Capítulo 3- Alejarla

345 18 4
                                    

Federico sonrió recomponiendose, mientras Makis intentaba cubrir su desnudez, dejando su cabeza en el pecho lleno de pelos del muchacho, acariciando su antebrazo, mientras él dejaba su mano en el pecho de la morena, masajeando como un adolescente hormonado al ver por primera vez unos pechos.

- Me encantó.- La morena sonrió, besandolo suavemente.

Natalia por otro lado ya había roto el tercer juguete con forma de vagina en una semana, en un intento de superar los besos y los rechazos de Makis, siendo demasiado confuso para ambas como en algunos momentos la pelinegra se dejaba llevar y en otros solo corría su rostro o la alejaba con una extraña sutileza.

María Cristina De Angulo
(En línea)

Quiero verte.

Makis solo sonrió, mientras observaba a su novio dormir, poniéndose de pie para alejarse de él, recostandose en el sofá, dispuesta a contestar...

Natalia Afanador
(En línea)

Este mensaje fue eliminado.

Llegando tarde, porque la castaña se había arrepentido.

- Como si actuar como una estupida y darle besos hará que me quiera.- Susurró la castaña aferrándose a su almohada, haciendo hasta lo imposible por dormirse.

Natalia Afanador
(En línea)

Puede hablar mañana?

Si tiene cinco minutos para darme.

Si.

Durante la mañana no tengo reuniones, puedes venir en cualquier momento.

Las dos estaban igual de frustradas, Makis por no alcanzar el orgasmo y simplemente sentirse mal con Natalia por acostarse con su propio novio y la empresaria por creer que su "empleada estrella" iba a renunciar.

- Buenos días.- Makis se quedó en silencio, entrando juntas en el despacho, sin esperar que las dos actúen por el mismo impulso y simplemente se besen, con esa desesperación por quedarse sin tiempo, mientras la castaña alzaba a la morena, sentandola en su escritorio, perdiéndose en su cuello.- Quieres hablar?-

Makis tomó con suavidad las mejillas de la castaña, sonriendo levemente, mientras ella parecía desesperada.

- No vine a hablar.- Se volvieron a besar, haciendo que Natalia simplemente quite la blusa de Makis, dejando su brasier a un lado para simplemente sostener uno de sus pechos, antes de abrazarla, cambiando completamente el aura que las envolvía.

Makis pasó sus manos por el cinturón de la castaña, dejándolo a un lado, mientras seguía por su corbata, consiguiendo que Natalia sonría, dejando su camisa a un lado.

El resto de la ropa desapareció hasta llegar al sofá, haciendo que la morena se sorprenda al ver el miembro erecto de su jefa, tomando su nuca para volver a besarla.

- No pensabas decirlo?- Natalia negó.

- Debía decirlo?- Makis volvió a mirarlo, sintiendo como la empresaria tomaba su mentón, volviendo a conectar sus miradas.- Mírame, por favor, mírame, tocame, hazme lo que quieras.-

- No sé qué tengo que hacer.- Susurró la pelinegra, mientras la castaña abría un preservativo, posicionándose entre sus piernas.

- Lo que creas correcto, lo que sea, estoy desesperada.- La morena sonrió, enredando sus piernas en las caderas de la castaña, clavando sus uñas en la formada espalda cuando se adentró en ella.

- Despacio.- Susurró la pelinegra, acariciando suavemente las mejillas sonrojadas de la castaña que tenía sus labios entre abiertos.

- Llevo esperando esto hace tiempo y me dices que vaya despacio?- Las dos sonrieron, gimiendo al mismo tiempo cuando la castaña se volvió a entrar en la pequeña y húmeda vagina de la morena, temiendo por lastimarla por simplemente buscar satisfacer sus deseos.

El cuerpo de Makis aceptó a Natalia y solo hizo que las dos terminen por disfrutar llegar juntas al orgasmo, haciendo que se queden en una misma posición, sin ni siquiera alejarse un centímetro.

- No seas un hielo.- Susurró la pelinegra cuando la castaña quitó su mano de su mejilla.- Solo quieres un acostón.-

- No sé lo que quiero, pero sé que no puedo estar lejos tuyo por mucho tiempo y cuando te tengo cerca me comporto como una idiota.- Jadeo Natalia cayendo a su lado, pasando su brazo por encima de su pequeño cuerpo para abrazar a Makis.

- Quieres que te toque, que este cerca tuyo pero al mismo tiempo me rechazas por miedo a que yo lo haga o que me burle de ti por pedirlo.- Natalia simplemente suspiró, tragando en seco cuando Makis pasó la yema de sus dedos por su brazo.

- No estoy acostumbrada a que me toquen, lo único que recibo es un beso en la mejilla, una palmada en la espalda y cuando me presentan a alguien nuevo y tengo que tomar su mano.- El corazón de Makis se contrajo notoriamente al pensar en esa falta de cariño.- Y no quiero pagar por alguien así sea para tener sexo o lo que sea, porque sé que apenas acabe tengo que irme y en ese caso solo es un acoston.- Susurró mirándola fijamente.- Y odio hablar de mi, odio todo lo que significan mis sentimientos o mi mal humor cuando quizás estoy feliz.-

- No tienes en quien confiar, o esas personas están lejos.- Natalia asintió, buscando la nuca de la morena, volviendo a besarla, haciendo que la menor sonría, consiguiendo alejar a la castaña, evidenciando su ceño fruncido.

La empresaria se puso de pie, empezando a vestirse, haciendo que su secretaria se acerque por detrás, corriendo sus manos cuando buscó abrazarla.

- Ve a trabajar.- Makis tomó sus mejillas para simplemente darle lentas caricias, teniendo a sus pies a la jefa.

- De verdad quieres que me vaya?- La castaña tragó en seco, manteniendo sus ojos cerrados.

- Hay trabajo que hacer.- Las manos de la castaña se posaron en la cintura de la pelinegra.- Hay...-

- Rata, ya tengo el contrato para... mierda.-

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora