Capítulo 33: "No quiero volver a verte".

32.1K 1.1K 87
                                    

Segunda Temporada.


Intente cerrar la puerta pero el la detuvo. 

-Por favor no... tenemos que hablar ____...

Lo miré con algo de odio.

-¡Nosotros no tenemos nada que hablar, lárgate! 

Grité enojada, poniendo un poco de más fuerza para abrir la puerta. 

Ross tenía mucha más fuerza que yo... pero no la estaba usando por ahora.

Temía que usará su fuerza bruta. Ya que podría ver a Paige.

-No me voy a ir hasta que hablemos.- Frunció los labios, eh intento abrir la puerta, poniendo un poco más de fuerza. Suspiré.- Joder, nena... debemos aclarar las cosas...

Negué con mi cabeza. Y gemí.

Me estaba haciendo daño a mi misma por poner tanto fuerza.

-¡No me digas nena, y no tenemos nada que aclarar! ¿¡Qué no te lo deje claro hace unos meses!?

Grité enojada.

Mierda. Mierda. 

Mis brazos no resistían más. No tenía mucha fuerza dentro de mí.

Deje la puerta con la intención de agarrar mi teléfono y llamar a Camila, pero recibí un gran golpe en la nariz por parte de Ross y la puerta.

-¡MIERDA! 

Chillé tocando mi nariz.

Más lágrimas cayeron por mis mejillas. 

Y no solo porque estaba triste, si no por el horrible dolor que tenía.

-Joder.- Murmurró Ross.

Noté que se adentro un poco más en la habitación.

Solo rogaba por que no viera a Paige.

-Perdóname... déjame ayudarte.

Intento tocarme pero me zafé.

-Déjame... vete...

Sobé mi nariz.

El dolor se había pasado un poco.

-No, ____, por favor, tenemos que aclarar las cosas... yo aún te amo...

Susurró.

Suspiré. ¿Por que tiene que pasarme esto a mí?

Lo miré enojada, al parecer el lo notó. Miró hacia el piso.

Iba a mirar en dirección donde estaba Paige pero me puse frente a él.

-Vete... por favor Ross...

Susurré apunto de estallar en lágrimas.

-No me iré hasta que hablemos de lo nuestro.

Negué con mi cabeza rápidamente.

-Joder... tenemos que hablar de nosotros.

-No existe un nosotros, Ross. ¿¡No te das cuenta que solo vienes para estorbarme!? 

Ross se despeinó.

Noté que se estaba desesperando y estaba nervioso, lo podía notar en su mirada.

-¡Nunca hice nada para que vos dejarás de hablarme, o responderme los mensajes! ¡Y no solo a mí! ¡Si no también a tu familia! ¡Los policías en Los Angeles no te dejan de buscar! ¿¡No puedes pensar como estarán tus padres y los de Camila!? ¡Joder! ¡Están desesperados! ¡Al igual que yo, pensé que te había pasado algo, ____! ¡No entiendo que maldita cosa hice para que tu te comportarás de esa forma conmigo!

Me gritó.

Cerré mis ojos dejando escapar unas lágrimas.

Ross suspiró.

-No quise gritarte... yo...

Hice caso omiso a sus demás palabras.

Él tenía razón.

Ross no me había hecho nada para dejarlo de esa forma... dejé de hablarme por mi bien, ya que el estaba en Inglaterra y yo estaba embarazada y completamente asustada... supongo que no le respondí los mensajes por rencor... no quería ser mamá tan rápido.

Y no me arrepiento de tener a Paige. La amo. Más que a mi propia vida. Pero... me hubiera gustado ser madre con más edad. No con 16 años. Pero... las cosas ya están hechas, Y no hay tiempo para arrepentirse, tengo que seguir adelante... aunque en verdad me cueste cuidar a Paige, ir a la Universidad, hacer los trabajos y ese tipo de cosas.

Volví a la realidad al momento que sentí que Ross seguía hablando.

-No lo entiendo... en verdad... pensé que nos amábamos... pensé que eramos uno.

Puse los ojos en blanco.

-Déjame sola por favor... no me atormentes Ross... tengo ya bastante con la Universidad, con los trabajos, con matemáticas, química, historia, que no entiendo nada y no puedo reprobar, además tengo que cuidar a...

Me callé.

Ross alzó una ceja.

-No quiero volver a verte... ¿No ves que me hace daño verte?

Mis mejillas estaban llenas de lágrimas.

No había dejado de llorar ni un solo segundo.

En verdad me dolía. 

Sollocé.

-Por favor... no llores... yo... quiero hacerte feliz, quiero saber si hice algo malo, y quiero que me des otra oportunidad, es lo único que te pido, por favor...

-Déjame en paz.

Volví a sollozar.

Intente cerrar nuevamente la puerta, pero volvió a detenerla.

Bufé.

-Por favor... prometo hacer las cosas bien... no se... no se que me haz hecho, pero te amo.

Volvió a decirme.

Se acercó a mi rápidamente, acarició una de mis mejillas. Iba a separarme de él pero me besó.

No le seguí el besó, junte y presioné mis labios. 

Me separé con un manotazo de él. 

Me limpié los labios.

Más lágrimas corrían por mis mejillas.

Estaba apunto de responder con una bofetada a su acto anterior pero el llanto de mi pequeña hija me calló.

Abrí los ojos como platos.

Se había despertado.

MALDITA SEA.

Ross frunció el ceño.

-¿Eso... es... es... un bebé?

Mis manos comenzaron a temblar.

Mierda... no, no, no.


---

Victoria Justice, como, Zoey


Sexo con mi profesor | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora