[Capitulo 1]

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Alaina.

El único sonido que se escuchaba retumbando en las paredes de mi habitación era mi alarma, que no había dejado de sonar desde hace casi diez minutos.

Levanté mi pesado cuerpo con pereza y abrí mis ojos con dificultad, intentando acostumbrarme a mantenerlos abiertos, luego de permanecer cerrados durante al menos unas siete u ocho horas. Con el sueño latente aún, observé a mi alrededor desorientada, intentando ubicarme donde me encuentro. Mis ojos se abrieron de par en par cuando caí en cuenta.

Joder.

Aparté bruscamente las sabanas púrpuras que cubrían mi cuerpo y me puse en pie rápidamente.

¿Cómo se me ha olvidado mi primer día en la Universidad?

A penas mi madre me dejó en la puerta de esta habitación, la cual ha alquilado desde hace un par de semanas para mi, me dijo, bueno, me exigió que tenía que llegar a tiempo a mis clases. Pero claro, cómo es Lunes y mi cuerpo aborrece los Lunes, todo se a ido a la borda, debido a mi mal habito de no despertar temprano.

Me di una ducha rápida, cepille mis dientes y desayuné un trozo de pizza recalentado que gracias al cielo mi madre dejó para mi. Tomé mi Jersey favorito de color blanco, unos vaqueros simples y mis tenis de siempre y salí disparada de la habitación rumbo al campus.

Esto no puede ser peor...

Me mudé hace un par de semanas a este lugar, para estudiar en la Universidad estatal de California. San Diego siempre será mi hogar, pero necesitaba salir de ahí y conocer nuevas personas o nuevos horizontes, como decía mi abuelo.

Quiero ser psicóloga, ese siempre a sido mi sueño, quiero ayudar a las personas con sus problemas y así también entender un poco los míos.

Corrí por los pasillos de la Universidad y llegué al aula de clases correcta, gracias a la indicación que me dió un chico. Un profesor que no tengo ni la más mínima idea de su nombre, me está observando con mirada reprobatoria por llegar diez minutos tarde, sus labios se encuentran apretados en una linea fina y me ve con la vista gacha sobre sus lentes, me dejó entrar por dos motivos.

A) Por ser el primer día de clases y se sabe que siempre el primer día hay un alumno más que otro que se pierde en los pasillos o B) Por que mi cara de: ¡No me deje afuera por favor! Lo conmovió.

Tomé asiento al final de la primera fila y me sentí totalmente fuera de lugar, después de que todos mis compañeros me quitaran la vista de encima, porque si, todos estaban atentos a mí y a mí falta de puntualidad. Me senté y suspiré, no tengo ni idea del tema del que está hablando el hombre de entrada edad frente a mi. La chica a mi lado me regaló una sonrisa amable y me tendió un cuaderno, poniéndome así al corriente de todo el tema.

Leí su nombre en el cuaderno.

El nombre de la chica junto a mi, es Britany Todd, inmediatamente se me hizo bastante agradable la verdad, ya que no cualquier persona tiene la amabilidad de hacer lo que ella acaba de hacer conmigo, se ve de esas personas que desde que te hablan sabes que están dispuestas a ayudarte.

-¿Quién llega tarde el primer día Smith?

La morena mencionó en un susurró mi apellido y no pude evitar fruncir el ceño y sonreír al escucharlo, también me hizo recordar inconscientemente, mi incidente con la alarma esta mañana.

Britany tiene cabello corto, color marrón chocolate y sus rasgos son delicados, tiene unas pecas pequeñas que cubren parte de sus mejillas y nariz, dándole un aire tropical a su fisico que le queda muy bien y sus ojos son felinos, de un color oliva muy bonitos.

Te Reto.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora