[Capitulo 16]

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Alaina.

Reí de nuevo, sintiendo la presión que Edmond ejerce sobre mi cuerpo, mientras me mira con una sonrisa torcida reflejada en sus labios, mientras que yo lo golpeo con todas mis fuerzas para que me suelte.

—SUELTAME.– Grito entre risas descontroladas.— No seas idiota.

Río aún más fuerte y él cesa su atentado contra mi.

Me mira y una sonrisa divertida con hoyuelo adorna sus endurecidas facciones.

—Tenía al menos dos años sin reír así.— Confiesa y pasa una mano por su cabello para intentar peinarlo, ya que se encuentra desenfadado en mechones dispersos sobre su frente.— Jamás había sido golpeado con un guante de gomaespuma y mucho menos siendo mio.— Ríe y se acerca a mi.

Le saco la lengua en un gesto infantil y respondo.

—Eres un mapache muy malo.

Edmond me enseña su dedo corazón y me da una sonrisa de boca cerrada.

—Tú deberías de estar en un manicomio.— Se encoge de hombros y añade con un suspiro de derrota.— Pero nadie es feliz.

Una pregunta que no me había hecho hasta ahora pasa por mi cabeza.

—¿Qué estás estudiando?— Pregunto con curiosidad de repente.

Ambos ya nos encontramos sentados en el sofá nuevamente y nuestras respiraciones ya comienzan a regularizarse. Edmond ha sacado de su mochila un paquete de galletas de vainilla y pongo mis ojos en blanco al recordar que no le gusta el chocolate.

Su respuesta casi hace que me ahogue con la galleta.

—Estudio comunicación social y voy por el cuarto semestre.— Dice tranquilo.

¿Estudia comunicación?

El hecho de ver a Edmond socializando con las personas me causa gracia, debido a que este chico es bastante solitario.

Me he quedado unos instantes callada por lo que él decide proseguir.

—Estudio comunicación porque quiero transmitir algún día alguna clase de mensaje importante al mundo.— Explica con simpleza.— Soy bastante curioso y para está carrera se necesita curiosidad y ser bastante activo. Se que la socialización no es lo mío, me lo han dicho más veces de las que puedo recordar, pero no quiero dejar que nadie decida que puedo o no hacer.— Dice y toma una respiración profunda para luego concluir.— También se un poco de ciencias audiovisuales.

Lo observo con toda mi atención, escuchando todas y cada una de sus palabras y almacenándolas en mi cabeza.

—¿No temes al fracaso?— Pregunto.— ¿No temes a estar tomando la decisión incorrecta?

El niega con su cabeza y veo sus ojos color miel chispeantes de picardía  observandome atentos.

—A veces debemos tomar retos, que aunque nadie crea posibles, ni siquiera nosotros mismos, nos  hagan salir de nuestros limites y nos hagan demostrarle al mundo que no somos cobardes.

Sus palabras hacen que cierre mi boca y no pregunte nada más, me ha dejado sin palabras.

Lo veo mirarme con tanta serenidad que puedo notar lo seguro que está de si mismo.

—¿Por qué quieres ser Psicóloga?— Inquiere con la misma curiosidad que he tenido anteriormente.

Toda su atención está puesta en mi y me siento nerviosa bajo su mirada.

—Toda mi vida he querido serlo.— Explico y atrapo mi labio inferior ligeramente con mis dientes y lo veo posar sus ojos en mis labios, lo suelto y continuo.— Mi padre nos abandonó a mi mamá y a mi porque conoció a alguien más y formó otra familia, siempre he querido estudiar las conductas y las reacciones del ser humano, para entender el porqué nos paso eso a nosotras.— Le digo y me siento extraña de contarle esto a alguien, jamás había sido tan sincera cómo ahora.— Se que es algo idiota y vas a decirme lo completamente estúpido que suena.

Te Reto.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora