Capítulo 32- Inocencia

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》Narra Natalia《

Empezó a llover, girandome para ver por la ventana lo hermoso que podía ser, sin esperar que la puerta se abra.

- Señorita Afanador.- Estaba completamente empapada.- Fui a por una malteada y le traje una a usted.- Alcé mis cejas.- Frutos rojos y solo un poco de caramelo sobre la crema.- Lo dejó frente a mí.- Gusta de un croissant?-

- Vaya atención.- Sonrió dejando todo frente a mí.- Pero no comeré eso sola, necesito una acompañante.-

- Puedo llamar a la señorita Esguerra, la señorita Vives está en una reunión.-

- Quizás debería llamar a mi novia, que no creo que se niegue a compartir eso conmigo.- Tomé su cintura, besandola suavemente, antes de llevar todo a la pequeña mesa frente al sofá, mientras ella dejaba su abrigo a un lado, notando como su blusa mojada marcaba perfectamente su brasier con puntilla.

- Su novia se niega a venir con esta lluvia.- Se sentó a mi lado.- Y en su lugar, estoy yo.-

- Y otra vez te apoyaré sobre el escritorio y te tendré que coger?- Negó dándole un trago a su malteada de chocolate, haciendo lo mismo.

- Hoy tengo que volver temprano a mi departamento.- Alcé mis cejas.- Juli consiguió un departamento y quiere que la ayude a hacer compras por internet.- Sonreí junto a ella.- Podrías traer a Camila y algo de comida.-

- Y si echamos a Juliana y me atas a tu cama?- Negó riendo.

- Hay cosas importantes para hacer.-

- Y lo mío no es importante?- Volvió a negar, riendo junto a ella.- Le diré a Cami si me quiere acompañar.- Acarició suavemente mi mejilla, acercandome a besarla, sintiendo como tomaba mis mejillas.

- Cami te dijo algo sobre lo que pasa con Juli?- Lancé un pesado suspiro.

- No quiero hablar de ellas ahora.- Tiré de su labio inferior, alejándonos solo porque la puerta sonó, controlando que su labial no se haya corrido, abriendo rápidamente.

- Señorita Afanador, llegó esto desde California.- Asentí suavemente, cerrando la puerta para abrir con cuidado el sobre.

- Qué es?-

- Hace unos años mis padres me recomendaron buscar dónde murió Marco.-

- Y dónde está?-

- Dice que lo encontraron viviendo en Los Ángeles.- Abrió sus ojos.- Pero él...-

- Cómo te enteraste que él había muerto?-

- No lo sé, yo estaba en mi cuarto y ella contestó y después me miraba con culpa, pero me dijo que lo habían matado.- Susurre rascando mi nuca.- Mi madre mentía, pero no creo que con algo así.-

- Y si pruebas de visitarlo?-

- Si fuera por mi, que se pudra.- Tiré el sobre en el cesto de basura.- Ellos están muertos para mi, mis padres son María José y Daniel.- Se acercó rápidamente, alejandola cuando buscó abrazarme, antes de hacerlo por ella, aferrandome fuertemente.

- Lo tienes que perdonar.-

- Cómo esperas que perdone a alguien así? Si vendría aquí, golpearía mi puerta y me pediría perdón lo mataría a golpes.- Agachó su cabeza.- Yo no soy su hija y él está muerto.- Salí de la oficina, metiéndome en el baño para mojar mi rostro, dándole un golpe a la puerta, sin llegar a romper el vidrio.

Volví para encontrarla en su escritorio, acercandome para arrodillarme a su lado, sintiendo como acariciaba mi cabello suavemente.

- Perdón.- Me aferre a ella.- No me cayó bien la noticia y no es tu culpa que él sea así.-

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora