Capítulo 36

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Edmond.

-¿Tienes algo que pueda utilizar como pijama?

Lana me observó con diversión y con su sonrisa torcida dibujada en sus rosados y gruesos labios.

Aceptó a quedarse y pasar la noche conmigo, será la primera vez que comparta la misma cama con una chica, bueno, sin sexo de por medio.

Le pasé una de mis sudaderas y ella reprimió una sonrisa.

-¿Qué pasa?- Pregunté al verla sonreír de manera tan contagiosa.

-Espero que esté sucia Jones- Amenazó- O la cosa se pondrá fea.

Me quiero divertir un poco, así que agregué.

-Creo que esa sudadera se la robé a un indigente-- Hablé encogiéndome de hombros- Nada a lo que tu debas temer-Reí y la señalé- tu perfectamente sabes lo que significa no bañarse durante cuatro días.

Su boca se abrió y casi se le cae la mandíbula, si eso fuera posible.

-Te dije que fue en un campamento- Se defendió y su voz sonó tan aguada como la de una niña- Tenia catorce años.

Me reí por el puchero que comenzó a hacer y le di una sonrisa de suficiencia.

Ella desapareció en el baño, mientras yo arreglaba un poco la cueva que tengo por habitación.

Debo comenzar a organizarme mejor.

Ya yo me había duchado, así que pasé a quitarme la ropa que tenía puesta y quedé simplemente en bóxer.

Me tiré de manera despreocupada boca abajo en mi cama y la vi salir del baño.

Sus piernas blancas totalmente al descubierto y solo la cubre mi sudadera roja, que le llega a mitad de los muslos, el color de la prenda hace que resalte aún más su cabello color fuego.

Me quedé malditamente embobado viéndola.

-Es muy cómoda a decir verdad.- Comentó entre risas

Me dio esa sonrisa de niña inocente, la sonrisa que suele darme cada vez que me ve.

Ella es mi jodida Diosa.

-Te queda perfecta.

Ni siquiera me había dado cuenta que me levanté de mi cama y que ya me encontraba caminando hacia ella.

La tomé de su cintura y la pegué a mi, como suelo hacerlo, amo tenerla cerca, sentir su piel erizarse con mi simple contacto, sentir su respiración agitada y los latidos desbocados de su corazón.

-Va..Va.. ¿Vas a dormir así?- Me señaló y el rubor se apoderó de sus mejillas.

Sus palabras fueron un tartamudeo y la miré con picardía para luego soltar.

-Al menos que prefieras que duerma desnudo- Hice un gesto como si lo pensara y sonreí de manera torcida- No me molestaría.- Confese.

Sus ojos se abrieron como platos y aclaró rápidamente.

-Es que yo pensaba que utilizabas alguna especie de pijama.

Volví a reír, sus ocurrencias cuando se encuentra nerviosa son las mejores.

-No nena- Negué con mi cabeza con tranquilidad- Yo no duermo en "Pijama"

Hice el pequeño gesto de las comillas con mis dedos y le di un casto beso en la punta de su nariz.

Te Reto.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora