Alba despertó aquella mañana con un brillo especial, totalmente entrelazada a Natalia y sintiendo que el sol aquel día brillaba más. Miró a la morena que dormía bajo ella y pensó que era, sin lugar a dudas, lo más bonito que había sido capaz de ver, mejor incluso que ver amanecer.
Se fijó en que seguían desnudas pues habían caído rendidas, quizá habían sido demasiadas emociones para ella. Gracias a esa desnudez, pudo depositar pequeños besos en el cuerpo de Natalia, primero en su pecho, subió hasta la clavícula y jugueteó con el lóbulo de su oreja.
Aquellas interacciones de los labios de Alba con su piel, despertaron a Natalia, que no podía sentirse más llena, tenía un sentimiento tan grande que casi no le cabía en el pecho.
Se miraron las dos con una sonrisa radiante estampada en sus caras y con el mismo pensamiento que ninguna de las dos se atrevió a decir en voz alta.
- Buenos días Nat.
- Buenos días rubia.
- ¿Cómo has dormido?
- Como un bebé, ¿y tú?
- Pero rubia, si un bebé ya eres – Alba respondió riéndose por la nariz un poco avergonzada – Yo he dormido fantásticamente – Natalia se mordió el labio recordando lo que había pasado aquella noche y Alba, al verla, lo hizo también como acto reflejo.
- ¿Tendrá que ver algo lo de anoche?
- ¿El qué? ¿El alcohol? – le picó.
- No, Nat – dijo sonriendo.
- ¿La fiesta?
- ¡Nat! Lo otro.
- ¿Qué es lo otro? – preguntó haciéndose la loca.
- Pues... - empezó a decir la rubia con vergüenza – Lo que pasó... Lo que hicimos...
- ¿Qué hicimos?
- Cosas sexuales – Alba no podía ponerse más roja, le estaba costando mucho ponerle nombre.
- Ah, aquello...
- Aquello... ¿Qué tal? – quiso saber pese a la vergüenza que le daba hablar del tema, ¿y si no le había gustado?
- Yo bien rubia, ¿y tú?
- ¡Nat!
- Pues rubia que fue genial, que solo de pensarlo... - Natalia no pudo seguir pues Alba se había apoyado en sus codos para poder verla mejor y, en aquella posición, dejaba ver que no llevaba absolutamente nada de ropa.
- ¿De pensarlo qué?
- Estás desnuda.
- Y tú...
- A ver si esto responde a tu pregunta.
- ¿El qu...? – no pudo acabar la frase pues de golpe Natalia le besó como si fuera su comida favorita.
Cuando Alba pudo reaccionar a lo que pasaba, correspondió al beso como si estuviera muerta de sed y los labios de Natalia fueran agua de manantial. Por su parte, Natalia, no podía despegar sus labios de los de Alba, en ese momento sentía que los necesitaba tanto como necesitaba respirar.
La intensidad de aquel beso fue aumentando por lo que Alba pasó su mano por la nuca de Natalia provocando que su piel se erizara al sentir el contacto de la rubia.
Natalia agarró la cara de Alba para poder tumbarla en la cama y que así todo su cuerpo fuera muchísimo más accesible para ella. Quería volver a sentir la piel de Alba en contacto con la suya, ver el placer en su cara, ver el deseo en sus ojos color miel.
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El amor es para valientes.
FanficNatalia, una motera a priori insensible que esconde un lado enternecedor. Alba, inocente pero totalmente arrolladora cuando nadie se lo espera. ¿Será capaz el destino de unir dos mundos totalmente distintos que acaban de chocar por accidente?