¿Qué si las cosas se habían tornado extrañas desde que Roger supo la verdad? ¡Ni que lo digan! Aún que, técnicamente, no sabía toda la verdad completa. Al menos no había culpa por mentir, pues seguía siendo verdad.
A medias.
Era cierto que Roger sospechaba ciertas cosas, pero aún así, cerró la boca y siguió con normalidad. El trabajo siguió prosperando, las vacaciones escolares aún estaban en su comienzo, el concierto de Mott The Hoople estaba a unas semanas y, pues, Erika seguía llamando cada dos o tres días. ¿Cuándo se iría? Ojalá pronto.
Por ahora, no había otra cosa en la cual quisiera concentrarse, solo en unos cálidos besos que se colaban en la parte trasera de sus hombros. Cómo ya mencioné, Roger seguía con total normalidad.
No supo en que momento sucedió, ni como, exactamente, pero Vee no se quejaba. Al contrario, sentía sus piernas temblarle, y sentía como empezaba a humedecerse. Roger la había empujado de cara contra la pared, coló una mano entre sus pechos mientras la otra sostenía sus muñecas por detrás de su espalda. Los besos en la cuenca de su cuello, en sus hombros, y nuca empezaban a volverla loca; era su debilidad, y ahora, estaba sumamente entregada a él. Ya no tenía una lucha interna, ya no había ningún "Es un mentiroso, Vee, no lo hagas", simplemente se entregaba a él. Lo deseaba demasiado, y ya hasta imaginaba un goteo proveniente de su entrepierna.
—Cállate. —Escuchó en su oído apenas se le escapó un jadeo de entre los labios. ¿Por qué el silencio? Porque los cinco muchachos estaban en la sala.
Ni eso detuvo su trabajito, ni tampoco quería detenerlo. Ninguno de los dos lo haría. Ella empezó a sentir un bulto creciente rosando su trasero, quizá era un accidente, pero no iba a protestar. Le soltó las manos, así las pudo apoyar en la pared, haciendo un inquietante ruido crocante con las uñas. También le dió oportunidad a Roger de bajar la mano y abrirle la bragueta de los jeans femeninos.
—Por favor. —Rogó ella en un angustiante intento de terminar su desesperación. Sus respiros cada vez aumentaban de velocidad, y sentía que ya no podía con la presión en su zona.
—Te dije que te callaras. —Le soltó de todas partes. Ella negó efusivamente con la cabeza, tratando de que volviera a su actividad y acabara con su sufrimiento. Sintió un alivio en cuanto puso las manos en su cadera, bajando sus jeans hasta dejarle el culo al aire. Pronto escuchó el ruido de sus pantalones cayendo, sabía que no había vuelta atrás así que estiró un brazo para entrecerrar un poco la puerta de la habitación.
Le movió las braguitas a un lado, y pasó un dedo por el centro. A penas y le tocaba. Era una caricia tan sutil, que le robó la respiración en un segundo. Empezó a temblar y cubrió su propia boca antes de volver a jadear, o incluso, gritar. Siguió moviendo su dedo al notar como ella cada vez luchaba más para no hacer ruido, se dió cuenta de lo ansiosa que estaba, pues a penas era un solo dedo, pero ella ya estaba en otro mundo.
Bajó un cacho de sus boxers, y se tomó a sí mismo con una mano. Escupió para abajo, y se lubricó con un simple masaje de arriba a abajo; pero ni así perdió la oportunidad se lubricarse con la zona íntima que tenía frente a él; solo la cabeza dándole una caricia fue suficiente para obligarla a que se mordiera el dedo y aguantara el gemido en su garganta. Seguía temblando. Pero seguía lista para él.
—Si haces un ruido, Vee... —Se inclinó hacia a ella, tomándole el cabello mal recogido en una coleta. —Se acaba. —La vió asentir, pero dudó en que haya escuchado alguna mierda.
No le dió tiempo de respirar, ni de prepararse, ni de acostumbrarse al tamaño. Solo jaló fuerte de su cabello al mismo tiempo que la penetraba como si ella no sintiera dolor. A cada embestida le jalaba el cabello, luego le dejó la cabeza presionada contra la pared. Solo escuchaba el húmedo sonido de sus labios mojados abrazándolo a él en un intento de mantenerlo dentro.
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Outside [Queen]
Fanfiction((Fanfic de la banda Queen)) Roger, un chico de preparatoria que no está acostumbrado a una relacion formal, hasta que conoce a Vee, una chica linda de apenas 19 años, conoce esta historia de amor confuso y apasionado.