Capitulo 38

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—¡Corre, Vee! ¡De seguro ya nos están esperando! —Dijo Athena, guardando todas sus libretas dentro de su mochila.

—Ya voy, ya voy. No me presiones. —Gruñó su amiga, haciendo lo mismo que ella. —Listo, ¡corre! —Tomó a Athena de la muñeca y ambas corrieron fuera de la universidad. Cruzaron por todo el campus, esquivando personas y saludando con la mano a quien gritaba su nombre.

Llegaron a la entrada principal, ahí había una Safari muy bien cuidada y recién arreglada, pues cierto poste de cabello rizado la había chocado meses antes.

—Hola, nenas. —Saludó Eva quitando el freno de mano. —¿Están listas?

—Hola. —Dijeron las dos al unísono, saludando a dos chicas desconocidas que iban en la parte de atrás.

—Ellas son mis primas, Meli y Sussie. —Señaló a cada una, respectivamente. —Ellas son amigas mías, Vee y Athena.

—Tu me pareces conocida. —Dijo Meli, observando a Athena con un dedo en la barbilla. —¿Tú mamá no es la dueña de unThink?

—Si. —Dejó caer una mano en su pierna. —¿De dónde la conoces?

—Mi papá trabajó con ella hace ya tiempo, en un proyecto de energía renovable. —Asintió orgullosa.

—¡Vaya! ¿Quién se lo hubiera imaginado? —Athena no lo dudó ni do veces, fue directo a sentarse atrás con las dos chicas, y Vee no tuvo opción más que sentarse de copiloto.

—Eva, sinceramente no entiendo cómo es que decidiste hacer cita semanas antes de tu boda. —Codeó con humor.

—Pues mi vestido está listo y separado, solo iré a recogerlo. Los colores para las damas de honor están escogidos, solo necesitamos separar sus vestidos y buscar las tallas adecuadas. —Sonrió sin dejar de ver el camino.

—¿Estás nerviosa? —Sussie asomó la cabeza. —El día de mi boda se me caía el cabello por el miedo.

—Pues... —Alargó. —Estoy ansiosa, algo. Pero no tengo miedo, ni nervios, solo estoy desesperada. Quiero decir, estoy muy segura de lo que haré.

—Esa es tu ventaja. —Volvió a decir su prima. —Tu si te quieres casar.

—Oh, diablos. —Se le salió a Vee casi sin querer. —Qué triste.

—Si. —Sussie ladeó la cabeza. —Salí embarazada, así que no me quedó de otra.

—Dios. —La miró boquiabierta. —¿Qué hay de ahora?

—Mi esposo es un cretino, pero mi hijo es una dulzura. —Intentó sonreír. —Solo esperaré a que tenga la suficiente edad para entender y poder divorciarme.

—Mi prometido no quiere vivir conmigo, porque le da miedo dejar a sus amigos solos. —Eva rodó los ojos.

—No he tenido sexo en un año, mi novio no tiene ganas de nada. —Meli interrumpió la plática que tenía con Athena para poder opinar.

—Mi ex me puso el cuerno con mi mejor amiga, y el chico con el que salgo ahora no se me ha declarado. —Athena hizo puchero. —Ni se le ven las ganas.

—Soy infértil. —Vee se apresuró a decir. Sonaba más feliz que decepcionada, y tal vez fue por eso que todas rieron cuando la escucharon. —¿Qué?

—Qué suerte tienes. —Sussie se dejó caer.

—Amiga, eso no aplica. —Athena asomó la cabeza entre el asiento y la pared. —Tienes que quejarte de los hombres, no de tu condición.

—Ah, entiendo. —Quiso pensar. —No pues, en realidad no se me ocurre nada.

—¿Qué? ¿Nada, nada? —Preguntó Meli.

Outside [Queen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora