Se levantaron temprano para mimarse todo lo que no se habían mimado la noche anterior. Se besaron despacito, comiéndose con los ojos, quemándose la piel con cada caricia que se dedicaban.
- Nat, deberíamos levantarnos, que tenemos que pasar por mi casa primero.
- Venga cinco minutitos más.
- No, Nat... - se giró para levantarse y coger el móvil – mierda, está apagado. Menos mal que me he despertado sola.
- Puedes cargarlo mientras me cambio, si quieres.
- Que va, no daría tiempo, lo cargaré cuando lleguemos a las cabañas esas.
- Como mandes, rubia.
Se levantaron y arreglaron en diez minutos contados. Había prisa, por lo que decidieron salir cuanto antes para poder pasar por casa de Alba y llegar al sitio puntuales. Recordaban la apuesta y no les apetecía mucho ser las que tuvieran que pagarles la cena a todos.
Fueron tan rápido que llegaron a casa de Alba en apenas quince minutos. Subieron entre risas y besitos pequeñitos, y entraron al piso de Alba.
- Venga rubia, yo termino de apañar lo de Queen y tú haces lo que tengas que hacer – le dijo cogiéndole la cara entre las dos manos y le besó sin ver a otra rubia que abría la puerta del cuarto de Alba.
- ¡¿Alba?! – gritó la otra rubia al ver aquello, casi provocando un infarto en Alba y Natalia.
- ¡¿Marina?! – gritó Alba al ver a su hermana con los ojos más abiertos que las ventanas.
- Bueno, no hace falta ponerse a gritar tampoco – dijo Nat intentando hacer la situación un poco más llevadera, palpaba la tensión en aquella casa – vamos a calmarnos un poco - Natalia no tenía ni idea de quién era aquella chica, ni por qué las dos se habían quedado tan pilladas, se suponía que Alba se lo había contado a todas sus amigas.
- ¿Perdona? – le contestó Marina – O sea, para empezar, no tengo ni idea de quién eres, ni de qué estás haciendo con mi hermana, o sea que no me digas que me calme. Alba, ¿estás loca? ¿Cómo le haces esto a Carlitos?
- ¿Hermana?
- Sí, Nat, es mi hermana. – dijo acercándose, ahora sí, a Marina – A ver, Carlos me puso los cuernos hace tanto que ni me acuerdo y lo dejamos...
- ¿Carlos? ¿El mismo Carlos que yo sé?
- El mismo...
- Lo voy a matar.
- Yo también le tengo ganas... - dijo Natalia atrayendo la mirada enfadada de Marina – Perdón.
- Pero, ¿ahora eres...?
- Bisexual.
- ¿Y puedo preguntar por qué no llamaste a casa para decirlo?
- No estaba preparada, pero tenía pensado hacerlo.
- Pues anda que yo estaba súper preparada para ver como una tía de dos metros le come la boca a mi hermana.
- 1.78... - dijo Natalia, a su parecer tampoco era tan alta.
- ¿Qué? – preguntó Marina.
- Que mido 1.78...
- Yo lo flipo. Si la cosa es que le estabas comiendo la boca a mi hermana.
- Ah, eso...
- Sí, ese pequeño detalle de nada – Marina volvió la cabeza a su hermana – Vale, eres bisexual. Podría entender, que no lo hago, que te cueste decirnos eso... Pero, ¿lo de Carlos?
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El amor es para valientes.
FanfictionNatalia, una motera a priori insensible que esconde un lado enternecedor. Alba, inocente pero totalmente arrolladora cuando nadie se lo espera. ¿Será capaz el destino de unir dos mundos totalmente distintos que acaban de chocar por accidente?