Capítulo 57- Desmayo

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》Narra Natalia《

Me giré cuando la canción empezó a sonar, intentando callar mi corazón a cada paso que ella daba hacia mi, estando más que perfecta con su vestido, siendo otra de las razones por la que estaba loca por ella.

- Eres una reina.- Besé el dorso de su mano, ayudándola a tenerla a mi lado, sintiendo como apretaba fuertemente mi mano, mientras la parte religiosa llegaba (y no, nunca fui demasiado creyente, pero su familia lo era y sé que ella quería seguir esa tradición.

Me aferre a su mano durante todo el discurso del sacerdote, dando el sí para que ella simplemente acaricie mis nudillos, pasando a la parte formal y que, al fin y al cabo, importaba más.

- Natalia Afanador Reyes.- Solte su mano.- Acepta por esposa a María Cristina De Angulo Botero y promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, para amarla y respetarla por el resto de sus vidas?- Liberé todo el aire contenido en mis pulmones.

- Sí, acepto.- Makis volvió a entrelazar nuestras manos.

- María Cristina De Angulo Botero.- Por favor, que diga que sí. Por favor, que diga que sí.

- Sí, acepto.- Besé el dorso de su mano, perdiendome el resto de la frase.

- Ahora, los votos.- Asentí buscando en mi bolsillo la caja con los anillos, entregándole el mío para tomar entre mis dedos el suyo, aferrandome al mismo.

- Siempre que se trata de ti se me ocurren millones de cosas para decirte al mismo tiempo y creo que lo principal es lo mucho que aprendí todo este tiempo contigo. Aprendí a amar y a sentirme amada; a respetar, a ser paciente sobre todo cuando solo quería tirar todo y correr a ti con tal de terminar antes de trabajar o esas noches de insomnio que disfruto tanto al verte dormir en mis brazos y saber que eres feliz conmigo, porque también aprendí a ser feliz y a entender que lo pequeño puede ser mucho y que te amo tanto como para estar segura de que seremos cada día más felices y aprenderemos juntas lo que haya que aprender.- Tomé su mano izquierda.- Y que una señora muy sabia, que también espera nietos de sus dos hijos mayores, me dijo que cuando el amor llega, te aferras a él sin importar lo que pase, porque sé que aunque me sienta mal conmigo misma, vas a estar ahí, para que apenas me veas y yo te vea todo se me olvide.-

Todo se frenó y solo pude recordar la última parte:

- Yo, prometo renunciar a toda clase de cosa que nos separe, prometo serte fiel y...-

- Emborracharse cada vez que sepa que hizo algo mal.-

- Gracias Olga.- Le devolví la sonrisa enorme.- Prometo cuidarte, cuidarlos y hasta el último día de mi vida tomar tu mano y ser feliz de todo lo que vayamos a lograr juntas, porque te prometo que no voy a dejar que nada ni nadie nos separe.-

- Ni siquiera el trabajo?- Makis rió, intentando hacer que no me enoje así ya quiera matar a todos.

- Y que te voy a amar hasta que escondas mi inhalador con tal de matarme.- Negó divertida.- Y que haré que no te falte nada, que seas la mujer más feliz del mundo.- Pasé el anillo.- Y que...-

- Basta, mujer.- Gritó Camila.- Basta de promesas.-

- Ella sí las cumple.- Rebatió Makis.

Tomo mi anillo, tomando mi mano temblorosa, acariciando con sus yemas el dorso de la misma, siendo maravilloso.

- Me acuerdo de llegar completamente empapada y que estés con tu linda cara de perro cerrando tu oficina y aunque me hayas repetido que ya era tarde, leíste mi currículum y tu cara cambió y yo no hacía más que mirarte desde lejos como una idiota enamorada de su jefa y cuando ese beso llegó, quise darte a entender que era lo único que quería para siempre, porque quiero despertarme con tus besos de buenos días e irme a dormir y que me llenes de besos, me encanta ver tu parte materna salir a la luz y enamorarme aún más al saber que no existe otra persona para mi, porque tampoco quiero saber si hay alguien más, estoy feliz de que seas tú, que nuestro amor dé sus frutos y no puedo ser más feliz, no puedo desear otra cosa más que tenerte por toda mi vida.- Empezó a pasar el anillo.- Prometo dejar todo por ti si hace falta, estar en todos los momentos, buenos y malos, sosteniendo tu mano y nadando contracorriente si hace falta, con tal de llegar a eso que tanto quieres, porque quiero verte cumplir todos tus sueños y que seas feliz, muy feliz.- Terminó de pasar el anillo.- Te amamos.- La alcé levemente, besandola sin que lo hayan permitido, dejando repetidos picos, apoyando mi mano en su vientre, sintiendo como ella simplemente secaba mis lágrimas.

- Si nadie se opone a la unión, las declaro unidas en matrimonio.- La volví a besar.

- Para.- Susurró dejando sus manos en mis hombros.

- Pueden seguir besándose.-

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora