Capitulo 30

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[Viernes, 25 de Julio de 1973]

—¿Hola? —Escuchó con interferencia.

—¡Chris! —Saludó efusivo cuando escuchó la voz de su amigo por el auricular. —¿Cómo va todo?

—¡Ah, hermano! —Saludó igual en cuanto reconoció la voz. —Todo bien, todo listo para esta noche. ¿Tú qué cuentas?

—Pues preferiría contarte en persona. —Sonrió grande a pesar de que Chris no lo vería. —¿Qué hay esta noche en el bar?

—Pues vendrá a tocar una banda muy buena, Queen. Vinieron el viernes pasado. —Escuchó algo de emoción en su voz. —Necesitan promoción por qué sacarán un disco y ya empezarán de teloneros. Será genial si se hacen famosos, y dicen que gracias a Delphis pudieron hacer publicidad.

—Oye, es cierto. —Asintió. —De todas maneras planeo ir, ya sabes, bebidas y música.

—Entonces aquí te espero, Corbyn. Necesito que me cuentes que pendejada hiciste ahora. —Ambos rieron.

—No, no, para nada. —Dijo cuando dejó de reír. —Esta vez no hice una cagada.

—Mas te vale, hermano. Te veo esta noche.

—¡Hijo de puta! —Gruñó Roger revisando su armario. —¡Richard! ¿Dónde está mi saco plateado? —Gritó esperando a que John lo escuchara hasta donde estuviera.

—¡En tu puta madre! —Contestó desde algún lugar. John también buscaba que podría vestir para esa noche, tal vez un pantalón acampanado negro, un saco del mismo color y una camisa blanca. ¡Tradicional!

—¡Olvídalo, ya lo encontré! —Escuchó otra vez a Roger.

Por otra parte, en la planta de abajo, Freddie recibía a Eva y a Vee con esa emoción y positivismo de siempre, dándoles besos y abrazos como si no las hubiera visto en años.

—Brian se está vistiendo aún, puedes ir a verlo. —Señaló subiendo y bajando las cejas con una sonrisa tonta.

—Eres un cochino. —Negó Eva con la cabeza. De todas formas se fue por las escaleras, en busca de Bri.

—Y Roger... —Miró a Vee. —Aún no sé si debo, ya sabes... —Entrelazó sus dedos extendidos. Frunció el ceño. —No se que son.

—Oh, Fred. —Suavizó el rostro. —Yo tampoco.

—¿Por qué Athena no va a venir? —Preguntó cambiando de tema.

—Tiene una cena importante con los empleados de su mamá. —Subió los hombros. —A lo mejor y si va, más tarde.

—Oh, entiendo.

Ambos se sentaron en el sillón, en silencio y disfrutando de su compañía. Fred no tenía inconveniente por estar callado, pero Vee si, odiaba el silencio. Se ponía nerviosa y eso la hacía tener la insaciable necesidad de hablar, pero sus nervios le jugaban una mala pasada la mayor parte del tiempo.

—¿Por qué Diosito haría animales voladores que cagan?

Fred giró a verla despacio y sin expresión en el rostro. Observó sus facciones caídas y sorprendidas al mismo tiempo, y aguantó las ganas de reír.

—Oye, no lo sé.

—Oh. —Otro silencio largo. —Oye, Fred...

—Si dirás otra cosa rara, mejor no abras la boca. —La interrumpió.

—¡No! —Empezó a reír fuerte. En el piso de arriba, Roger escuchó esa hermosa risa escandalosa, y sonrió sin pensarlo. Aquí estaba su chica y tenía que verse guapo. —Quería decirte que eres muy guapo...

Outside [Queen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora