[Capítulo 22]

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Alaina.

He presenciado nuevamente como Edmond se ha metido en una pelea y para variar, el motivo de nuevo he sido yo.

La verdad es que no esperaba que Jordan Wagner reaccionara como lo hizo. Se que estuvo mal haberlo dejado tirado, siendo que fui a esa fiesta fue con él. Pero el muy capullo se pasó de la raya al decir: elección de zorras.

Así qué, que le den.

Mi caballero de armadura oscura se encuentra encerrado en una celda debido a su mal genio y sus ganas constantes de meterse en peleas. Y bueno, aquí me encuentro yo, pasando la noche sentada en una silla en la estación de policía.

Si algo les dejé en claro a los oficiales, es que no me moveré ni un metro lejos de esta estación, si él pelinegro no viene conmigo.

Edmond será liberado en la mañana, así que pienso pasar la noche postrada de culo en esta silla incómoda hasta que el salga.

Quieren castigarlo por agredir a un oficial de policía. Tal vez se pasó un poco de la raya, pero que se hace...

El simple hecho de imaginarme a Edmond tirando de su cabello con frustración por estar tras las rejas, me hace reír. Se que detesta a los oficiales de policía, pero tal vez una noche aquí no le venga nada mal, así aprende a controlar su irritable temperamento.

Siento que el tiempo pasa casa del más lento y todo a mi alrededor es aburrido y deprimente.

Abro mis ojos, los cuales están pesados e hinchados y luego los abro de golpe y me fijo en que ya es de día. Me he quedado dormida y no me e dado cuenta ni en que instante.

Me dispongo a levantarme de mi asiento para acercarme a la anciana que se encuentra hablando por teléfono detrás de un escritorio, para preguntarle por chico por el cual me encuentro aquí.

Su voz ronca y cargada de diversión me corta las intenciones.

—Hasta que al fin despiertas.— Comenta en tono burlón, poniendo los ojos en blanco.

Está sentado al menos dos o tres puestos lejos de mi y me observa con clara diversión plasmada en su rostro, acompañada de una sonrisa torcida a penas visible. Tiene un ligero corte en su ceja y en su labio, le da un aspecto de chico malo que se mete en problemas.

Me estiro aún sentada en el duro asiento de la estación y le pregunto.

—¿Hace cuanto te soltaron?— Mi tono de voz es algo ronco por estar despertando apenas, pero lo ignoro y lo observo.

Aún visto el vestido negro que utilicé para la fiesta de Logan anoche y puedo percibir el aire que entra por la venta de la oficina rosando con mis piernas descubiertas. 

Sé que mi cara en estos momentos debe de ser un poema, ya que se perfectamente lo mal que luzco cuando estoy despertando.

—Hace como una hora.— Confiesa con tranquilidad. Ambos observamos a dos oficiales de policía pasar frente a nosotros y uno de ellos es al que Edmond golpeó anoche en el rostro, el policía lo observa y le da una mirada de muerte.

Luego de ello vuelvo a ser consiente de lo que Edmond dijo anteriormente.

Abro mis ojos con sorpresa.

Lleva una hora esperando a que yo me dignara a despertar.

—¿Por que no me despertaste antes?— Inquiero con confusión y observo a mi alrededor. La estación se encuentra prácticamente vacía a esta hora.

Ni siquiera piensa su respuesta y responde burlesco.

—¿Y perderme el hecho de que babeas cuando duermes?— Una sonrisa maliciosa se dibuja en sus labios, remarcando su hoyuelo y concluye.— No, claro que no.

Te Reto.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora