Capitulo 26

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3:00 de la madrugada. La hora adecuada.

Ella no anda con rodeos y hacia lo que quería a la hora que quería.

Cosas buenas, cosas malas, ¿qué más da? No le daba ninguna clase de pena decir que fue ella.

—¿Athena, eres tú? —Escuchó la voz de su madre bajando las escaleras.

—Si. —Dijo cerrando la puerta principal.

—¿Dónde estabas? ¿Ya viste que hora es? —Se iba poniendo la bata de seda rosada.

—Fui por pizza. —Se dió la vuelta dejando ver la caja cuadrada y plana que soltaba ese familiar olor.

—¿A esta hora? ¡Athena! —Dió una patada al piso.

—¡Mamá! —Replicó en el mismo tono.

—¿Por qué siempre..? —Se interrumpió y la miró sin expresión. —Ay, ya olvídalo. Nunca entiendes.

Tal vez eso fue lo que conquistó a Charlie, le gustaba que fuera así de espontánea e ingeniosa. Tal vez eso es lo que conquista a todos.

Athena solía decirse a sí misma que no tuviera miedo de actuar y ser feliz, por qué cuando fuera una anciana se arrepentiría de no haber hecho cosas estúpidas que recordar. También aplicaba ir por pizza en la madrugada, o fugarse de su casa para coger con su novio, o tomar el micrófono en el karaoke a pesar de no saber cantar, defender a su novio, el coyón, con sus puños y dientes, entre otras cosas que era mejor no decir. Si, Athena no era una niña adinerada más del montón, ella era mucho más que esa basura.

Ella era libre.

—Si, como te decía, Lilith y Vee me invitaron con ellas a Oraculum de Delphis, dijeron que habrá una banda muy cool. Ya sabes, en la uni hablan bastante de ellos. —Athena le contaba sus planes desde el sillón mientras se pintaba las uñas.

—No lo sé, linda. —Contestó Charlie desde la cama. —No sé si deba darte permiso, Lilith está medio loca.

—Charlie, no te estoy pidiendo permiso. —Bajó la brochita. —Te estoy avisando.

Pero esa espontaneidad y seguridad hicieron a Charlie cambiar de opinión. Él no estuvo muy de acuerdo con ciertas de sus acciones.

Básicamente quería que esa explosividad solo la tuviera de soltera, que lo conquistara con cosas específicas, pero eso ya no fue de su agrado cuando ella aceptó ser su novia.

—¿Dónde estabas? —Preguntó preocupada en cuanto localizó a Vee entre la multitud.

—Estaba charlando con el guitarrista, por los baños. —Señaló sin importancia.

—¡Por fin! —Celebró con unos aplausos. —¿Y qué tal?

—Es muy amable, y dijo que tocarán el sábado en unas cuadras abajo de aquí, en el Club Queens. —Athena asintió cuando ubicó el bar. —El baterista me besó la mano.

—¿Vas a coger?

—¿Qué? ¡No! Ni si quiera recuerdo su nombre.

—¡Vee, que tonta! Todas se quieren acostar con él. —Rodó los ojos. —En la uni todas hablan de él, es guapo y ya se acostó con media ciudad.

—Qué asco.

—¿Averiguaste el nombre del bajista? ¡Es un pedazo de cielo! Pero no le digas a Charlie, si no...

—Oye, Athena. —Apareció Lilith con el labial corrido. —Charlie te está esperando afuera.

—¿Él vino?

Outside [Queen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora