ICE Heart [Disponible En Físico] | JungHope |

Capítulo 24

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Aguanto la respiración mientras camino al océano,
Enfrento las hermosas pero tristes lágrimas,
Es un día en la oscuridad.

Quiero hablar contigo otra vez,
Quiero conocerte aún más otra vez hoy, si.

Aún así, me quedé conmigo mismo,
Mi voz no sale, solo camino en circulos,
Ese lugar oscuro en el que quería ser encerrado,
quería ir a ese lugar.
Estaré allí,
Pero hoy estoy de nuevo a tu lado.

Entre más me acerco a tí, más me hace falta el aire.
pero siento como que cada vez te alejas más de mi,
Tal vez camino a un océano más profundo, si.
Solo es un día más en el océano.

Quiero hablar contigo otra vez,
Quiero conocerte aún más otra vez hoy, si.

Aún así, me quedé conmigo mismo,
Mi voz no sale, solo camino en circulos,
Ese lugar oscuro en el que quería ser encerrado,
quería ir a ese lugar.
Estaré allí,
Así que hoy, cerré mis ojos de esta forma otra vez.

Abyss - Jin

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En esa época no era extraño ser una persona solitaria. Nadie solía preguntarse realmente por qué alguien se mantenía alejado de los demás. Choi comenzó a agradecer esto después de la última desaparición de su mejor amigo. No pudo decirle a nadie que Jungkook había estado en su casa, pues tenía miedo de su padre.

Pero el resto de niños se encargaron de inculparlo, dijeron que "Choi, el roba niños" lo había vuelto a lograr. Pero Choi pasaba sus horas llorando a su amigo perdido, pues Jungkook había sido su amigo como ningún otro. Solía llevar su mano derecha a su pecho, sobre su corazón y sostener con fuerza, pues su pérdida dolía demasiado. Lloró cada día hasta que sus lágrimas se secaron. Lloró hasta que no tuvo más fuerzas para seguir llorando y simplemente decidió no tener más amigos.

Su padre solía golpearlo, amenazandolo por no traer más amigos a casa. Le gritaba que fuera un niño normal, ¿Pero cómo serlo? Choi ciertamente no tenía una respuesta a ello. Creció así en soledad hasta que su padre decidió que era lo suficientemente mayor para conocer el negocio familiar. Fue a los veintidós años de edad cuando Choi conoció el resto de su casa.

─ No me mires así. ─ Le dijo su padre. ─ Míralos como lo que son.

Sus manos temblaban y sentía su piel sudada aunque hacía frío.