Capítulo 36- Correr

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》Narra Makis《

Sentí como repartió besos por todo mi rostro, abriendo mis ojos a duras penas, encontrándome con el desayuno listo a mi lado, mientras ella me besaba.

- Buenos días.- Y ahí estaba, ilusionada con la idea de que habláramos sobre lo que anoche me había dicho.

- Buenos días.- Intentó sonreírme, pero sabía que le dolía.- Pedí una crema para que cicatrice más rápido, crees que llegue linda al fin de semana?-

- Lo dudo.- Susurre formando una mueca.- Pero puedes maquillarte aunque sea para tapar eso.- Asintió suavemente, tomando una de las tazas que me entregaba.- Descansaste?-

- Qué tanto dije anoche?- Alcé mis cejas.- Sé que te pedí perdón y aunque sigo molesta, sé que no puedo estar lejos tuyo por mucho tiempo.- La besé una vez más.- Pero ahora, te tienes que esforzar por darme una cena maravillosa y que yo te perdone.-

- Dijiste que me perdonarías de otra forma.-

- Lo dije?- Auch.- Y de qué forma?- Sonrió mirándome fijamente.

- Te odio.- Me abrazó fuertemente, escuchándola reírse.

- Estas embarazada?-

- No, no lo estoy.- Dejé besos por todos sus cortes.- Estas fea ahora.-

- No me quieres?- Negué divertida.- Me iré a buscar otra y pedirle que se case conmigo.- Se metió en el baño, antes de que pueda decirle algo o que ella siga ilusionandome, buscando mi ropa para chocarnos cuando salió, sintiendo como tomaba mi cintura y me besaba con una suavidad extrema, dejando mis manos en sus mejillas, chocando con una de las paredes.

Bajé a dejar besos suaves por su cuello, sintiendo como ella quitaba la toalla que cubría su desnudez, alzandome para recostarme en el centro de la cama, quitando mi camiseta para llevar uno de mis pechos a su boca, buscando la manera de volver a besarla.

- Duele.- Susurró cuando acaricie sus mejillas.

- Yo no te mandé a que te hicieran esto, solita te lo buscaste.- Me penetró para lanzar todo su aliento a menta en mi rostro, besandola una vez más, apretando más de la cuenta su labio inferior cuando sus dedos acariciaron mi clitoris, clavando mis uñas en su espalda.

- Quiero que dejes de usar el anticonceptivo.- Susurró regulando su respiración.

- Qué?-

- Lo que escuchaste.- Me miró fijamente.- Yo usaré preservativos y quiero que dejes los anticonceptivos.- Acarició suavemente mi mejilla, sintiendo como simplemente se alejaba.- No aún, cuando estés lista y yo también tengo que estarlo, pero no me molesta usar un condón.- La besé suavemente, haciendo que ella sonría.

- Estoy por terminar mi caja.- Asintió suavemente.- Y si cuando estés lista...-

- Tendré que cambiar pañales?- Parecía preocupada.- Es... no me gusta, quiero que sigas usando tus anticonceptivos.- La besé una vez más, antes de correr al baño, notando como me miraba desde la puerta cuando me maquille, recibiendo su gel, pasando rápidamente junto con unas gasas para que no llame tanto la atención estando en una reunión.

- Vamos a llegar tarde.- Quité sus manos cuando las dejó en mis pechos, pidiendo el ascensor rápidamente, mientras ella subía con una sonrisa que escondía detrás la malicia pura. Lo sabía, era obvio que iba a pasar.

Busqué mi auto, mientras ella se subía en un Ferrari Roma, estando detrás mío durante todo el trayecto hasta la empresa.

Y si no fuera porque mi lugar para parquear estaba al lado, me hubiera escapado de ella fácilmente.

Busqué dos cafés, mientras ella subía el ascensor, siendo la mejor idea para que al subir, esté concentrada en sus cosas, notando como simplemente quitaba sus gafas cuando le dejé uno de los cafés.

- Quiero que pases la reunión de las cinco para mañana, me tengo que ir antes.- Asentí suavemente.- Y dígale a mi novia que a las seis la buscaré para ir a elegir nuestros atuendos.-

- Dice su suegra que asistirá con sus dos hijos y agregue un lugar más para la novia de Santiago.-

- Perfecto.- Buscó su teléfono rápidamente.

- Y que su novia la espera ver más sexy que nunca.-

- Eso ni siquiera debe dudarlo.- Las dos reímos y simplemente salí justo cuando las puertas se abrían, dejando ver a un muchacho lo suficientemente joven.

- Buenos días.- Quitó sus gafas de sol.- Soy Drew Houston, tengo reunión con la señorita Afanador en quince minutos.- Asentí rápidamente.

- Le avisaré a la señora que llegó y lo acompañaré a la sala de reuniones.- Sonrió y simplemente busqué el teléfono, sin esperar que...

- Si te toca un pelo, lo mato.-

- El señor lo esperará en la sala, señora.- Corté para intentar entender si eran celos o si él no era del todo bueno como parecía mostrarse.

- Y usted trabaja hace mucho tiempo aquí?-

- Hace seis meses.- Susurre devolviendole la sonrisa, así sea forzada.

- Y hará algo más tarde?-

- Si.- Él alzó sus cejas y solo pude esperar que por arte de magia el ascensor sea más rápido.

- Tiene pareja?-

- No sé qué clase de negocio está por hacer aquí, pero lo está por perder si intenta algo que sea políticamente incorrecto.-

Pareció entender, porque se sentó en su puesto y cuando intenté llamar nuevamente la ascensor, ella apareció, dejando un suave beso en sus labios antes de bajar, sin dejar de pensar como desaparecieron las ganas de gritarle cuando me preguntó si quería casarme con ella y esa ternura con la que me miraba.

Me encantaba estar enamorada, así ella sea una montaña rusa de emociones, soy capaz de sostener su mano y que pueda entender lo que le pasaba.

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora