Alaina.
Ya es de día y mi cabeza se encuentra en un estado no muy claro, tengo una resaca de mil demonios y siento la bilis subir por mi garganta.
Por eso no debes beber niña.
La voz en mi cabeza me reprochó el hecho de estar así.
Estoy en la habitación de invitados del apartamento de Edmond.
Joder Edmond.
Los recuerdos se agolparon unos por uno en mi cabeza...
La música, el vodka, verdad o reto, ambos en ropa interior, ambos al borde del deseo y la excitación, su confesión, la manera en la que grito que está enamorado de mi. Mierda mierda y mas mierda.
Anoche le dije que estoy enamorada de él y no sólo eso, el también lo confesó. Ambos ya lo sabemos.
¿Y si no quiere verme? ¿Y si se arrepintió de todo?
Estoy dando vueltas de un lado a otro en la habitación, pensando demasiado todo, me gustaría escabullirme por la ventana, per
o sería demasiado cobarde.—¿Lana vas a desayunar?
La voz de Edmond a través del pasillo hizo eco en la pequeña habitación.
Mierda, no puedo dejar que me vea.
¿Qué le voy a decir? ¿¡Qué casi mi yo borracha se lo folla anoche!?
Estoy aún en ropa interior, debo cubrirme, debo...
Escuché la puerta abrirse y sentí todo el color irse de mi cara. La puerta no tenia pestillo.
Demonios.
Ed entró con una sonrisa radiante en su rostro, y se qué mi cara es todo lo contrario a la suya, ya que cambió su expresión en segundos, por una mirada de confusión.
Me siento desnuda, aunque no lo estoy, ya que aún conservo mi ropa interior, pero me siento expuesta ante una de las personas que mejor me conoce.
Lo único que mis débiles palabras articularon fue...
—Hey— Me cubrí con una camiseta que encontré tirada al borde del pequeño tocador— Buenos días.
Edmond me miró y me regaló una sonrisa torcida, para luego soltar una carcajada y decir.
—No me digas que sientes pena conmigo Lana.
Se acercó rápidamente hasta donde me encontraba, tomó mis manos alejándolas de las partes de mi cuerpo que estaba cubriendo.
¡¡Pena, pena y más pena!! No volveré a beber.
—No tienes que cubrirte Lana— Sonrió con dulzura y ahuecó mi mejilla con la palma de su mano tibia— Eres perfecta.
Humedeció sus labios, dándole ese usual toque provocativo y habló con voz ronca
—Creeme que grabé en mi mente todas tus curvas y no las olvidaré.
Sentí mis mejillas ruborizarse y solo hundí mi rostro en su pecho, no me importó mi casi desnudes, ni sentirme expuesta ante él. Me envolvió en un abrazo de manera inmediata y así estuvimos durante unos instantes, luego me separé lentamente para darle un toque suave a su mejilla y decirle casi en un susurro.
—¿Estamos locos Edmond?
Besó mi frente y lo afirmó.
—Estamos locos nena.
La calidez de su cuerpo y su perfume son totalmente embriagadoras y adictivas para mi.
—Por si no recuerdas si follamos o no anoche, te aclaro que no, no lo hicimos.— Una sonrisa amenazó por dibujarse en sus labios — Pero no me parece nada mal la idea de que pienses que si.
Me guiñó un ojo y me miró con galantería.
—Eres un idiota.— Golpeé su brazo juguetonamente— ¿Lo sabes no?
—De tantas veces que me lo has dicho, comenzaré a creermelo.— Rodó sus ojos con fastidio fingido y volvió a envolverme entre sus brazos.
Mi lugar favorito.
*****
Edmond me había dejado en mi residencia, todo el ambiente entre nosotros estaba tranquilo y sin el más mínimo rastro de remordimiento.
Mamá se encuentra preparando algo en la cocina, mientras que yo me pongo de acuerdo con Britt y Jesse a donde saldremos en la noche, mi madre piensa visitar a unas amigas aquí en la ciudad y nosotros iremos a un parque de atracciones.
—¿Entonces te embriagaste con Jones y no conmigo?— Preguntó Britt fingiendo indignación y a la vez reprimiendo una sonrisa.
Pero otro comentario por parte de Jesse hizo presencia.
—Joder nena, este chico la follaría en un santiamén, tú no.
Demonios.
Lo miré con furia e intentado reprimir mis ganas de reir a la vez y le solté.
—¿Siempre tienes que decir lo que
piensas?El rubio no hizo más que encogerse de hombros y afirmar.
—Lani este chico te gusta y hasta Cristina lo notó.
Tan obvia soy, puesto que mi mamá se a dado cuenta.
Britany soltó una carcajada y mientas se arreglaba su cabello acotó.
—No has visto nada, Edmond era un fantasma sexy antes de que Lana pisara la Universidad.
Jesse me miró con eje de emoción y agregó.
—Debes invitarlo a que venga con nosotros esta noche.
—Jesse no quiero parecer desesperada.— Confese, hice un mohín y el río aun más.
Me encanta el hecho de haber presentado a estos dos y que se estén llevando de lo mejor.
Aunque me estén jodiendo la existencia con Edmond.—Yo invité a Matt.!
Miré a Britt con una ceja en alto y ella se sonrojó de inmediato.
—¿Desde cuando tienes tanta confianza con Matt Morgan?— Pregunté en tono cantarín— ¿Me perdí de algo?
La cara de mi amiga no tiene precio, está sonrojada y sin palabras y a ella nunca le pasa ni una ni otra.
—Nos hemos escrito seguido últimamente.— Balbuceó
Sonreí ampliamente y agregué.
—Al menos no seré la única que está loca por un chico.
Jesse gritó a mi lado y comentó.
—Ajaaa. Te dije que te volvía loca ese pelinegro delicioso.— Te pillé.
Los tres soltamos una carcajada por ese comentario y simplemente respondí.
—Si, estoy enamorada del pelinegro.
Se siente totalmente liberador decirlo.
Tome mi teléfono y le escribí un mensaje rápido a Edmond.
—¿Nos veremos en la noche?
Su respuesta no tardó en llegar y me hizo quedarme completamente embelesada viendo el teléfono.
Mensaje de Ed. <3
—Tú dime donde y ahí estaré.
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Te Reto.[En Edición]
Teen FictionAlaina Smith estaba lista para olvidarse de su pasado, empezar de cero y concentrarse en continuar con su vida. Lo que ella no sabia era que el destino ya le tenia preparada su próxima jugada, un dulce tormento con el que tendría que lidiar casi a d...