Emilia y Joaquín pasaron por la casa por unas botellas de vino antes de ir a la ceremonia al bosque de las varas.
-Un ritual es también una fiesta, Elena ¿Cómo va todo por acá?
- Todo listo para esta noche así que vayan al bosque y pásenlo bien.
Caminaron por los jardines hasta llegar al bosque, al llegar, Joaquin saludo a algunas personas y las presentaba a Emilia.-Me alegra mucho saber que Joaquin te tiene a su lado - le dijo una mujer mayor y muy hermosa - eres muy afortunada pequeña.
-Querida vamos que ya empezara el ritual - le dijo un hombre de la misma edad que ella - este año Catalina hará el ritual para los iniciados.
-Emilia! que bueno que ya llegaron - Nella llego entregándole una copa de vino - creí que se habían quedado por ahí haciendo cosas de amantes.
- Mejor las dejo solas...voy con Edgardo y ayudaré a los chicos con el fuego - dijo Joaquin mientras le daba un beso a Emilia - te veré después.
Al cabo de unas horas unos chicos que estaban en un lugar haciendo música con algunas botellas y otro grupo llego animado a usar las palmas de las manos.
-¡Vamos es una fiesta!-dijo Catalina parada sobre una roca.
Las mujeres se pusieron a bailar alrededor del fuego, los chicos poco a poco se fueron incorporando y mientras los veía bailar, un deseo enorme se apodero de Emilia y comenzo a moverse lentamente hasta que se vio rodeada de ellos bailando un mismo sonido...los sonidos del mundo.
Sentia mucho calor, no podia ser el vino si sólo bebío dos copas, tal vez eran las llamas de la hoguera, sus ojos estaban fijos en la llama y el mundo le parecía cada vez menos importante, una sensación muy parecida a la que tuvo cuando soñaba con su vida anterior.
"Estoy entrando en un trance"- pensé - bueno ¿y que?.
Joaquin miraba los ojos de Emilia, noto que cambiaron de color, eso quería decir que estaba en trance mientas danzaba alrededor de la hoguera, se alegraba que Catalina haya prescindido ritual ya que los aprendices no tuvieron idea como comenzó y no tuvieron tiempo de ponerse nerviosos.
Con algunos movimientos de la mano, disminuyó el ritmo, la música comenzó a sonar más lentamente y los aprendices empezaron a parar la velocidad de su danza. Catalina tenía al Poder bajo control, y la orquesta debía sonar bien, para ello, necesitaba la ayuda del Poder, sin no obstante entregarse a él.
Palmeó y emitió los sonidos necesarios. Lentamente las personas dejaron de tocar y de bailar.
Catalina extendió su daga ritual hacia adelante y dirigió toda la energía concentrada hacia ellos. Sus Dones se presentarían en pocos instantes, salvo el de Emilia que había despertado antes de lo esperado pero tenía que estar ahí...era la persona que completaría el Octavo Círculo.
Se situó ante la gran piedra, colocada allí por sacerdotes Celtas, los Maestros y Maestras de los aprendices tomaron las túnicas blancas formando un semicírculo alrededor.
-Vengan aquí...
Con un movimiento perfecto, trazó un círculo en el aire usando la daga. Dentro del círculo invisible dibujo la estrella de cinco puntas que los brujos llaman pentagrama. El pentagrama era el símbolo de los elementos que actuaban en el hombre, y a través de el, los aprendices tumbados en el suelo entrarían ahora en contacto con el mundo de la luz.
-Cierren los ojos - dijo.
Los chicos obedecieron.
Luego hizo los pasos rituales con la daga, en la cabeza de cada uno de ellos.
-Ahora abran los ojos de sus almas...
Emilia abrío los ojos, estaba en la playa donde IEMANJA siempre sale del mar, espero que saliera, no tenía miedo ni dudas; estaba tranquila y feliz. Sabía que en otro lugar del tiempo su cuerpo físico estaba en medio de un ritual de iniciación.
-Bienvenida - dijo un hombre que estaba parado junto a las rocas donde estuvo la ultima vez.
- Soy el Maestro de Edgardo...cuando tu seas una gran Maestra tus discípulos vendrán aquí a encontrar a Edgardo y así sucesivamente, hasta que el alma del mundo consiga manifestarse.
-Estoy en un ritual de hechiceros. - dijo Emilia mirando el mar
El hombre rió.
- Has enfrentado tu camino y es uno muy difícil, pocas personas tienen el valor de hacerlo.
-¿Porque necesito esto?.
-Para construir un mundo mejor.
-Tengo una vida por delante, quiero vivirla como todas las personas la viven quiero poder equivocarme, poder ser egoísta, tener fallas, dudas, miedo...pero por sobre todo quiero tener la certeza de que lo que haré en el momento adecuado haya sido lo correcto...esta escrito mi destino y soy la única que puede terminar el daño provocado por Mariana ¿me entiende?
El hombre sonrió y de su mano izquierda surgió un manto azul.
- Así es la vida - dijo el Maestro- equivocarse - fue el error lo que colocó al mundo en marcha, jamás tengas miedo de errar.
Estaba atardeciendo, el Maestro se aproximó a Emilia con el manto.
-Yo te consagro en este momento, tu don es el instrumento del mundo hacia la humanidad. Que consigas ser una buena herramienta.
Miraban ahora la puesta del sol, parecía distraído pero para Emilia no lo estaba.
-Jamás tengas dudas, acepta lo que la vida te ofrece y procura beber de las copas que tienes delante. Todos los vinos deben ser bebidos, algunos apenas un trago, otros la botella entera.
-¿Como puedo distinguir esto?
- Por el sabor, sólo conoce el vino bueno quien probó el vino amargo, ahora tienes que irte.
-No tengo miedo de mi don - respondió Emilia - sé hacia donde voy, se lo que tengo que hacer. Se que alguien me trajo de vuelta al poder despertar las voces porque soy muy importante para el...mi otra parte.
El hombre no dijo nada, se giró hacia ella, le entregó un papel e hizo una señal con la mano derecha.
- Has sido aceptada. Que tu camino sea de paz, en los momentos de paz y de combate en los momentos de combate. Jamás confundas un momento con otro...ese papel contiene tu nombre de hechicera, si quieres decirlo dilo sino guárdatelo como un tesoro.
Su figura empezó a disolverse junto con la playa y las rocas, quedaba apenas la puesta del sol, pero el sol comenzó a confundirse con el propio cielo, poco a poco todo se oscureció y una pequeña luz crecía cada vez más y se parecía mucho a las llamas de la hoguera.
Emilia había regresado, ya era de noche, Catalina pidió que se colocaran en el centro del semicírculo formado por los Maestros, estos se dieron la mano y cerraron la rueda.
Todas las personas aparecían con colores extraños a su alrededor y quedo un poco desorientada, prefería el mundo como era antes. Los Maestros y Maestras terminaron de cantar.
-La iniciación esta hecha y consumada- dijo Catalina - el mundo ahora es el campo y ustedes cuidaran de que la cosecha sea fértil.
Con un gesto rápido y ágil, tiró su daga ritual al suelo, la daga se clavó en la tierra.
- La ceremonia ha terminado.
Joaquín corrió a abrazar a Emilia y no paraba de decirle lo orgulloso que estaba. Luego llegaron su familia y amigos, abrió la boca para decirles lo feliz que estaba pero no salía ningún sonido de su boca y me puso triste.
-No te preocupes hija mía - dijo su madre abrazándola - sabemos lo feliz que estas.
- Vamos a festejar - dijo Edgardo que venía con Catalina - Emilia sonreía con lágrimas en los ojos y lo abrazo agradeciendo todo.