Epílogo.

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Y para siempre...

Hacia quince días Natalia estaba en coma, para Makis una eternidad y para la misma castaña, la espera de que su hora llegue.

Pero no, por alguna razón no llegaba.

- Mi amor, tienes que despertar.- Makis no soltaba su mano por nada.- Vamos a tener un varón y para eso tienes que despertar, para jugar con él y que te contradiga, no? Nati, por favor despierta.-

- Me encantaría, pero no entiendo porqué aún no me fui.-

- Anoche me acordé cuando te animate a pedirme un abrazo.- Makis sonrió, al mismo tiempo que secaba sus lágrimas.- Llegue antes que ti, no había nadie y tenía preparado un café, me dijiste que preferías tu feo café, pero tus cejitas se levantaban y se movían de una forma que te volvía tierna, aunque quieras ser seria.- Besó su alianza.- Para mi, los besos que me diste fueron como un sueño hecho realidad, saber que eras tú la que estaba confundida y tenía miedo de aceptarlo, cada noche de sexo interminable que más de una vez dudé si irme cuando no daba más y ahí me abrazabas, dormíamos juntas y no existe una sensación que reemplace ese placer, descansar en tus brazos y ser feliz a tu lado.-

María José ni siquiera se atrevió a entrar al ver por el vidrio los ojos de Natalia abiertos y Makis con su cabeza agachada, llorando desconsoladamente.

- Me importa muy poco lo que pueda decir el resto, para mi siempre serás una princesa más, una reina.- Secó sus lágrimas, aún sin mirar a los ojos a Natalia, quien batallaba por mantenerse despierta.- Eres mi persona favorita y así tuvieras una vagina, te seguiría amando, aunque quieras ser hombre o si quieres seguir siendo tú, yo estaré más que encantada y feliz de disfrutar de tenerte como celebro cada día que sigues aquí.-

Las palabras fueron olvidadas cuando sintió como algo hacía presión en su mano.

Algo no, alguien la estaba precionando.

- Mi amor.- Jadeo Makis, tirándose sobre ella.- Estas despierta.-

- Despacito, el bebé.- Articuló la castaña.- Te amo.-

- No, Natalia, despierta.- Otra vez el mismo estado o quizás peor.- Natalia, no.-

》Narra Makis《

- De verdad mamá era tan mala?- Sonreí por inercia, terminando de cocinar los huevos revueltos de cada mañana.

- No era mala, tu madre no es mala.- Él sonrió.- Era burra, ya sabes.-

- Y la transformaste con tu amor.-

- Y dejé de darle de ese café caro y a ti te encanta tanto como a ella el cacao.- Acomodé su uniforme.

- Puedo ir a su cuarto?- Asentí besando su frente, notando como corría escaleras arriba hasta abrir la puerta de mi habitación, subiendo lentamente por las escaleras al tener que cuidarme por mi segundo embarazo.

- Buenos días, campeón.- Emilio ya estaba riéndose.- Y mi desayuno?-

- Tienes que bajar para también salir de la cama.- Fijó su mirada en mi y me sonrió como lo hacía cada mañana al despertar.

- Hoy es sábado.- Se volvió a tirar.- Qué te parece si hacemos que hoy es sábado?- Intentó buscar apoyo en nuestro hijo, pero él siempre iba a estar de mi lado con tal de contradecirle a ella.

- No.- Se puso de pie y peinó su cabello con sus manos.- Hoy hay que volver al colegio y no estas de vacaciones.- Ni siquiera un puchero causaba efectos en alguien tan parecido (físicamente) a ella.- Arriba, o le diré a la abuela que mamá hace todo sola para que venga a cuidarla.-

- Ya estoy arriba.- Buscó uno de sus trajes.- No sé que esperas para irte al colegio, enano malcriado.-

- Hey.- Dijimos los dos al tiempo.- Más respeto.- Rodó sus ojos, enseñando su trasero al meterse en el baño.- Dile a Simón que te acompañe hasta la puerta, sí?- Él asintió, recibiendo un beso en su frente antes de correr al colegio, apoyando mi mano sobre mi vientre cuando la futura niña pateó, levantando mis piernas para hacer mis ejercicios.

- Quien lo diría, después de ocho años te volvería a ver así.- Sonreí levemente, recibiendo un beso inesperado.- Y habrá otro, porque me volvió a gustar eso de verte embarazada y darte de todo.-

- Natalia.- Dejó de hacer lo que hacia en el clóset para acercarse a mí lado.- No vayas a trabajar hoy, creo que ya viene.-

- Es una excusa para hacer el amor? Porque solo tienes que decirlo y esta bestia...-

- Yo tengo una bestia en mi vientre y no deja de patear mi costilla.- Me quejé notando su mirada pérdida al regañarla, igual que Emilio.- Y tú en lugar de eso quieres meter tu cosita en mi.-

- Cosota.- Otra vez.- Puedo hablar con Helena?-

- No se llamará así.- Susurre notando su puchero.- Le dirán que por su culpa pasó lo que pasó en troya.-

- Oh, por favor.- Se quejó como una niña pequeña.- Si no es ella, te dejaré embarazada cuantas veces sea necesario para tener otra niña y llamarla Helena.- Suspire completamente resignada cuando no se quedó quieta la niña en mi vientre.

- Bien, prepara el bolso.- Justo cuando rompí bolsa.- Señora Afanador, hoy beberá mucho café porque nos esperan largas horas de trabajo.-

N/A:

Primero, gracias por leerme <3, creo que escribir se vuelve mi mejor pasatiempo para desconectarme un poco de la realidad.

Y segundo, la historia de troya tiene un "trasfondo" y es que no se me ocurría ningún nombre y terminé por elegir a mi hermano y su novia, quien nos había contado que un profesor siempre la "regañaba" por el desastre que había causado (Sepan disculpar, pero lo quería contar🤦🏻‍♀).

Y tercero, quería saber si les parece que publique una nueva historia Makia (u Olkis) y planear alguna Jumila aunque tenga que retomar lo que tengo en borradores🙃

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora