Las fiestas, tan deseadas y esperadas por unos y tan prescindibles e innecesarias para otros.
Para Alba, las fiestas no dejaban de ser más que una mera necesidad de la gente por socializar, por evadirse de la realidad, una pérdida de tiempo que podría estar empleando en estudiar para labrarse un futuro. Pero allí se encontraba, de camino al coche donde todas sus amigas la esperaban para ir a la fiesta de cumpleaños de una persona que ni conocía.Bueno por lo menos me quitaré de la cabeza a esa tía absurda.
Yo todavía no entiendo por qué sigues acordándote de ella.
¿Porque estuvo a punto de matarno... matarme? ¿Quizá? No sé, digo.
Pero no lo hizo, estás dramatizando.
Alba se sacudió la cabeza, debía dejar de pensar para poder disfrutar de la fiesta a la que iba a ir. O eso esperaba. Un rato con sus amigas no le podía sentar mal a nadie, y si había buen ambiente mejor aún. Quizá la persona que daba la fiesta, de la cual no recordaba el nombre, era muy maja y se lo pasaba genial.
Además, va a estar Carlos.
- Venga Alba hija, que al final llegamos tarde – la sacó Julia del mundo en el que se había metido.
- No puedo andar más rápido, ¿vale?
- Illa, te hemos visto correr mucho más con esas piernecitas por unas bragas en la tienda.
- Marta tiene razón, que no tienes ganas de venir, pero que no se note – dijo Julia mientras Alba se metía en el coche tras suspirar – bueno, sé que no es una muy buena presentación, pero Alba, esta es la chica de la que te hablé.
- Uy, "la chica de la que te hablé", suena bonito pero raro a la vez – dijo la aludida.
- Es cierto, ¿cómo le saludo? Encantada chica de la que me habló Julia. Suena feo, ¿eh? – todas irrumpieron en risas excepto Julia, que se había puesto más roja que la camiseta que llevaba puesta.
- Es que era para que supieras que no es una amiga normal. Se llama Sabela – dijo Julia ya arrancando el coche. Había hecho la presentación oficial, ahora era cosa de "su chica".
- Encantada, Sabela, yo soy Alba. Así sí, Julia. Así sí.
- Encantada Alba. En el fondo me hace gracia la presentación como "chica de la que hablé", implica que os habló de mi – dijo Sabela mientras ponía una mano en el muslo de Julia – tranquila, solo es mi mano – le susurró al ver que había dado un mini-salto cuando lo hizo.
El tramo hasta la casa de Miki transcurrió tranquilamente con Sabela integrándose con las amigas de Julia e indicándole dónde estaba la casa del cumpleañero.
Una vez llegaron al lugar, Alba recordó que no tenía ni idea de cómo se llamaba quien daba la fiesta, así que fue corriendo hacia Julia, que era con la que tenía más confianza para preguntarle.
- Julia, ¿cómo se llamaba el chico?
- Miki, ¿por? No me vengas con esa cara de susto, Alba.
- No, no, es que no me acordaba de su nombre, era para felicitarle bien, ya sabes.
- Ah vale, ¿entramos?
- Id entrando que yo voy a esperar fuera a Carlos, me dijo que pasaría a recoger a Ruth, que la habían invitado también y le pillaba de camino.
- Bueno, pero no tardes, si ves que en 10 minutos no ha venido, entras – la miró amenazante – O salgo yo a por ti.
- Tranquila, no tardarán, estoy segura.
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El amor es para valientes.
FanfictionNatalia, una motera a priori insensible que esconde un lado enternecedor. Alba, inocente pero totalmente arrolladora cuando nadie se lo espera. ¿Será capaz el destino de unir dos mundos totalmente distintos que acaban de chocar por accidente?