Capitulo 25

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Era tan intenso. Amaba cuando él besaba sus labios y se notaba como intentaba llevar las cosas a otro nivel.

Necesitaba hacerlo tan desesperadamente, que ninguno de los dos podía aguantar los pequeños jadeos y suspiros.

Excitación, azúcar, albaricoque, calidez, así se sentía el placer para ella. Excitación, cerezas, dolor, vainilla, así era el placer para él. No era muy distinto para ellos, por eso, aún que no podían avanzar un paso más, sus manos y sus labios era suficientes para llevarlos a otro nivel mucho mejor de lo que parecía.

Él le apretaba las muñecas y le mordía los hombros, después le jalaba el cabello y saboreaba su cuello. Era un secreto que estaba detrás de las puertas de un baño para mujeres justo a unos metros de la puerta del estudio.

Los muchachos, junto con Leo y Rick, conversaban sobre cómo seguiría avanzando la publicidad y lo que ellos debían hacer. Ese tema fue perfecto para que olvidaran un ratito de la existencia de Vee y Roger, más que nada por que no estaban a la vista.

¿Qué tan orgulloso estaría Brian? ¿Qué tan asqueado estaría Freddie? ¿Qué tan molesto estaría John? ¡Demonios, eso lo hacía mas divertido!

—Date la vuelta. —Le ordenó tomándola de la cintura y jalándola un poco.

—No. —Le quitó las manos cuando supo a que se refería. La tomó de las mejillas y volvió a besarla como si de eso dependiera su vida, ya le había llenado la boca de saliva. Se apartó un poco para detallar cada parte de su rostro, soltó una risa ronca y su mano derecha fue a dar a su mejilla.

—¿Por qué no? —Preguntó cuando ella volvió a verlo con una mano en su cachete rojizo. Lo que le sorprendió fue que le había dado al clavo, ella lo miró con unos ojos inquietantes y seguía teniendo un semblante sexy que le aumentó la libido. —Te di una orden. —Aprovechó para seguir su juego al momento que bajo una mano para desabrochar el botón de su pantalón.

—Sigo estando en mi periodo, ¿cuánto tiempo crees que dura? —Dijo con ironía. "Puta madre" alcanzó a escuchar en un susurro. —Pero, oye... Eso estuvo bien. —Le guiñó un ojo señalando su rostro.

—Oh, ¿si? —Preguntó con orgullo. —Me la jugué mucho, no sabía cuál sería tu reacción.

—Si, fue muy bueno. —Se acercó para besar la línea de su mandíbula. —No te preocupes, tal vez para mañana ya no sea tanto.

—Ajá. —Ni puso atención a sus palabras por estar duro con aquellos besitos en su cuello. —Vee, si no lo haremos ahora, ¿por qué sigues..?

—Te puedo ayudar y compensar la espera. —Escurrió una mano entre sus pantalones.

Por otra parte, en la sala todo transcurría con normalidad. Rick salió a comer mientras Leo había salido a contestar unas llamadas, afuera se topó a dos buenos amigos de Joe. Ya no recordaba sus nombres, pero el muchacho castaño se quedó un momento con él hablando del nuevo Cadillac rojo que Joe se había comprado. La muchacha entró al establecimiento con su típica sonrisa hipócrita que nunca borraba.

—¡Hola, Joe! —Se escuchó una voz femenina entrando a la habitación. —¿Qué mierda? —Se interrumpió ella misma. Observó a cada persona dentro del lugar, desde la cabellera rizada llamativa, hasta la pequeña señorita de cejas gruesas.

—¿Qué haces aquí? —Athena reconoció la voz en un segundo y se dió la vuelta para ver a Lilith mejor.

—¿Tú qué haces aquí? ¿Ellos qué hacen aquí? —Señaló a los tres muchachos. —¿Joe?

—Oh... Esperen. —Las detuvo el moreno, pensó durante unos segundos y sonrió muy apenado. —Es cierto, había olvidado eso. —Tronó los dedos. —Lo siento, amigas, acabo de recordar lo que había sucedido.

Outside [Queen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora