19

29.3K 2.9K 488
                                    

Thais

Me despierto sin reconocer inmediatamente la habitación donde me encuentro. Mis ojos se cierran, ya que necesitan unos minutos para aclararse.

¡Estoy en la habitación de Aang, ¿qué rayos hago aquí?!

Tengo la breve impresión de que esté cuerpo que duele y que está totalmente magullada pertenece a una mujer realizada en el hábito placentero. A una mujer plena y satisfecha.

Miro en dirección a la ventana y el sol apenas está saliendo. Me acurruco contra el sublime cuerpo desnudo a mi lado, estoy en el paraíso. Jamás había dormido tan bien. Con la cabeza reclinada sobre su torso, respiro el perfume de su piel y cierro los ojos.

No tengo ganas de despertar.

Suavemente, su mano cálida baja hacia mi hombro y, con una suave presión, me separa de su cuerpo. Gimo abriendo los párpados.

Con un solo movimiento, se levanta y se dirige completamente desnudo hacia el baño. Evidentemente, aprovecho para admirar su cuerpo. Casi al instante, escucho el ruido de la ducha y cierro los ojos, sin saber que pasa a mí alrededor.

Lo cierto es que no me molesta que me haya utilizado para buscar su placer y luego que me trate con frialdad.

Es un buen trato, será igual que casi todos los hombres; buscan meterse en tus piernas y luego que se cansen de ti se van. En este caso me dejará ir. Tarde o temprano se va a aburrir, tiene que hacerlo.

No sé cuánto tiempo pasa, pero cuando abro los ojos me encuentro a Aang con ropa deportiva, seguramente estoy con el cabello de espantapájaros y aliento a muerto.

Me quedo mirándolo y llevo la sábana a mis pechos para cubrirme mientras evito abrir la boca.

Él se acerca a la cama y se inclina para besarme en los labios lento y profundo. Es la primera vez que me besa con ternura, el placer me sube en espiral.

—Buenos días —me sonríe. —¿Cómo te sientes hoy?

—Muy bien. ¿Y tú?

—Igual —su tono es seco.

—¿Vas a correr? —él asiente. —¿Puedo ir contigo?

Me mira pensativo como si intentará averiguar una segunda intención a mi pedido.

—Me encantó tirarte, pero eso no quiere decir que me sienta en compromiso de hacer cosas de parejas contigo —me aprieto los labios con fuerza para intentar reprimir una carcajada por su discurso barato. —No estoy buscando nada serio y no quiero que hagas ilusiones. Lo siento si lo has entendido de otra forma.

Ya no puedo evitarlo y me echo a reír. —Si que eres arrogante, para ser un hombre que solamente busca sexo eres muy amable.

Entorna los ojos. —¿Amable? Creo que anoche te mostré toda mi amabilidad.

—Aang, lo último que quiero de ti es una relación, fue muy agradable estar con un hombre como tú. Alguien que me hizo retorcerme de placer, pero jamás me interesaría tener algo serio con un tipo como tú. No eres el tipo con el que soñaría casarme, más bien eres el tipo de hombre al que solo se folla una vez y lo recuerdas como algo único, ya que solo se repiten los errores una vez en la vida.

Me mira frío y no sé que pensar ni de lo que le pasa por la cabeza. En total caso, él trató de herirme primero, que aguante la espina.

—¿No prefieres descansar? Son las seis, aún es temprano —cambia de tema como si el otro no hubiera existido.

—Quiero correr. No te estoy jurando amor eterno ni te pido a ti que me lo jures.

—¿Estás segura?

Thais [Libro #1]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora