Capítulo 17: "Esto no puede ser posible".

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Muerdo su mentón suavemente. 

Mientras Ross toca mi cuerpo, cada centímetro de el. 

Me agarra de los mulos, enrollo mis piernas en su cadera, lo agarro del cuello y uno sus labios con los míos.

No sé desde cuando pero gracias a él, me he vuelto sexualmente activa.

Me recuesto en la cama, Ross se pone encima mío, besa mi cuello ferozmente mientras yo acaricio su cabello. 

Su miembro ya esta erecto y duro. Listo para follar.

Alzo mis caderas, haciendo que mi clítoris choque con su pene.

-¡Ah!.- Gimo.

Muerdo mi labio.

Ross me besa los labios y entra en mí.

Sale y entra rápidamente. Estoy totalmente llena por toda su enorme y caliente polla.

Ya he tenido 3 orgasmos esta noche, estoy cansada, Ross tuvo 4, sin embargo no se cansa.

-Mhn...

Maúlla él, haciendo que mi piel se erice por completo.

Gimo y tiro mi cabeza hacia atrás.

Ross besa mis labios, casi comiéndolos.

Se separa con una pequeña mordida.

Me agarro de las sábanas al sentir que estoy por llegar al orgasmo.

Arqueo la espalda y me corro gritando su nombre.

Por suerte estamos en la casa de Ross, nadie puede oírnos.

Excepto Lulú, mi nueva mascota, Ross me la había regalado hace unas horas.

Es genial ya que siempre quise una mascota, pero mis padres no me lo permiten porque de pequeña sufría alergias, pero ya no más. Por lo tanto puedo tener a Lulú sin ningún problema.

-Nena mueve tus caderas.- Susurra Ross en mi oído para luego morderlo.

Gimo.

-Estoy muy cansada.

Ross me toma de las caderas y comienza a embestir fuertemente en mí.

Me penetra tan fuerte que estoy casi segura de que estoy por botar algunas lágrimas, apesar de ya no ser virgen, esto duele un poco.

-Dios...

Levanto un poco mis caderas para ayudarlo.

-¡Oh, nena!.- Grita Ross.

Mis caderas se mueven más seguido.

Hasta que llego al orgasmo, me dejo caer.

Suspiro y me acomodo sobre las almohadas.

Luego de unos segundos noto que Ross ya se ha corrido. Ya que siento algo tibio en mi feminidad.

Gimo.

Ross se recuesta a mi lado y se acurruca en mi pecho.

-Te amo.- Susurra besándome el hombro.

Sonrío.

-Y yo, mi amor...

Algo me interrumpe.

-¡Lulú!

Agarro una sábana y cubro todo mi cuerpo.

-¿Es más importante un perro que pasar tiempo conmigo? 

Río.

-Claro que sí.- Respondo burlona y saco la lengua.

Algo muy infantil de mi parte.

Noto que Ross se pone serio.

Rápidamente bajo los escalones y cargo a Lulú, mi pequeña yorkshire terrier.

-¿Cómo estas pequeña? 

Susurro.

Frunzo el ceño al ver un sobre entrando por la parte baja de la puerta.

Dejo a Lulú en el sofá y me dirijo a la puerta.

Me agacho y agarro el sobre. Lo abro.

-¡MIERDA!

Grito abriendo los ojos a tope.

Corro con las fotos hacia la habitación de Ross.

-¡Ross!

-¿Qué pasa? ¿terminaste de cuidar a Lulú? ¿ahora podemos hablar?

Pregunta sarcástico. 

Ruedo los ojos. Me acerco a él pero él se voltea.

Voy al otro lado, pero vuelve a hacer lo mismo.

-Joder Ross.

Me pongo encima de él.

Sujeta mi trasero riendo.

-¡Ross esto es enserio! ¡Mira! 

Le muestro las fotos que salieron del sobre.

Trago saliva sonoramente.

-Esto no puede ser posible.- Susurra.

Tomo una de las fotos.

Salimos Ross y yo besándonos en la salida de la escuela.

En la otra cenando en el restaurante.

Y en la última acostados en el sofá desnudos.

Frunzo el ceño.

Vi algo caer en el sobre. Al instante lo abrí.

Una nota...

-Hola querido ex maestro Lynch, y hola querida perra Evans, gracias a ustedes me expulsaron, ahora gracias a mi te echaran de la escuela Evans, y a tú Lynch, te despedirán para siempre, si es que no hago que te denuncien por acosar a una estudiante, sino hacen lo que les digo, les mostraré estás fotos a la directora, y a los padres de ____ mañana por la mañana nos vemos en en Centro Comercial más cerca a la casa del maestro Lynch, Freddy.

Miro a Ross.

Quien esta apunto de desesperarse.

-Maldito seas, Freddy.

Sexo con mi profesor | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora