Capítulo 12- Compañía

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》Narra Makis《

Estaba aterrada.

En qué momento acepté venir aquí?

Odio los aviones.

Y encima Natalia ya parecía dormida.

Cómo carajos lo hace?

Me aferre a mi almohada, cerrando mis ojos cuando la turbulencia empezó, buscando su mano para simplemente sentir sus brazos rodearme, intentando hacer menos el idiota, pero simplemente tuve que abrazarla aún más fuerte.

- Tranquila.- Besó mi frente.- Solo es un vuelo.-

- Es un puto avión.- Me solté cuando el ruido pareció desaparecer, notando su sonrisa.- Estupida.-

- Los aviones solo vuelan y yo tengo la culpa?-

- Te estás burlando de mí.- Negó mirándome fijamente.

- Me da ternura.- Golpee su hombro.- Y me encantaría que me pidas que te abrace, no quiero despertarme y verte toda asustada.-

- Basta.- Abrí la ventana, poniéndome mis audífonos para evitar escucharla o verla burlarse, sintiendo como tiraba mi cabello hacia atrás, dejando suaves besos en mi cuello, quitandola rápidamente, notando como su mano se posaba en mi vientre.

- Y si hablamos de tu borrachera un simple lunes?- Me giré para simplemente ver su sonrisa, cerrando mis ojos.- Puedo hacerte un hijo aquí.-

- No quiero.- Volví a ponerme mi audífono, logrando dormirme así sean unas horas, para encontrarla en los asientos de al lado, escribiendo algo en su computadora.

- Buenas noches.- Tragué en seco.- Ya vamos a descender.- Tan rápido?

- Qué haces?- Cerró la pantalla de su computadora, notando como simplemente agachó su cabeza.

- Números.- Frunci mi ceño.- Estoy terminando los presupuestos para las reuniones, así también podemos tener tiempo para nosotras.-

- No aguantaste.-

- Si lo hice, dormí unas horas, pero quería terminar con esto.-

- Sobre lo que pasó el lunes...- Sonrió acariciando suavemente mi mejilla.

- No fue nada.- Besó mi frente.- A lo menos que te arrepientas de algo que hayas dicho.-

- Solo faltó que te diga el número de mi cuenta bancaria.- Sonrió acariciando mi mejilla suavemente.

- Ese ya lo sé.- Alcé mis cejas.- De alguna forma te tengo que pagar.- Sonreí levemente.

- Entonces falta que sepas quién me gusta.-

- Eso ya lo sé.- Dijo altanera, acariciando su mejilla.- Y soy una idiota porque no me gusta que gustes de mi por ser tan seria.-

- Tu personalidad es extraña, pero me gusta.- La besé suavemente, sintiendo como ella no se alejaba, simplemente buscaba otro.

Hasta que la turbulencia volvió a empezar.

- Creo que nada de ti se me hace feo o no me gusta.- La miré fijamente, sintiendo como sus manos tomaban mis mejillas suavemente.- Y que entres en confianza, que te rías conmigo y que aguantes todos esos cambios de humor que tengo, para mi ya es suficiente.- Nuestras frentes se conectaron.- Y todo esto es nuevo para mi y tengo miedo de hacer algo que haga que te alejes de mí.-

- Que seas autoritaria y saber cuando estás feliz y cuando estás triste me encanta.- Me besó suavemente.- Y me confundes cuando eres tierna y buscas besos o que te abrace.- Sonrió levemente.

- Te confundo bien? O mal?-

- Creo que para bien.- Otro beso y ya habíamos aterrizado, sintiendo como ella simplemente tomaba mi mano mientras bajabamos, intentando recordar cada detalle de Milán, soltando su mano cuando llegamos, pero ella no perdía el tiempo y simplemente dejó su mano en mi cintura, haciendo que recuerde que parecía una loca por querer ver más.

- Suite?-

- A mi no me pasará nada si vamos hasta al hotel más pobre, pero eres tan niña mimada que supongo que vas a querer ir al cuarto más cómodo.- Alzó sus cejas sin esperar que ella me levante y solo pueda ver su repingado trasero mientras caminaba.

- Matteo, lleva las cosas a la habitación más tarde.- El guardaespaldas asintió, mientras veía como simplemente entrábamos en el ascensor.- Que lindo trasero.- Me dio una nalgada, buscando la manera de darle una patada, sin éxito alguno.

- A dónde vamos?-

- Ahora sí te preocupa?- Una puerta se abrió, hasta que caí en el centro de una cama.

- Mimada.- El cuarto era completamente lujoso, podía jurar que estábamos en el último piso.

Me giró para simplemente quitar mi ropa, tomando mis caderas para levantarme, chocando con su pelvis.

- Te gusta desafiarme?- Sonreí levemente.- Tratarme como se te plazca no es una opción.- Me dio una nalgada.- Y para que aprendas a comportarte, tendrás un castigo.- Mordí mi labio inferior, sintiendo como ella simplemente me nalgueba, pero en ningún momento me dolió, simplemente levantaba mi trasero aún más, como una completa idiota para que me siga azotando.

- Creo que me portare mal más seguido.- Sonrió entrelazando nuestras manos cuando dejé mi mano en su pecho.

- Dolió?- Negué rápidamente.- Si te duele dímelo, no lo volveré a hacer.- Acaricie el dorso de su mano, sintiendo como ella simplemente suspiraba.

- Estas incómoda?- Negó cambiando las posiciones para simplemente dejar su cabeza en mi pecho.

- Iré a buscar algo para beber.- Alcé mis cejas.- Quiero salir a despejarme.-

- Quieres que te acompañe?- Formó una mueca.

- Si.- Sonreí levemente, vistiendome rápidamente.- Pero no hables, solo abrázame mientras caminamos.-

- Y besos?-

- Yo te los doy.- Sonreí levemente, sintiendo sus brazos rodearme, mientras caminábamos.- Gracias.- Las dos frenamos al mismo tiempo.- Ni siquiera yo me entiendo cuando pasa esto y sigues sonriendo como si nada.- La besé suavemente, tomando sus mejillas, así se haya tensado, hasta que tomó mi cintura, pegando nuestros cuerpos.

Ni siquiera yo sabía cómo podía aguantar ese extraño comportamiento suyo, pero de igual manera me gustaba.

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora