Capítulo 27- Deporte blanco

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》Narra Natalia《

Tiró de mi, sintiendo como ella simplemente me llevaba hasta un segundo piso donde solo estaban los baños, metiéndome a la fuerza en uno, alzandola para hacerla chocar con la pared, besandola con desesperación, sintiendo como ella me respondía igual o incluso con más intensidad.

Quise hacerlo ahí mismo, pero ella se dio cuenta cuando tomé un preservativo, bajándose rápidamente.

- Aquí no.- Hoy la ponía!- Vamos al auto o a tu casa.- Asentí suavemente.

- No aguanto más.- Limpiamos el labial corrido, apoyando mi pelvis en su trasero, haciendo que sonría.

- Yo tampoco.- Esta vez, fui yo la que la llevé, haciéndole señas a Olga, quien simplemente bailaba con su "viejo amigo",  mientras que Camila se había arrojado y ya estaba besando a Juliana.

Abrí su puerta, sintiendo como ella volvía a besarme, entrando rápidamente.

Encendí el auto, sintiendo como quitaba mi cinturón y bajaba la cremallera de mi pantalón.

- Nadie nos mira?- Sergio entendió rápidamente lo que le pedía, justo cuando ella simplemente llevaba mi miembro a su boca, jadeando en respuesta.- Dime cómo se hace.-

- Chupa.- Jadee tomando su cabeza, buscando la manera de que siga.- Como te guste, pero chupa.- Mi mano libre levantó su vestido, tomando el hilo de sus bragas para tirar.- Dientes no.- Me quejé cuando sentí como si me estuviera mordiendo.

- Perdón.- Lamió el tronco completo, volviendo a empezar, tirando mi cabeza hacia atrás, notando como ella posaba su mano sobre mis testículos, volviendo a controlar de que no venga nadie, aunque estemos rodeadas de guardias, alzando mis caderas, en un intento de que el clímax llegue rápido.

- Traga.- Limpie sus labios, mientras ella sonreía, regulando mi respiración.

Tomé sus mejillas, besandola suavemente, antes de que se siente a mi lado, volviendo a ponerme mi bóxer, antes de empezar a conducir, pero ella simplemente posó su mano encima, liberandolo para mover su mano lentamente.

- No me desconcentres.-

- Solo debes conducir.- Apenas entramos en la casa, la apoyé en el primer mueble que vi, quitando sus bragas para penetrarla sin cuidado alguno, moviendome rápidamente, notando como ella simplemente gemía, aferrándose a lo que podía, quedándonos a medias para alzarla y caminar hasta mi cuarto, quitando mi ropa a la fuerza, tirando de su vestido.

Volvi a empezar, dejando mi rostro en su cuello, haciendo que mi respiración choque con su zona sensible, sintiendo perfectamente como sus paredes me apretaban y sus piernas temblaban.

- No te vengas.- Gruñi sintiendo como sus manos apretaban mi trasero, bajando un poco más para volver a acariciar mis testículos.- Makis.- Gemi sobre sus labios, notando como su calambre llegaba y sus labios estaban fuertemente apretados, al igual que sus ojos.

- Por favor.- Gimio como pudo.

- Hazlo.- Su cuerpo simplemente colapsó, quedando completamente rendida, a mi merced, besandola suavemente, antes de salir de ella.

- No me pidas autocontrol otra vez, por favor.- Busqué en uno de los cajones de mi clóset lo que necesitaba.

- No me defraudes.- Susurre sentandome a su lado con dos juegos de esposas, quedando libre pero con mis muñecas amarradas, acercándome al respaldo de la cama.

- Qué haces?-

- Quiero que me hagas de todo.- Ya no había vuelta atrás.- Soy tuya.- Sonrió acariciando mis mejillas, besandome suavemente.- En mi clóset hay más.- Alzó sus hombros, completamente despreocupada, dejando su trasero apoyado en mi pecho, sintiendo como volvía a llevar mi miembro a su boca, sin poder arquearme cuando eso pasó.

- Quieta.- Asentí logrando dejar un beso en su nalga, notando como se movía para dejar su entrepierna cerca de mi rostro, succionando su clitoris.

Se giró para mirarme fijamente, dejando sus manos en mi vientre, mientras se sentaba encima mío, aferrandome a las cadenas de las esposas, levantando mis caderas para intentar hacer más rápido, mientras ella meneaba sus caderas.

Sin esperarlo, me soltó, tomando su cintura para moverme rápidamente, saboreando uno de sus pechos, escuchando perfectamente como intentaba controlar sus gemidos, volviendo a recostarme para moverse ella, dejándose caer sobre mi, teniendo sus pechos en contacto con los míos y su rostro escondido en mi cuello.

- Ya vuelvo.- Asintió suavemente, dejándose caer a mi lado, buscando mi bóxer para bajar por una botella de tequila, subiendo para encontrarla sentada, con mi camiseta cubriendo su desnudez.

Quitó las esposas, dándole un trago para acercarme a besarla.

- Puedo? O tus hijos quedarán en la boca de la botella?- Reí junto a ella, tomando su mano para dejarla sentada en el retrete, buscando un cepillo de los nuevos, cepillando sus dientes, haciendo que ella se ría.

- Ahora mis hijos están aquí.- Besé su frente, alzandola para volver a la cama.

Le dio un trago, mirando junto a ella por el ventanal toda la ciudad, sintiendo como dejaba su cabeza en mi hombro.

- Camila pasó por muchos hospitales desde hace más de seis años, intentó superar su adicción y ahora que lo logró, ella quiere conocer a alguien que le haga bien, que no le dé nuevamente droga para que ella recaiga, sino que quiere una razón para seguir adelante y está dispuesta a todo, con tal de conocer a la persona correcta.- Susurre entrelazando nuestras manos.- Sabe que Juliana no se la hará fácil, pero va a intentarlo con ella.- Me miró sorprendida.

- Hablaría con ella, pero prefiero que Camila luche sola, porque Juliana aceptará si ella lucha y no se queda de brazos cruzados, esperando a que ella la perdone como si nada.- Asentí suavemente.- En cambio, te tenías que emborrachar para que yo te perdone.-

- Yo no soy Camila.- Susurre suavemente.- Acepto lo que me pasa y que soy una idiota, pero a ella le cuesta más hacerse cargo de sus sentimientos y sus problemas del pasado.-

- Eres la idiota más linda de todas.- La besé suavemente, posicionándome entre sus piernas.- Otro más?-

- Recién empezamos.-

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora