Capítulo 6- Pensar poco

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Natalia golpeó la puerta del departamento de Makis, quien había entrado en la ducha, mientras la castaña probaba de abrir la puerta, consiguiendolo rápidamente.

Puso seguro, sentándose en el sofá a esperar, mientras detallaba cada fotografía que había a su lado en un pequeño mueble, haciendo que Makis se sorprenda al verla, consiguiendo una sonrisa de la empresaria al verla en ropa interior.

- Creo que olvidaste poner seguro.-

- Y creo que te importa muy poco lo que es políticamente correcto y lo que haces.-

- Puedo hacer lo que quiero.- Makis lanzó un pesado suspiro, mientras la castaña entraba en su habitación como si nada, buscando entre su ropa, encontrando el clásico cajón prohibido, haciendo que sonría.

- No voy a ir.- La castaña sacó un vestido negro que aún tenía la etiqueta, mientras la morena negaba.- Lo usaré mañana.-

- Bien.- La castaña lo volvió a guardar, sacando un short y una camisa.

- Lindo atuendo.- Makis ya había más que visto el pantalón azul a cuadros y la camisa blanca con unas clásicas zapatillas.- Pensé que fuera del trabajo te vestías más cómoda.- La castaña sonrió, empujando a la morena a la cama, poniendo rápidamente el short, siendo cubierto por la larga camisa.

- Lista para el viaje?- Makis frunció su ceño.- Te vas a sentir de maravilla.- Tomó su mano, saliendo rápidamente, dejando el celular de la morena sobre la mesada, recibiendo un llamado de Federico, quien se encontraba abajo haciendo que Natalia sea más precavida y salga por el gran garage del lugar.

- Olvidé mi celular.- Natalia simplemente siguió, haciendo que Makis olvide todo al ver un deportivo completamente limpio, sin ningún rayón, mientras la castaña abría la puerta del copiloto.

- Damos un paseo?- Makis subió rápidamente, haciendo que su jefa sonría ante la felicidad de la morena.- Tengo una pequeña colección, solo son cinco y fueron regalos.-

Natalia había ido en un Lamborghini Sián, haciendo que la morena se aferre a su brazo cuando aceleró más de la cuenta estando en la autopista, sintiendo una hermosa sensación recorrer su cuerpo completo ante la felicidad que destilaba su acompañante.

- Te gusta?- Makis asintió rápidamente.- Sabes conducir?- Natalia simplemente bajó, haciendo que la morena suba rápidamente del otro lado.- Ve despacio.- Volvió a asentir.- Puede parecer tranquilo pero va muy rápido con solo ir en tercera.-

Makis salió con cuidado, siguiendo el camino que el GPS le marcaba, sorprendiendose al ver que llegaban a un muelle con una pequeña casa cerca, siguiendo a Natalia cuando entró.

- Dónde estamos?- Preguntó la menor, aferrándose al brazo de la castaña.

- Creí que sería correcto ir a mi casa, pero este lugar quizás sea más tranquilo.- Caminaron tranquilamente hasta salir con las famosas vistas al río, sumandole el pequeño yate que esperaba a que ellas suban, haciendo que Makis tema lo peor.

- Por qué quieres que sea tranquilo?- Por primera vez, Natalia fue la que tomó las mejillas de Makis.

- Quería despejarme y te quería cerca para poder hacerlo.- La morena sonrió, posando sus manos sobre los hombros, intentando mantener esa distancia y no dejarse llevar.- Voy a alejarme de esta zona, solo si quieres.-

- Ahora me das a elegir?-

- Quieres hablar?-

- De qué?- La castaña sonrió, mordiendo su labio inferior.

- De lo que pasa.- Makis parecía sorprendida de esa extraña valentía que parecía tener Natalia para hablar de lo que (quizás) sentía.- De nosotras o de simplemente estar aunque sea cuando quieres.-

- Quieres que nos ilusionemos y yo siga con mi novio como si nada?- La castaña negó.

- No creo que estés dispuesta a dejarlo.- Agachó su cabeza.- Y quizás, es la forma que me merezco para poder tenerte.-

- Quizás te mereces más, pero no te lo permites.- El barco se empezó a mover, mientras Makis solo agachaba su cabeza.

- Se me hace difícil todo y más contigo, es como si me costara hasta buscar la manera de estar juntas, como si tendría miedo a algo.- La morena tomó las mejillas de la castaña, dándole importancia a lo que verdaderamente quería, besandola suavemente, haciendo que se siente en su regazo, teniendo las manos de su jefa en su cintura, bajando lentamente a darle un apretón.

- A qué quieres llegar?- Susurró la morena mirándola fijamente.

- A lo que quieras y estés dispuesta a hacer.- La castaña sonrió cuando sus manos acariciaron con suavidad sus mejillas.

- Todo?- Asintió rápidamente.- Y si no quiero?-

- Me doy cuenta, sé que quieres, aunque sean unos minutos y quizás solo quieras sacarte las ganas.-

- No soy así de hija de puta.-

- Me acostumbré a eso, Makis.- La misma la abrazó, acariciando su cabello.

- No tengo algo seguro contigo como para dejarlo y aprender a quererte de verdad, como te mereces, porque todos nos merecemos que alguien nos quiera.- Natalia se hundió en el pecho de la morena, cayendo rendida en los brazos de una mujer que no sabía ni siquiera que debía hacer con un corazón tan destrozado.

- Nunca dormí con alguien.- Lanzó la castaña.- Nunca tuve una relación.- Se miraron fijamente.- Nunca actué por el impulso de simplemente hacer lo que verdaderamente quiero, hago lo que creo que está bien y ni siquiera tengo ganas de reírme, así todo mi mundo parezca ideal.-

- Tu mundo no es ideal.- Natalia alzó sus cejas.- Si fuera ideal ni siquiera me buscarías a mi, teniendo un mundo entero a tus pies y millones de mujeres más inteligentes y bellas que yo.-

- No.- Cortó la castaña dejando un beso en su mentón.- No elijo de quien me quiero enamorar, ni siquiera me fijaba en nadie y con solo ver tu felicidad de todos los días y yo opacandote se me hacia imposible, quiero devolverte esa felicidad esa que tenías desde el primer día de trabajo.-

- Es la idiotez de una persona que consigue su primer empleo.- Natalia negó.

- Sonreías hasta cuando te dejaba una pila enorme de formularios para llenar y nunca te quejaste por mi humor, todos se alejan de mi por mí humor.-

- Porque veo como tus ojos brillan si estás feliz o tu respiración cambia cuando estás enojada.- Las dos sonrieron.- No sé cómo hacer para que te rías, pero consigo algo aunque quizás termina siendo forzado.-

- Hace tiempo ni siquiera sonrío.- Makis tomó las mejillas de la castaña, mirándose fijamente.- Me enseñas? Yo quiero aprender aunque sea a ser detallista, a ser suave, a que no todo signifique sexo.-

- Aprendamos.-

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora