Capítulo 34: "Gemma's".

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 Segunda Temporada.


-No cambies de tema.

Indique intentando ocultar mis nervios.

Lamí mis labios, ya que estaban secos, debido al clima que había actualmente.

-No lo estoy haciendo.- Negó con su cabeza.- Hay un bebé llorando... algo esta llorando.

Frunció el ceño y me miró.

-¿Tenés un bebé en tu casa?

Mis manos temblaron nerviosas.

Y también por el frío.

No podía decirle que Paige era su hija... pero sin embargo no puedo negar a Paige.

-¿Por que lo preguntas?

Paige comenzó a llorar más fuerte.

Cerré mis ojos penosamente.

Necesitaba calmarla.

-Porque el ruido viene exactamente de adentro de tu casa.

Arqueé una ceja.

-No lo creo... bueno... eh... tal vez sea de la casa del vecino, hablamos luego Ross.

Intenté cerrar la puerta pero la detuvo.

-¿Podemos hablar ahora?.- Me preguntó fríamente.- Déjame invitarte un café, hace mucho frío como para estar así.

Me miré.

Tenía razón, estaba con un camisón de mi pijama algo corto y con pantuflas.

-Gracias pero...

-No acepto un no por respuesta.- Suspiró.- Mira ____, si vos no querés nada conmigo, lo entenderé, pero enserio quiero saber... por que me dejaste, quiero saber que cometí y saber... si aunque sea podemos ser amigos.

Paige sollozó.

Tenía que calmarla ahora...

-De acuerdo, pero no puedo ahora ¿Si? ¿Puede ser más tarde? o... no lo se ¿Otro día?

Ross asintió.

-¿Te parece hoy a las 8:00pm en Gemma's?

Asentí rápidamente y cerré la puerta.

Corrí hasta Paige, la tomé en mis brazos.

Besé su mejilla que estaba mojada debido a las lágrimas.

-Lo siento preciosa.- Susurré.

Paige paró de sollozar debido al aroma maternal.

Sonreí.

 ***

-¡¿Estás diciendo que van a salir?! 

Gritó Camila dejando la nutella encima de la mesa.

Asentí sin tomarle mucha importancia.

Sabía que Ross y yo ya no podíamos tener nada, y si lo arreglamos, solo seríamos amigos.

Tomé un poco de mi perfume y lo eche en unas partes de mi cuello.

-Ten.

Dijo Camila.

Fruncí el ceño, me voltee para poder verla. Los ojos se me aguaron al ver el collar que Ross me había dado antes de que se vaya.

Lo tomé entre mis manos.

Era un corazón de oro. 

Las últimas palabras que Ross me dijo antes de irse fueron... "Siempre estarás en mi corazón, te amo" 

Sexo con mi profesor | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora