Capítulo 53- Sagrado

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》Narra Makis《

Dejó un beso en mi vientre, entregándome mi desayuno, mientras ella se sentaba a mi lado.

- Tienes que pedir más café.-

- Eres la única idiota que bebe ese estupido café.- Formó un puchero.

- Pero me gusta.-

- A mi no.- Sonreí sobre sus labios.

- Puedes comprar tu favorito y junto pides el mío.-

- Mitad y mitad?- Asintió suavemente, besandola suavemente.- Nos vemos en tu despacho?-

- Si.- Formó un puchero.- Iré a elegir lo que falta para estar perfecta para ti.- La besé suavemente.

- Saluda a Daniel de mi parte.-

- Irá Marco también.- Frene en seco, girandome completamente sorprendida.- Hago mi mejor intento.- La besé una vez más.

- Espero no hacer que cometas un error al intentar darle un espacio.- Acaricie su mejilla suavemente.- Te amo.- Tomé prestado su Lamborghini, intentando ser rápida para que no me lo niegue, siendo completamente cómodo a la hora de conducirlo, tomando atajos para llegar antes a una zona demasiado transitada en Nueva York, donde su edificio estaba.

- Señorita De Angulo.- Despegue mi vista del teléfono.- Hay dos mujeres esperándola en la sala de reuniones.- Asentí suavemente, subiendo para encontrar a las encargadas de los arreglos florales, sabiendo que venían solo por mi ramo.

- Algo grande o...-

- Sencillo.-

- En Europa se está usando mucho las flores blancas con un toque de verde o algún color que resaltaría lo suficiente como para...-

- Algo sencillo.- Repetí sonriendo levemente, negandome a las ideas que seguro tenían más de veinte flores juntas.- Que pueda llevarlo en mis manos y que no sea pesado ni se desarme rápido.-

- Blanco?- Asentí rápidamente.

- Puede tener un toque de rosado o algún celeste.- Mi teléfono vibró.- Disculpen.

Llamada entrante: Natalia😈

- Señora Afanador, cómo me va a dejar caminando?-

- Estoy ocupada.- Sonreí por inercia.

- Tanto como para no tener cinco minutos para hablar con su futura esposa?-

- Quizás.-

- Quería saber si hablaste con la jueza.-

- Dijiste que lo hacías tú.-

- Cierto.- Una pequeña risilla se me escapó.- Qué estás haciendo para estar ocupada?-

- Tus guardias no te lo pueden decir?- Escuché un suspiro del otro lado.- No te olvides de lo más importante, que quiero tener tus millones y que tus propiedades sean mías.- La escuché reírse.- Te amo, rata.-

- Oye!- Corté antes de que me diga algo, terminando con las viejas locas para subir hasta mi pequeña oficina, quitando mis tacones para dejarme caer, posando mi mano sobre mi vientre.

- Sergio, tráeme por favor chocolate con almendras y papas fritas.- Odiaba tener esa clase de antojos, pero me sentía demasiado satisfecha mientras lo comía, notando como llegaba con su camisa arremangada y tres botones abiertos, dejando sus gafas a un lado.

- Hola hermosa.- Me guiño su ojo.- Me das tu número?-

- Quieres?- Le entregué un pedazo de chocolate, notando su confusión mientras lo tomaba.- No doy más.-

- Sueño?- Asentí suavemente.- Quieres descansar? Yo iré a las reuniones.- Negué rápidamente, sintiendo como me alzaba sin problema alguno.- Te despierto si necesito algo.- Besó mi frente, notando como tomaba el blazer que había colgado en su perchero, acomodandolo antes de salir, sintiéndome completamente agotada, como si hubiera hecho mucho durante todo el día.

Llegó con una caja, despertandome al abrirla, notando como sacaba una botella de whisky, como si fuera sagrada.

- Bella durmiente.- Sonreí levemente.- Vamos a casa?-

- Es temprano.- Miré mi reloj.

- Ya no hay más reuniones y quiero cocinar contigo.- Alcé mis cejas, tomando la botella para sentir sus brazos rodearme, besando mi cuello repetidas veces.

"Edición limitada".

- Regalo?-

- Lo compré para nuestra boda.- Sonreí levemente.- En realidad, compré tres, quiero que tengamos uno en casa para cuando puedas volver a beber, lo probemos juntas.- Alcé mis cejas.

- Y su sabor seguirá siendo el mismo aunque pase un año?-

- Se evapora porque es alcohol, pero puede estar por años.- Tomó la caja, siendo ella la que conducía, guardando la caja en su despacho, acercandome a la cocina para encontrarla completamente concentrada en cortar la verdura, pasando lentamente mis manos por sus brazos, besando su omóplato.

- Que bien huele.- Tomé una rodaja de tomate, notando su sonrisa, mientras volvía a empezar, sentandome sobre la mesada.- Me acompañaras a la siguiente ecografía?-

- Cuando es?-

- Martes.- Asintió suavemente.- Pedí un turno antes de nuestro casamiento con tal de que no nos volvamos para un control.-

- De verdad me amas?- Frunci mi ceño, notando como ella dejaba lo que estaba haciendo para mirarme fijamente.- Porque no quiero que esto sea por mi dinero o porque quieras sacarle provecho a algo.-

- Te sientes bien?- Suspiró.- Estas dudando de mi?-

- Solo que tengo miedo de equivocarme o de que te equivoques conmigo.-

- Así no tengas un centavo yo te amo.- Cerró sus ojos.- Y no puedo creer que dudes de mi después de todo.- Me bajé de la mesada, subiendo las escaleras, sintiendola detrás.- Estoy embarazada y es tuyo y estoy feliz de que sea tuyo y así no tengamos dinero para poder darle todo lo que vaya a necesitar, yo te voy a seguir amando y eligiendo porque no me importa nada, ni que tengas cámaras siguiendote ni que me aguantaría tus cambios de humor si no te quisiera tanto como te quiero, no confiaría en ti como lo hago ni te diría el miedo que tengo de que me dejes por simplemente amarte o que con el paso del tiempo no me quieras y me tenga que ir con el bebé o que te guardes todo lo que quiero, que te vayas y nunca más te pueda ver.- Corté notando como agachaba su cabeza.- Y sí, Natalia, de verdad te amo y no me importa tu dinero, puedes hacer lo que quieras con él.-

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora