que me transmite- De momento no se me está dando muy bien pero espero poder ponerme al día para final de mes y conseguir que todo vaya sobre ruedas para el siguiente.

Esté confirma captando la respuesta a su pregunta, Eva y el trato. Como le he dicho a final de mes tengo esperanza de haber pisado al menos un par de veces la escuela junto a ella y si las cosas van bien que para el siguiente mes acabe yendo ella sola sin que sea necesario el abandono a medio camino de mi hermano. Pero nunca se sabe viendo cómo van las cosas con ella, quizás mañana puede que no la encuentre o me toque llevarla a mi casa por mucho que me oponga, puede ser diferente a sus hermanas pero lo de cabezonería parece ser algo de genética en su familia.

Cuando nos alejamos de la casa lo suficiente como para que Liz Stark no nos oiga, es decir, cuando entramos al pequeño establo donde hay un par de caballos Herg pregunta abiertamente por el mismo asunto sin intentar ocultar con otras palabras su pregunta.

-¿Y que habéis hecho si no fuisteis a la escuela entonces?

-Me llevó a un estanque el primer día, lo agradecí porque mi espalda estaba ardiente y fue como un calmante aunque después me tocó buscar el camino de vuelta pero eso es otra historia, al fin y al cabo llegué a mi casa a tiempo para que mi madre no se diese cuenta- le cuento mientras muevo fajos de paja para los caballos.

-A si que tú madre no lo sabe- concluye el mirándome y acariciando el lomo de un caballo negro- Si necesitas que se lo diga yo por algún problema o cualquier otra cosa cuenta conmigo Hugo, al fin y al cabo es tu madre y tiene derecho a saber que haces hijo.

-Ya, se lo contaré más adelante, de momento no quiero que sepa que me ausento en la escuela por esto. Podría venir aquí y hablar con usted para decirle que no es un trato justo porque estoy faltando a la escuela- río pensando en mí madre y la escena que montaría- prefiero esperar.

Herg afirma con una sonrisa en los labios y saca al caballo negro de su pequeña porción de espacio correspondiente al que suelo llamar caseta. Le ayudo a ponerle la silla de montar y prepararlo para que pueda salir a trotar con él durante un rato mientras yo me encargo de dejar limpio el pequeño rincón donde vive el caballo a diario, ya que es diminuto al menos que sea un sitio aseado. Con un par de movimientos echa a correr perdiéndose por el gran descampado que rodea la parte trasera de la casa de los Stark. Busco entre los objetos que suelo guardar en un pequeño baúl los guantes para poder limpiar al menos con un mínimo de higiene aceptable.

-Así que por eso no podíamos ir a tu casa esta mañana- dice volviéndome a sorprender la voz de Eva.

-¿Que haces aquí?- la miro asustado sin saber si es apropiado limpiar el pequeño cubículo a la par que hablamos.

-Pasa por aquí cerca y os oía hablar de mí, lo típico de quedarte a oír para saber que cuchichean.

No logro verla con absoluta claridad ya que el sol que está cayendo por el cielo para acabar tocando las montañas la ilumina al completo dejando ver solamente su cuerpo cubierto por una especie de capa reconocible por la capucha que se dibuja en la sombra.

-¿Qué llevas puesto?- digo dando un paso hacia ella.

-No dejas de preguntarme cosas Hugo y sinceramente me abrumas así qué siento decirte que ha sido un placer verte limpiar eso- ríe flojo- espero que no sufras mucho, prueba la próxima vez a poner un rinconcito para que hagan todo allí lo mismo consigues enseñarles.

Se gira dejando mover con el viento como si fuese sacada de un libro la capa y se pierde de mi vista. Corro a la puerta esperando verla irse en dirección a la puerta pero para mí sorpresa se coloca la capucha y observa en varias direcciones comprobando que nadie más la ha visto para perderse por donde empieza la maleza. Intuyo que irá al estanque, debe conocerse esos arbustos a la perfección como para dejarse engullir por ellos y lo único que merezca la pena visitar de entre tanto seto debe ser ese sitio mágico donde perdí la noción del tiempo junto a ella.

Regreso a la tarea que he venido hacer a casa de los Stark y dejo todo completamente limpio como siempre pero pensando en esa chica de la capa con capucha que tiene más misterio del que podría esperar. Una vez más Flavio adelantándose a todo tipo de acontecimiento que pueda tener lugar. Herg regresa empastado en sudor junto al gran caballo negro sediento y con ganas de poder descansar en el sitio que he estado preparando para él.

-Uf- suspira Herg pasándose el brazo por la frente- Hoy ha sido difícil agotarle aunque ahora parece más cansado que cuando veníamos, pensé que ni aún así había conseguido cansarle y hoy había podido el conmigo pero vaya.

-Va a ser que no, una más para usted, para ti Herg- me corrijo rápidamente- Voy a darle algo de comer.

-Perfecto, y con eso te puedes ir por hoy, tampoco había mucho que hacer.

-Genial, muchas gracias Herg.

Sonrío quedándome a solas con el caballo mientras le sirvo algo de comida y cuando acabó de darle lo que sería un buen plato para reponer fuerzas le frotó el hocico en forma de despedida. Recuerdo el día que Herg me dejó montarle hará cosa de ocho meses, al principio está súper seguro de mi mismo pero cuando me tuve subir encima de él me sentí completamente diminuto. Fue como si el propio caballo me hiciese darme cuenta de que en realidad no era tanto como creía ser y que todo el valor que aparentaba era solo eso, apariencia. Desde entonces este caballo en concreto ya que fue al primero que monté y el único ha establecido una especie de vínculo especial conmigo.

Salgo de la casa de los Stark por una dirección diferente a la habitual para mí. En vez de despedirme y deshacer el camino de entrada saludando a Liz que siempre se deja ver cuándo me voy decido ir por donde Eva ha desaparecido. Mi abuela materna siempre me decia que la curiosidad mató al gato y pienso que sí tengo que morir al menos quiero enterarme de lo que pasa alrededor.


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Solo quiero dar las gracias por todo el apoyo y decir que cada vez queda menos para el doleré 🔥

Se empieza a venir muy fuerte en todos lados y yo al menos no estoy preparada 🤘🏼✨💜

Los ojos del océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora