Capítulo 4: "Sexo con mi profesor".

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Gimo al sentir su enorme polla moviéndose sobre mi abdomen. Bajo un poco la vista.

¡Esta enorme! 

Parece que en cualquier momento se le podría romper el pantalón.

-Piénselo, señorita Evans.- Susurra en mi oído excitantemente.- Los dos disfrutaremos... nadie tendrá que enterarse de esto, nisiquiera tu mejor amiga.

Cuando se separa de mí pongo mis manos en su rostro y lo beso.

Ross me sigue el beso sin pensarlo dos veces. Sus manos estan en mis muslos acariciándolos de arriba a bajo.

Su lengua toca la mía. Gimo en respuesta. 

Ya no podía más.

¡Quiero que Ross Lynch me folle!  

Puedo sentir como me carga, enrollo mis piernas en su cintura haciendo que Ross gima. Me sujeta del trasero sin despegar los labios de los míos y subimos los escalones, supongo que vamos a su habitación.

Me deja en una inmensa cama, es más grande que la cama matrimonial, 3 personas podrían dormir allí cómodamente. Se pone a ahorcadas sobre mí y besa mi cuello ferozmente. 

Gimo y arqueo mi espalda.

Ross aprieta mis pechos fuertemente. 

-¡Ah!

Se siente bien, y a estas alturas estoy muy excitada como para parar. 

Ross desabrocha mi vestido y me lo quita. 

Observa mi cuello deseoso. Se nota que me tiene ganas.

Y por alguna razón, eso me da algo de miedo.

De todas las estudiantes... ¿por que se fijó en mí? 

Claro, si el maestro...

-¡AH! ¡ROSS!.- Grito al sentir que esta besando mis pechos por encima de mi sujetador.  

Me lo desabrocha y observa mis pechos. 

-Eres perfecta _____.

Susurra y comienza con su trabajo.

Lame, succiona, besa y muerde mi pezón derecho luego se lo introdujo en la boca.

-¡Sí, sí!- Gimo.

Hace el mismo acto con el otro hasta que mis dos pezones se encuentran, duros y erectos. 

Mis manos van al borde de su camiseta y se la quito.

Lo observo.

¡Dios es un Dios griego! tiene seis cuadraditos bien definidos. Paso mi dedo por ellos, mientras que con la otra mano me encargo de tocar su pecho.

Ross se detiene, y se separa de mí para poder quitarse los jeans negros ajustados que tiene puestos ahora mismo. Quedando en boxers color rosa. Sonrio. 

Sus manos recorren por todo mi cuerpo, desde mis senos hacia mis muslos, me quita mis braguitas, una vez que mis bragas abandonaron mi cuerpo, hunde su rostro en mí.

Lanzo un grito de impresión.

Realmente nunca llegué a imaginarme que un maestro me hiciera sexo oral.

Pasa su lengua por mis pliegues. 

Lo único que hago, es gemir. Y pensar que esto esta bien, por más que no sea cierto.

Con su lengua acaricia mi clítoris, de arriba a bajo y de muchas formas más.

Gimo cuando hunde su lengua en mí. 

-¡Oh Dios, sí!.- Gimo levantando las caderas, quiero más.- ¡Oh! 

Estoy apunto de correrme. 

Estoy demasiado excitada.

 Nunca un chico me había excitado tanto, más que el maestro Lynch,  él sí que sabe como usar sus armas de seducción. 

Grito cuando me corro, cierro mis ojos con fuerza mientras mi cuerpo se retuerce.

Abro los ojos cuando termino de correrme. Miro al maestro Lynch quien esta al frente mío, se lame los labios con una sonrisa maliciosa, se acerca a mi oído y susurra:

-Sabes delicioso.

Me estremezco.

Lo quiero enterrado en mi interior. 

Ross besa mis labios.

Con mis pies logro bajarle los bóxers.

Quedo algo asombrada.

¡Es enorme! esta erecto, y es muy grueso. 

¿Cojería en mi interior? 

Ross ríe y besa mi mejilla.

Se acomoda y me mira directamente a los ojos.

-¿Estás lista? 

Yo asiento rápidamente.

Ross se mete con fuerza dentro de mí.

Por suerte ya no soy virgen, si no, habría dolido.

Doy un pequeño grito.

Ross se mueve dentro de mí rápidamente. 

Lo ayudo alzando las caderas cada vez que me penetra.

-¡Oh! ¡Oh!.- Gime Ross. 

Me agarro de las sábanas blancas, al sentir que estoy apunto de llegar.

-Vamos nena, córrete. 

Suspiro y grito su nombre cuando llego al orgasmo.

Ross embiste unas veces más y luego de eso, todo su semen esta dentro de mí.

Suspiro sintiéndome llena, y satisfecha.

Ross tiene su cabeza en mis pechos. 

No puedo creer lo que acababa de pasar... acabo de tener...

¡Sexo con mi profesor!

Sexo con mi profesor | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora