Capítulo 28: "¿Qué haces aquí?".

43K 1.2K 102
                                    


-¿¡Qué haces aquí!? ¡Lárgate!

Grité cerrando mi puerta principal en el rostro de Ross. Sollocé.

¿Por qué Ross tiene que ser así? 

Me duele que venga aquí luego de lo que hizo. 

Esto no se lo pienso perdonar.

Me giré rápidamente al sentir un ruido viniendo de la cocina. 

¡No, no, no! 

-¡Lárgate! 

Volví a gritar histérica al ver que Ross había entrado por la otra puerta.

Ross intento tomar mis manos pero no pudo.

-¿Qué no me escuchas? ¡Lárgate! 

Volví a gritar esta vez más fuerte.  

Ross cerró sus ojos con fuerza y luego los abrió.

-_____... joder... yo... lo siento, lo siento mucho.

Me acerqué a él y le di una bofetada.

Desahogándome.

-¿Por qué lo hiciste? 

Susurré llorando.

Ross suspiró. Y limpió las lágrimas de mis mejillas con sus pulgares, besó mi frente tiernamente.

-Se que no debí hacerlo... soy un estúpido... en verdad yo no pensé en lo que...

Lo callé con un beso en los labios.

No sé que me estaba pasando.

Pero lo necesitaba. Necesitaba de él. Necesitaba tenerlo dentro de mí una vez más.

Necesitaba... hacer el amor con él... porque aún lo sigo amando. Y nunca podré dejar de hacerlo. 

Ross retrocedió, hasta que cayó sentado en el sofá, me puse a ahorcadas sobre él sin dejar de besarlo. Acaricié su cabello que estaba un poco más arriba de la nuca. 

Gemí al sentir las manos de Ross apretar mi trasero. Podía sentir su erección crecer cada vez más. 

Sus manos se deslizaron por mi abdomen, gemí cuando tocó mis pechos por encima de mi sujetador, los apretó delicadamente. Nos separamos con la respiración agitada.

Me sacó la remera que traía y la tiró a alguna parte de mi sala principal.

-¿Te he dicho lo hermosa que eres? 

Besó mis labios suavemente. Reí.

Ross besó mi cuello, succionando algunas partes, mientras jalaba con su mano izquierda mi cabello sin hacerme daño. Gemí.

Sus besos descendieron, cerré los ojos y gemí más fuerte.

Ross quitó mi sujetador y me dio una nalgada no tan fuerte pero si llegaba a dolerme un poco.

-¡Ah! 

Gimo moviendo las caderas. Haciendo que mi parte intima rocé con la de Ross.

Ross metió mi pezón derecho a su boca. Lo lamió, besó, succionó y mordió. 

-Mierda... Ross...

Sentí que su mano izquierda se metía dentro de mis pantalones y se deslizaba lentamente por la tela de mis braguitas.

-Mhn...

Ronroneó Ross.

-Estás mojada.

Mordió el lóbulo de mi oreja y lo estiró.

Sexo con mi profesor | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora