Capítulo 39- Pedir

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》Narra Makis《

Dejé mi cabello atado haciéndole pequeñas ondas, mientras ella se apoyaba en el marco de la puerta, con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, teniendo unos tirantes por encima de su camisa y unos zapatos negros que completaban lo principal en su traje, acercandose lentamente.

- Tengo un regalo para darte.- Susurró sonriente, entregándome una caja de terciopelo, abriendola para encontrar un collar y unos aretes.- Son complemento de cualquier vestido y creí que a ti te resultaría muchísimo.- Me sonrió a través del espejo.- Puedo...- Asentí rápidamente.

- Es hermoso.-

- Y a ti te queda perfecto.- Dejó un beso en mi nuca.- Sigo?- Asentí entregándole mi rizador.- Piensas salir así?- Preguntó haciendo referencia a mi ropa interior, sonriendo por inercia.

- No quería ensuciar el vestido por si se le caía maquillaje.- Asintió suavemente, dejando mi cabello completamente ondulado, saliendo para seguirla detrás, poniéndome con cuidado mi vestido.

Acomodé el cuello de su saco junto con su pañuelo para besar su mejilla.

- Estas hermosa.- Dejó un suave beso en mis labios.- Quieres ir a ver si tu madre necesita algo? Yo solo me tengo que perfumar.- Asentí suavemente, saliendo para ver a mamá hablando con María José, acercandome rápidamente.

- Esta noche parece de gala.- Sonreí levemente, fijando mi mirada en la extraña tranquilidad que parecía tener mamá.

- Santiago y Juan Pablo ya empezaron a beber.- Los vi hablando entre los tres demasiados tranquilos, degustando de una copa.- Y Natalia?- Me giré para ver perfectamente cuando ella bajaba, tomando rápidamente una de las copas que le entregaban, acercándose con otra que me entregó, dejando su mano en mi cintura.

- Ahora si, se puede ir al patio.- Fijé mi mirada en ella, notando como simplemente suspiraba, alejandome para entrelazar mi brazo con el de mamá.

- Puedes ir con ella, no tienes que estar pendiente de mi.-

- Mientras tengas las manos vacías, me quedaré contigo, hasta que con María José empiecen a tomar.-

- Y ahí nadie las va a parar.- Avisó Natalia sonriendo, entrelazando mi brazo libre con el suyo.- Si apagarían las luces, las estrellas y la luna alumbrarian perfectamente.-

María José se llevó a mamá, sintiendo como Natalia frenaba cerca de una mesa que exhibía el nuevo vino, teniendo varias parecidas por todo el lugar, notando como metía su mano dentro de la cubeta.

- No te rías.- Susurró llevando hielo seco a su boca, siendo imposible aguantar.- Siempre los presentan de la misma forma y desde pequeña solía jugar con esto.- Acarició mi mejilla con su mano fría, tomándola rápidamente, notando como ella volvía a estar seria cuando miraba hacia nuestro alrededor.

- Por qué todos nos miran?-

- Porque es la primera vez que vengo con una persona.- Susurró dándole un sorbo a su copa.- Y estoy buscando a Cami y a Olgui, las viste?-

- Juli me dijo que estaban por llegar.- Susurre sonriendo levemente.- No te pases de tragos.-

- Tampoco pensaba hacerlo.- Me miró fijamente.- Es una noche importante y ni siquiera tocaste tu copa.-

- No tengo demasiadas ganas de beber.- Alzó sus cejas.- Vamos a sentarnos?- Asintió tomando mi cintura nuevamente, notando como en la mesa ya estaban sus amigas, haciendo que ella esté en el medio mientras que Juli se sentaba mi lado, teniendo del otro lado a mamá.

- Eres toda una señora.- Reí junto a ella.

- Todo esto es demasiado nuevo.- Frunció su ceño.- Estuve en fiestas de su nivel, pero como su secretaria y no tenía a toda su familia mirándome, ni a todos los invitados.-

- Es lo que viene de regalo con ella.- Asentí suavemente.- Por ejemplo, con Cami vienen edificios de cartón y cajas de remedios bien pintadas y desparramadas por toda una habitación que tiene en su departamento.- Las dos reímos.- Y aprendo a vivir con ese desorden.-

- Como si fueras muy ordenada.- Se cruzó de brazos.- Si no fuera porque Natalia muchas veces se queda a dormir, seguirías en mi departamento y cambiaríamos de ropa.-

- Hablando de eso, no te quedó una tanga roja entre tu ropa? Creo que la perdí a la mía.- Golpee su hombro, haciendo que las dos nos riamos, notando como cambiaban rápidamente de lugar, volviendo a tener a Natalia a mi lado, mientras Daniel subía al escenario acompañado de varios hombres.

- Tu moño se desacomodó.- Alzó sus cejas, acomodandolo rápidamente, notando su mirada fija en mis movimientos, dedicándole una sonrisa que sabia que sería idiota porque solo podía pensar en lo hermosa que era.

- Nadie entiende porqué eres tan alegre y yo siempre estoy seria, les sorprende que sonría, por eso miran.- Frunci mi ceño.- Idiotas.-

- Buenas noches a todos.- Ella rápidamente se quedó en silencio, mirando hacia el centro que al mismo tiempo era la pista de baile, sintiendo como buscaba mi mano para entrelazarla.- Esta cosecha fue la primera que plantaron mis hijos con tan solo ocho años y con una invitada que fue un gran motor para María José y para mi.- Acaricie sus nudillos, notando su sonrisa.- Y esto es de ellos, el sabor y el tiempo que estuvo estacionado sirvió para que se consiga el gusto que tanto queríamos, con la misma humildad y sencillez con la que ellos fueron criados y con una pasión y el amor incondicional con todo lo que hacen que los convierten en las personas que son hoy en día y que vuelven a este vino en algo especial para mí y para toda mi familia, porque durante todos estos años tuve el placer de verlos crecer y ver como ahora ellos se van significa que yo hice mi trabajo y que puedo disfrutar del vino que ellos mismos hicieron y disfrutar de verlos ser felices, que es lo único que importa.-

Seque por ella la lágrima que corrió por su mejilla, notando esa unión que eran capaces de tener al ver como los tres se acercaban a abrazar a su padre y solo pude entender que sería esta noche, que no tendría otra oportunidad u otro momento para decirlo...

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora