Capítulo 44- Excusas

152 14 0
                                    

》Narra Natalia《

- Futura señora Afanador.- Alzó sus cejas.- La espero en nuestra casa? O la llevo a la misma?-

Se quitó sus gafas.- En cualquiera de las dos opciones te vuelvo a ver?- Asentí suavemente.- Entonces, espérame.-

- Como usted ordené.-

- Me siento vieja, no me hables así.- Sonreí dejando mi mano en su cintura, subiendo en el ascensor rápidamente.

- Ya estas un poco grande.-

- Entonces si me llevas tres años, significa que estás aún más grande que yo.- Alcé mis cejas.- Pronto usarás viagra y yo tendré que ir arriba.-

- Interesante.- Reí junto a ella.- La menopausia está por llegar?-

- Espero que no.- Tocó su pecho izquierdo.

- Cuántos hijos quieres tener?-

- No hay un número definido, sé que podría decir uno y que terminen siendo cinco por no cuidarnos.-

- Como pasó contigo.- Susurre notando como asentía lentamente.

- Hablaste con Marco?-

- Aún no.- Quité el nudo de mi corbata.- Quizás lo piense bien, no quiero actuar por impulso y lanzarme de cabeza al vacío a tratar de pasar tiempo con él.- Agachó su cabeza.- Y hay cosas como vos, que son más importantes que él.-

- Estas usando una excusa.- Asentí tomando su mano para caminar hasta el auto.

- Y ahora usaré otra.- Se cruzó de brazos, saliendo rápidamente.- Qué te parece si vamos a cenar a un restaurante y pides lo que se te antoja.- Sonrió levemente.

- Hablaremos de Marco ahí, pero trato.-

- Dónde quieres ir a cenar?-

- Podríamos ir a un restaurante mexicano y visitar esa cafetería que te gusta y comprar uno de los postres.- Alcé mis cejas.- Iría directo al postre, pero nunca probé los tacos.-

- Son maravillosos.- Susurre entrelazando nuestras manos, mientras nos metíamos en el clóset y ella elegía su atuendo para quedarme mirando mis pantalones, sin saber cual elegir.- Te gustaría elegir mi ropa?- Escuché su risa, mientras quitaba el traje para dejarlo listo para lavar, recibieno un jogger que solía evitar al saber que marcaba perfectamente lo que Makis ocasionaba con simplemente verla despistada y sobre una camiseta básica, una sudadera que no lograba tapar demasiado, pero igual me gustaba.

- Deberías dejar las medias en el cajón.- La miré de reojo, metiendo mis manos dentro de los bolsillos para correrlo al lado incómodo, siendo donde no se notaba.- Quieres que lo acomode yo?-

- No quiero que se marque.- Asintió lentamente, recibiendo unas zapatillas cómodas, mientras ella solo se quedaba en camiseta, dispuesta a salir así, si no fuera porque busqué otra de mis sudaderas e hice que no tenga frío al salir.

Porque sabía que terminaría dándole mi sudadera y yo tendría un molesto resfriado mañana.

- Llegamos, mamita.-

- No me digas mamita.- Susurró rodeandome con sus brazos mientras entrábamos en el lugar.- Harás que me ponga sensible.- Pedí una mesa, corriendo su silla para notar su sonrisa, pidiendo rápidamente la especialidad de la casa.

- Alguna vez te dije que eres hermosa?- Tomé su mano por encima de la mesa.- Te amo.-

- Voy a llorar.- Sonreí levemente, acariciando el dorso de su mano.

- Si lloras me sentiré mal.- Susurre besando el dorso de su mano.- Si todo resulta, pensaba visitar a Marco en unas semanas y si siento que de verdad cambió, pensaba hablarlo contigo e invitarlo a la boda.-

- Y le dijiste a Daniel?-

- Él sabe que siempre lo voy a querer y que es mi favorito, pero tampoco sé qué tan buena idea es perdonar a mi padre.-

- Supongo que es demasiado difícil por todo lo que te hizo y las secuelas que dejó.- Asentí suavemente.- Pero quizás esa herida de la que me hablaste por primera vez, pueda cerrarse gracias a él.-

- También pensaba ir a visitar a Andrea y llevarle flores el día de la madre.- Alzó sus cejas.- Aunque falta demasiado tiempo.- Asintió riendo.- Y ahí ya tendrás una panza hermosa y yo te voy a llenar de comida para que sea la única que te quiera.-

- No quiero estar gorda.- Sonreí levemente.

- Seguirás siendo igual de hermosa para mí, estando perfecta como ahora o igual de perfecta teniendo unos kilos demás.-

- Y sobre la boda...-

- Tendremos a la mejor decoradora del mundo.- Tragó en seco.- Y es mi subordinada.- Frunció su ceño.- No viste a Daniela decorando en el aniversario de la empresa?- Asintió suavemente.- Y las flores podríamos pedirlas del lugar que suelen llevarte esos admiradores que tienes.- Noté como se sonrojó, siendo extremadamente tierna, como siempre lo era.- No preguntaré por el vestido pero sí te diré que muchos diseñadores van a querer hacer tu vestido cuando sepan sobre la boda.-

- Yo... en Colombia hay una diseñadora que hizo el vestido de novia de mi madre y mi vestido de quince, ella es demasiado importante para mí familia y me encantaría que lo haga.-

- Tranquila.- Susurre apretando un poco su mano.- Yo puedo proponerte una idea y la puedes cambiar completamente, es tu vestido, no voy a interferir.- Acarició mis nudillos.- Y si quieres, esa mujer puede venir a la boda, hasta el mesero podría venir.- El muchacho trajo la comida, mientras ella reía.

- Pensaba invitarla.- Asentí suavemente.- Y el lugar?-

- No lo sé.- Rasque mi nuca.- Camila y Daniela podrían buscar lugares, suelen encargarse de esas cosas.-

- Podrían buscar posibles lugares y que nosotras decidamos.- Asintió rápidamente.- Si no me saturas lo suficiente como jefa me terminas de matar al preparar una boda.-

- Tu jefa es una idiota.- Susurró de la nada.- Deberías tomarte por lo menos unos días de descanso.-

- A dónde quieres ir?-

- No.- Acarició mis mejillas suavemente.- Quiero que te tomes unos días sola, que si te quieres ir con Juli lo hagas, pero yo me tengo que enfocar en el trabajo y si estas conmigo no podremos hacer mucho.-

- Pero quiero que vengas conmigo.-

- Pero yo me quedaré a trabajar y te irás a descansar unos días.- Negué rápidamente.- Si no te vas unos días, tendré que obligarte a hacerlo como jefa.-

Polos Opuestos- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora