Thais
Corre Thais, corre.
Mis manos se debilitan, tengo una lucha interna en si es bueno acercarme a él o no, sin pensarlo aflojo mi agarre y la pistola se me cae de la mano. Veo sus ojos clavados en los míos por la sorpresa. Mis instintos me dicen que aproveche todo eso y huya, pero algo me lo impide. No soy tan inhumana como él para dejarlo así.
Me acerco rápidamente a él, con dolor en el corazón por la sangre que brota de su brazo. Apenas la bala le ha rozado el brazo, pero hay mucha sangre, mi mente está trastornada, solo tengo ganas de ayudarlo y curar la herida que he provocado.
Los guardias escucharon el disparo y vienen al lugar. Llegan y me apuntan al notar que soy la única amenaza, acuden en su ayuda y me apartan de él.
—¡Suéltala! Ahora —espeto Aang furioso cuando uno de los hombres me sacude de los hombros violentamente. —Llama a Anton y dile que me traiga el botiquín de primeros auxilios —asiente lentamente. —Todos pueden retirarse, yo me ocuparé de ella —dice. —Y, Lars... —él tipo vuelve hacia Aang. —No la vuelvas a tocar —me señala y Lars asiente con la cabeza, dejando caer los ojos al suelo.
El guardia me suelta el brazo y se aparta de mí. Uno de ellos toma la pistola del suelo, antes de irse Aang les dice algo en Francés.
Veo el dolor reflejado en su rostro y tengo miedo de lo que pueda pasar conmigo.
Aang me agarra del brazo y me lleva a rastras por los pasillos. Estoy temblando demasiado como para resistirme, está claro que piensa castigarme, puedo ver su enojo y la rabia tensarse en todo su cuerpo, caminamos por el pasillo hasta entrar en un dormitorio desocupado. Él me empuja adentro y cierra la puerta.
Necesitaré minutos para pensar, recuperarme de la impresión, estar serena para cuando regrese y quiera desatar su ira contra mí. ¡Por Dios! Está vez nadie me salvará, ¿será capaz de matarme?
Me dejo caer en la cama y suspiro profundamente. Siento como la garganta se me estrecha y tengo que contener un sollozo porque no pienso llorar por él. Mi estómago se contrae brutalmente cuando la puerta se abre y distingo a Aang con el brazo ya vendado, incluso se cambió con una ropa más cómoda. Sin traje y con un rostro más relajado.
Durante algunos instantes me quedo petrificada, mirándolo, sin decir nada. Crece en mí una exaltación que me da miedo al ver unas cintas de encaje negro en su mano.
No dejes que te intimide. No lo hagas.
Que rayos digo, me estoy cagando del miedo.
—Voy a castigarte y para eso tengo que amarrarte —murmura la voz de Aang mientras sus dedos suben lentamente por la parte interna de mi muslo.
—¿Castigarme? ¿Amarrarme? Me estás jodiendo, ¿verdad? —la voz se me llena de pánico.
—Sí —al escuchar esas palabras, mi cuerpo se tensa. Me agarra el cabello por detrás y me mantiene sujeta. —Espero que después de eso no te queden más ganas de seguir amenazando con un arma.
—No dejaré que me castigues —asevero.
—¿Ah, no? —Enarca las cejas color noche—. Te diré algo, pequeña, dudo que tengas poder de decisión en esto. Te guste o no, eres mía. Si quisiera follarte o alimentarte con pan y agua o encerrarte en un armario durante días (y no creas que no me tienta la idea), podría hacerlo. Y ni qué decir de azotarte el trasero o de amarrarte.

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Thais [Libro #1]
RomancePrimer libro de la saga «Placeres Culposos». Soy Thais Delgado, una estudiante universitaria que siempre ha estado enamorada de mi mejor amigo. Pero un día, por error, entro en el baño equivocado y me encuentro con Aang Briand, un enigmático magnate...