Capitulo 12

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—Por favor, dame más. —Los gemidos de Vee, junto con el crujir de la cama llenaban la habitación. El olor a sexo era asquerosamente fuerte, y sinceramente, Vee quería mear. —Que rico. —Ni si quiera se esforzaba en que sonara real.

—Vee, ayúdame. —Will notaba que no estaba logrando mucho, pero ni así paraba. Ella estaba acostumbrada a no sentir placer, y solo hacerlo por que el chico se venga, eso es todo. ¿Seguía siendo sexo?

—Oh, Will, no pares. —Se esforzó un poco más en que sonara como actriz porno.

—Si, mami, así. —Odiaba que le dijeran "mami". Esto era ridículo. —Vee, no... No está funcionando. —Paró en seco y se sostuvo con los brazos en la cama, aún dentro de Vee, y sin intenciones de salir. —¿Qué necesitas?

—Nada. —«Prefiero que Roger diga que me quiere coger y no hacer nada, a que este tipo me folle en serio». —Sigue, y termina.

—Es que ni si quiera puedo hacerlo bien. Vee, estás seca y no puedo estar escupiendo ahí cada minuto. —Vió en sus ojos que se estaba enojando. —No me puedes dejar así.

—Lo sé. —Susurró.

—Bésame.

—No. —No entendía por qué se lo pedía, no era nuevo para el la regla de 'No besos en la cama'. Cuando lo hacían en otra parte, como en el bar, el auto, el cine o en el baño de algún restaurante, no se lo negaba, pero en una cama las cosas eran más privadas, sin adrenalina. No quería crear demasiada conexión; no aplicaba solo con Will, era una regla con cualquiera. —Sígue. —Volvió a pedir con más calma.

—Pero hazlo bien. —La escuchó gemir de verdad cuando, sin avisar, dió un empuje muy fuerte, llenandola por completo y sin compasión. —No me hagas lastimarte para escucharte gemir. —Inconscientemente negó con la cabeza y cerró los ojos. Si el físico no le producía algo, entonces usaría la imaginación.

Se transportó a otro lugar, a otra habitación y con otra persona. Sintió una de esas manos correr por su muslo, su cadera, su cintura, le clavó las uñas en el vientre y volvió a gemir entre un suspiro. Empezaba a sentir como su zona empezaba a calentarse, y Will empezaba a entrar y salir con mayor facilidad. Vee seguía concentrada, usando su creatividad y su cerebro, imaginando como sería sí se abrazara a su cintura y le respirara en el oído, que su mano se aferrara a su cuerpo y le hablara con suavidad, como si fuera amor. Imaginó el olor del buen sexo, ese que deja las piernas temblando y el vientre adolorido, imaginó como sería estar con otra persona, que no fueran los estúpidos con los que solía meterse.

Vee empezaba a gemir más fuerte y más constante, Will empezaba a empujar más rápido, eso la lastimaba más pero no se quejaba.

Ella pensaba en ver sus ojos mientras follaban, por que así debería ser, conectarse y besarse, acariciarse y tocarse el alma. Imaginaba como sería ver esos ojos verdes mientras le llenaba el vacío de su sexo, mientras le besaba el cuerpo.

—Vee. —Dijo aguantandose las ganas de hablar. No era un hombre de palabras a la hora de follar.

—Roger... —Gimió con un dolor en su estómago. Se mareo apenas entro en razón. El cuerpo se le llenó de escalofríos e incluso le dolió en los brazos. El corazón empezó a latirle muy rápido y su respiración se agitó aún más. No quería mirarlo, no quería ni moverse. Solo quería fundirse en la cama y desaparecer para siempre.

—¿Ro-Roger? —Se detuvo por completo. —¿Roger? —Reinó un silencio sepulcral que lastimaba. De pronto empezó a escuchar un zumbido muy curioso, sabía que era un reflejo de su shock.

—Lo siento. —Dijo después de largos segundos.

—¿Quién es Roger? —No le contestó. —Roger, Roger... Ah, es el chico de la banda, ¿no? El que me amenazó afuera. —Dijo a penas recordó cuando el chico melenudo dijo "Roger, él no es. Él es el dueño del bar". La vió apretar más los ojos y ahí lo confirmó. Se quitó de encima y ambos tomaron un cacho de sabana para cubrirse. —¿Estas saliendo con el? —Negó.

Outside [Queen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora