Capítulo 35- Sufrir

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Makis vio perfectamente como la puerta se cerraba, como Marco lloraba y como ella se queda ahí, sin saber qué carajos hacer, acomodando todo nuevamente.

- Gracias por venir, aunque no haya salido bien.-

- Ve a buscarla.- Susurró mirándola fijamente.- Y sin decir nada, quédate ahí, que ella sepa que estás, que ella no se sienta sola y que sepa que yo me morí hace años, como ella misma lo dijo, que no existo.- La castaña estaba corriendo por las calles de Nueva York, sin destino alguno.- Ella tiene que saber que puede confiar en alguien y que no espero que me perdone, porque tiene razón, no me merezco nada, pero ella se merece todo, las dos se lo merecen.- La castaña se metió en un bar lejos de todo lo que podría hacer que la conozcan, pidiendo lo más fuerte que había para que, sin pagar, el barman lo reciba en su cara al quinto, y ella simplemente pida otro, ganándose que rápidamente se la lleven a un callejón.

Makis llegó a su casa, sabiendo que un guardia había seguido a Natalia, quien estaba intentando encontrar fuerzas para ponerse de pie, notando como entre dos terminaban por dejarla en la vereda, haciendo que Sergio se la lleve rápidamente.

- Puta madre.- Jadeo escupiendo sangre.

- Deje dos hamburguesas por si tiene hambre.- Julia asintió rápidamente.- Y café, mucho café.- La puerta se abrió, haciendo que la castaña dé solo dos pasos antes de caerse, comenzando a reír.

- Debería pagarles a esos idiotas por su buen trabajo.- Makis la miraba desde lejos.- Y ahora qué? Me dirás que estás embarazada y me vas a dejar por otro idiota?- Se ganó una cachetada.- Otra.-

- Ven aquí.- Apretó fuertemente su miembro, haciendo que la castaña caiga lentamente.- Ahí te gusta más?-

- Sí, Makis.- La misma la soltó rápidamente, buscando la manera de subir juntas hasta el cuarto de la empresaria, sentandola en el piso nuevamente.- Vete.-

- No me iré a ningún lugar, terca.-

- Me lastimaste mucho.- Susurró la castaña, hasta que vio el...- No, alcohol no.- Estiró la "o".

- Silencio.- Cortó Makis, siendo demasiado cuidadosa mientras pasaba lentamente un paño húmedo para escuchar las quejas de Natalia mientras curaba sus heridas.- Te lastimaron mucho?-

- Tengo todos mis dientes, mi tabique está bien y no golpearon mis costillas.-

- Entonces no diste pelea.- La castaña negó.- Idiota.-

- Cómo me dijiste?-

- Hermosa.- Besó su nariz, pasando hielo antes de abrir el grifo para llenar la bañera.- Por qué dijiste que estaba embarazada?-

- No lo estás?- La morena negó.- Mejor, porque estoy enojada contigo y...-

- Qué pasaría si lo estoy?-

- Lo estás?-

- Concéntrate.- Susurró la pelinegra.- Qué pasaría si estoy embarazada?-

- Me las corto, aunque me dolería mucho, mejor no.- Makis se aguantó la risa.- Me casaría contigo, aunque mis planes no sean esos aún.- Se metió en la bañera después de que su novia le quitara la ropa llena de sangre.- Y me haría cargo, les daría lo que necesitan y aunque al principio me sienta mal, solo necesitaría aceptarlo.- Su secretaria asintió.- De verdad no estas embarazada?-

- No, no lo estoy.- Natalia sonrió, mientras Makis pasaba una esponja con jabón por su cuerpo, como si su madre la estuviera bañando para después volver a usar su pañal.- Y tu padre?-

- No lo quiero ver.-

- Perdón por traerlo, creí que te merecías saber la verdad.-

- No tienes la culpa, hiciste lo que creíste correcto.- Susurró la castaña mojando su rostro para simplemente salir a secarse.- Y estoy enojada, pero no tanto, sé que si lo haces es para verme bien y hacerme sentir mejor, pero no lo quiero volver a ver.-

- Entiendo.- Cayó pesadamente sobre su cama, esperando a ser vestida.- Perdón por no preguntar.-

- Perdón por no dejar que me golpees tú.- Las dos rieron, abrazándose para bajar lentamente, haciendo que Natalia corra a comer una de las hamburguesas, esperando pacientemente a que su novia haga lo mismo, pero solo la veía comer.- Por qué no comes?-

- Ya lo hice.- Susurró la pelinegra.- Y tengo que ir a trabajar.-

- No.- Tomó su mano.- Quédate a dormir conmigo.- Susurró mirándola fijamente.- Yo te dejo tomarte el resto del día, aunque solo falten tres horas.- Makis asintió lentamente.- Gracias.- Tomó su mano fuertemente.- Podemos dormir abrazadas?- Volvió a asentir.- Vamos?-

Subieron rápidamente, notando como la castaña cerraba sus ojos rápidamente, liberando todo el aire contenido, aferrándose a su novia.

- Makis.-

- Qué pasa?-

- Te casarías conmigo?- Volvió a abrir sus ojos.- Casate conmigo, por favor.-

- Creo que necesitas dormirte o quizás te golpearon mucho.-

- Sí, quizás.- Las dos rieron.- Pero sigo queriendo casarme contigo, te quieres casar conmigo? Si me dices que sí, te perdono.-

- Entonces, a dormir y me perdonas luego.- La castaña asintió.- Marco me dejó algo para ti.-

- No quiero nada de... Copitoo.- La castaña se aferró a su viejo conejo de peluche, al que le faltaba un ojo y el otro era un simple botón.- Te amo, gracias.- Susurró besando a la morena rápidamente, antes de dormir abrazada a su viejo compañero de llanto y de felicidad.

Pero... cómo tenía Marco el conejo favorito de Natalia cuando ella lo había perdido unas semanas antes de que su madre muriera?

Por qué ella le había mentido?

Pero sobre todo... Natalia seguía queriendo preguntarle a Makis si estaba embarazada y si se quería casar con ella, pero eso es algo que solo la morena podía responder...

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora