Capitulo 11

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—¿Charlie? —Contestó muy dudosa del por qué le llamaba a ella.

—Gracias a Dios contestas. —Escuchó como suspiró de alivio. —Vee, amiga, necesito tu ayuda.

—¿Qué pasa? —Jugaba con el cable en forma de resorte, esperando a que dijera que necesitaba de su ayuda para volver con Athena.

—Necesito que me ayudes a traer a tu banda a mi fiesta. —Eso, sin duda, la había tomado por sorpresa, tanto que la hizo incorporarse de inmediato.

—¿Cómo que mi banda?

—¡Si! Los chicos a los que fuimos a ver el domingo. Es que... Athena me había comentado que quería traerlos a mi cumpleaños, se emocionaba mucho por que decía que algún día serían famosos, y mierdas así. Tal vez si me ayudaras a traer a ambos aquí, a Athena y a la banda, serías de mucha ayuda. —A pesar de que ellos no sabían nada de lo que pasaba, Vee los miró con mucha astucia, y con una sonrisa, la observaron contestar.

—Si, Charlie, pero no es de a gratis, ¿sabes? Ellos tocan en lugares de prestigio. —Abrió un brazo. —Les pidieron grabar en un estudio para que el estudio tuviera más renta, prácticamente fueron publicidad. ¿Acaso crees que los llevaré solo por que eres mi amigo? Para empezar, eres infiel. —Se hizo un incómodo silencio, afortunadamente, Vee conocía a Charlie, y sabía que haría lo que fuera por Athena.

—Bien, ¿cuál es el precio? —Preguntó no muy convencido.

—Solo 900, y se quedarán toda la fiesta conmigo.

—¡Santa mierda! —Alegó alejándose del teléfono. —Esta bien, lo acepto, pero solo si me aseguras que Athena vendrá.

—Perfecto, de eso me encargo yo. Hasta luego, Charlie. —Colgó el teléfono, y volteó a mirar a sus amigos con una enorme sonrisa pícara. Todos le respondieron la sonrisa, pues sabían que algo tramaba.

—¿Qué hiciste? —El primero en hablar fue Roger.

—¿Tocarían en una fiesta por 900, si es que puedo convencer a una amiga de ir? —Si, dijeron todos al mismo tiempo. —Solo necesito convencer a Athena. —Dijo casi para si misma.

—Pero, Vee, ese es mucho dinero. —John había hecho cuentas sobre cuánto le tocaba a cada quien.

—¿Y? Él no lo sabe. —Subió los hombros.

—Vaya, eres inteligente.

—Tu eres nuestra nueva representante. —Dijo Freddie señalando a Vee, aún desde el piso. —Sabes hacer negocios, ya nos conseguiste dos tocadas, una grabación, dinero. —Resaltó. —Eres perfecta, te necesitamos.

—No hice negocios. —Rió. Por un segundo, notó la mirada de Roger sobre ella, con la cabeza un poco inclinada y una mirada muy peculiar. No rompieron esa conexión, e incluso se hizo más fuerte. —Iré a cambiarme, necesito estar cómoda.

—Vee, iré a tu baño. —Dijo Roger poniéndose de pie y yendo tras ella por el pasillo. Estaba a su favor que el baño y la habitación estuvieran frente a frente. —Wow. —Dijo cuando los dos estaban en su habitación. —Me entiendes bien.

—Cielos... —Susurró mientras cerraba la puerta. —Roger, no se qué intentas, pero en verdad deberías parar.

—Pero no hice nada. —Se tiró sobre la cama.

—Tal vez no ahora. —Él asintió dándole la razón. —Y yo solo digo que no es correcto...

—No tienes que fingir que no te gusta. —No pudo responderle. —Vee, no me tengas miedo, sé bien que no seré ni el quinto en tu lista. —«Ni el número treinta». Fue a su armario y saco un short de mezclilla y una blusa holgada de rayas amarillas y blancas.

Outside [Queen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora